Dos ☀

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Funshine caminaba por la banqueta al lado de las tiendas, pensaba en comprar algo para pedirle disculpas a su amigo.
Hace una semana que este lo ignoraba, no sabía el porqué, y su amigo y era difícil de hacer hablar.
Pero ya tenía experiencia y sabía que había hecho algo mal y no le diría hasta que se cansara. No le solía gustar mucho eso, ¿cómo se supone que se arreglen si no dice nada?

Dejo de pensar en eso cuando su atención fue a parar a una sudadera que vió por la ventana de un local, de color amarilla.
Se la compraría para él y vería si encuentra algo para su amigo.

Después de comprar lo que buscaba, siguió su cursó hacia la casa de Grumpy.
Había comprado algo que le encantaba y en el camino se había puesto la sudadera.
Al llegar tocó varias veces la puerta, espero durante unos segundos y después fue abierta por una señora que conocía bien.

— ¡Funshine! Que gusto verte. Grumpy nunca me dijo que vendrías, pasa, pasa. — Se hizo a un lado dejando pasar a Funshine. — Sube al cuarto, esta enojado, ya sabes como es él. — Dijo amable refiriéndose a Grumpy.

— Gracias señora. — Sonrió. — Oh sí, les traje unos panecillos, son de chocolate. — Le dió una bolsa café. — Grumpy tampoco sabia que vendría, solo espero que no se enoje más.

— Lo dudo, cielo. El adora verte. — Tomo la bolsa y guió a Funshine hacia las escaleras. — A menos de que hayas hecho algo muy malo. — Pregunto con sospecha.

— Ni siquiera yo sé que hice. — Sonrió nervioso. — Pero lo arreglare. — Se alejo de la señora al subir las escaleras.

La mamá de Grumpy veía el lugar por donde se había ido el chico. Lo apreciaba tanto, y agradecía que fuera tan unido a su único hijo.

Funshine llegó al cuarto de Grumpy, conocía bien cual era. Antes de entrar escondió su mano con el objeto que era para su amigo en su espalda y después toco la puerta.

— Hola. — Mostro una sonrisa.

Mientras que por otro lado, Grumpy se hacía a un lado y dejaba salir un suspiro pesado.

— Te traje unos girasoles, sé que te gustan, ¿o me equivoco? — Pregunto Funshine juguetón, al ya saber la respuesta.

— ¿Un arcoiris gay? — Ignoro lo antes dicho por Funshine, era más importante su ración diaria de burlas, habían prioridades. — ¿Es en serio Fushine? — Miró incrédulo a su amigo.

Funshine que hace un momento sonreía con arrogancia, ahora se encontraba rojo de vergüenza, a el le gustaba.

— No hay nada de malo, solo que me parece algo tonto de tú parte. A kilómetros se te nota lo gay y quieres que se te note más. — Rio y tomó los girasoles. — Pareces tonto y lo eres, pero gracias.

— También traje panecillos, pero los dejé abajo con tú mamá.

— ¿Qué te dijo? — Volvió a su cama para sentarse, y palmeo esta, invitando a Funshine a hacer lo mismo.

— Solo que estabas enojado, nada importante. — Se acercó a la cama copiando la posición de su amigo. — Se porto muy dulce, como siempre. No como otra persona... — Mencionó por lo bajo. Aunque no sirvió ya qué Grumpy alcanzó a escuchar y solo rodo los ojos.

— No te lo mereces.

— Meh. De todas formas, eres tierno a tu manera. — Tomó la mano de Grumpy y acarició sus nudillos.

— Deja de decir tonterías. ¿Solo a eso venias?

— ¿Salimos? — Cambio de tema. — Me siento aburrido, no tengo nada que hacer, más que estar con mi chico favorito.

— Por cosas como esas te había prohibido venir. — Agarro una almohada y la aventó hacia la cara de Funshine. — ¡Mamá, un bicho raro entró a la casa!

— ¡Vamos, Grumpy! — Trataba de abrazarlo, sin embargo el de cabello azul lo alejaba.

— ¡Ayuda, me quiere comer! — Solto algunas risas al ver como Funshine juntaba sus labios simulando besarlo.

— Déjese querer nomás tantito. — Pidió Funshine mientras seguía forcejeando con su mejor amigo.

— Estos nunca van a cambiar.. — Habló la señora a sí misma.

Comía un panecillo y podía escuchar la "pelea" que tenían los chicos, pero ya estaba acostumbrada.

𝙊 𝙎𝙤𝙡 𝙚 𝙖 𝙇𝙪𝙣𝙖 - 𝘍𝘶𝘯𝘴𝘩𝘪𝘯𝘦 𝘹 𝘎𝘳𝘶𝘮𝘱𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora