Capítulo 9

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Estaba totalmente equivocado con respecto al lugar al que íbamos, pensaba que iba a ser igual a la cabaña en la que estamos. Mi sorpresa fue mucha cuando nos adentramos a la ciudad y nos encontramos con el embotellamiento, tuvimos que meternos en las partes más recónditas para poder llegar al sitio donde se iba a celebrar la cabalgata. Tras un buen rato, empezaron a aparecer edificios, centros comerciales y hoteles por doquier

— Esto es normal aquí — Dijo el chofer de Víctor — ya estamos llegando

Quité la vista de mi teléfono mirando hacia adelante, justo como dijo el chofer ya estábamos por llegar, ya que en las vías se veía caballos y personas cabalgándolos — como sabes que ellos estarán aquí — pregunte a Víctor

— Porque ellos ya están aquí — dijo. Sentí mi corazón latir desbocado — nosotros le seguimos los pasos desde hace semanas.

La iba a ver, iba a ver a la familia feliz. Sentí la rabian bullir desde mi interior — ¿eso quiere decir que podemos actuar hoy mismo?

— Exactamente mi pana. Hoy podemos llevarnos al pelaito. Solo necesitamos una distracción, y ya me encargue de eso — dijo Víctor con aires de suficiencia

La camioneta estacionó en un parking al aire libre en el que habían varias camionetas con música y caballos a los lados. Nos bajamos de la súper duty doble cabina, al lado estacionó la camioneta con el remolque, del que bajaron cuatro caballos; dos negros, uno blanco y otro marrón. Víctor nos hiso una seña y camino hasta los caballos

— Estos son mis bebes, tu querido August montaras el blanco, tu Ernesto, lo harás con el marrón. Debemos aparentar lo que más podamos si queremos que todo salga como queramos.

— Puede haber la posibilidad que Agatha nos reconozca — afirme

— Claro que no, todo está estratégicamente planeado para que ella ni nos note.

Montamos los caballos, yo aún estaba desconfiado del plan de victo. Tocaba esperar y rogar que nada nos delatara. La algarabía se vivía en la zona, la gente hablaba, tomaba, escuchaba música y hacia tantas cosas que estaba abrumado. Íbamos cabalgando tranquilamente cuando la vi. Era imposible no reconocerla, y aunque cambio el color de su cabello podría jurar que era ella. Detuve el caballo y me le quedé mirando, a su lado había un hombre rubio y la abrazaba por detrás, mientras ella cargaba a un niño, que me fue imposible ver, ya que ella lo estaba cubriendo con un abrigo y una gorra.

— Estas llamando la atención Ernesto, sigue— gruño August

— Lo siento — cabalgamos hasta llegar a un punto específico en el que podíamos vigilar a Agatha sin ser detectados, y es que la cantidad exorbitante de personas que había en el lugar nos ayudaba a nuestro propósito.

Vi a Víctor y a sus hombres hablar a lo lejos con algunos policías que custodiaba la zona, por lo que estaba viendo él les estaba dando instrucciones. Estaba nervioso para que negarlo, algo muy dentro de mí me decía que era una terrible idea, pero la parte dolida en mí se estaba vanagloriando con todo esto. Ellos se despidieron con un apretón de manos y cada quien volvió a su camino.

— Ya está hecho, por la plata baila el mono, la policía creara una distracción y nosotros actuaremos rápidamente— dijo — mientras échese un trago de ron pa' que sepa lo que es bueno

Nos ofreció un recipiente en forma de bota, en el que según él estaba el ron. Apreté un poco el recipiente y bebí el líquido que salía de este, al tragar me quemó la garganta

— Ufff está fuerte — dije

— Esa es la idea — sonrió — ahora pongámonos cómodos que viene lo bueno, y este espectáculo no me lo quiero perder.

Los hombres de Víctor empezaron a caminar hasta perderse en el mar de personas que ahí había, para después aparecer unos cuantos metros de Agatha, estos le hicieron una señal a uno de los policías con los que había hablado anteriormente. De repente empezó una pelea justo detrás de ellos y el caos comenzó, las personas se aglomeraron en un solo punto, otras empezaron a correr, y otros como Agatha y su "familia" estaban protegidos por los policías. Uno de los oficiales se puso delante de Agatha de modo protector, otro sacó un arma y disparó al aire; Agatha quiso salir corriendo con el niño pero los hombres de Víctor en un movimiento rápido le arrancaron al niño de los brazos, para después volver a perderse entre la multitud.

Fije mi vista en la silueta borrosa de Agatha que iba y venía de un lado a otro desesperada, a su lado el hombre con el que estaba que debía ser Samuel, estaba en la misma situación, ambos buscaban entre las personas al niño. Agatha cogió por los hombros a uno de los policías, este negó y ella cayó arrodillada en el piso, inmediatamente el gilipollas de su novio se arrodillo a su lado y comenzó a abrazarla. August y yo nos miramos satisfechos

— Salud — los tres chocamos los vasos victoriosos

— Porque acaba de empezar el juego — dije con una sonrisa

Debido a los gritos y al disparo que se había escuchado, las personas comenzaron a dispersarse. Nosotros no nos quedamos atrás, dado que por "seguridad" los hombres de Barbosa y nosotros empezamos a alejarnos. August iba eufórico, y como no, si su venganza apenas estaba empezando. Del niño aun no sabía nada, ya que lo iban a llevar hasta la cabaña según nos dijo Víctor.

No podía arrepentirme, había llegado la hora y debía asumir esto con entereza y madurez.

***

Fiel a su palabra August no permitió bajo ningún concepto que me acercara al sótano de la casa. Hace más de media hora que habíamos llegado y ya el niño estaba en el sótano resguardado por cuatro hombres; dos en la puerta de la entrada, y dos en la habitación del sótano donde estaría el niño de hoy en adelante. El personal había sido advertido de la situación que se iba a vivir en la casa, como también fueron advertidos de no soltar ni una palabra, y el que lo hiciera, no lo iba a contar.

Tuve que salir a coger aire, los gritos y lamentos del niño se escuchaban en cada rincón de la casa, y aunque habíamos planeado esto, no podía soportar la idea de un inocente sufriendo. Sabía que no le estaban haciendo nada. Camine sin rumbo fijo observando la vegetación y la variedad de animales que había aquí. Como compañía tenía un perro San Bernardo gigante que estuvo a mi lado hasta que llegamos a las caballerizas. El perro se sentó a un lado de mis piernas, yo me agache e hice lo mismo. Los sonidos de la naturaleza acallaban mis pensamientos, y solo quedaba la paz que transmitían los relinchidos de los caballos.

Apoye las manos en el pasto e inhale. Tenía un dolor en el pecho, un desasosiego que no se quitaba

<< ¡Maldita sea Agatha! Hasta para hacerte daño me hieres>> me lamenté.

Entristecido volví a levantarme, camine hasta donde estaba el caballo que había montado esta tarde. El pura sangre relinchaba y pateaba nervioso, con precaución me acerque hasta el poniendo mi mano en alto, de forma que la palma de mi mano quedara recta frente a él. Cerré los ojos y esperé cualquier cosa. La cabeza del caballo golpeo la palma de mi mano dos veces, abrí los ojos y mi mirada se quedó anclada al hermoso espectáculo que el caballo estaba dando. Apoyé aún más la palma y me acerque — no soy malo, solo estoy herido— le confesé al caballo.

El pura sangre volvió a dar cabezazo en mi mano — gracias por apoyarme — ironice.

Termine de acariciar al caballo — creo que tú y yo tendremos muchas más conversaciones.

Volví sobre mis pasos, a lo lejos se veía el crepúsculo descendiendo sobre la montaña, coloreándola de naranja y amarillo. Los pájaros de colores revoloteaban sobe mí, y se escuchaba el graznido de los gansos. En otras condiciones yo hubiese sido muy feliz viviendo en un lugar así.

— Quiero a mi maaaaamiii— fue lo primero que escuché al entrar a la casa

— ¡dios! ese mocoso va a estar toda la noche bramando— dijo August— hablaré con la cocinera a ver si le da un té o un calmante para que nos deje dormir

— Mamiiiiii — volví a escuchar el sollozo del niño. Mi corazón se oprimió 

El sigilo del Fénix ( Cuervos 2) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora