ᴍɪ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴏ ɢᴀᴛᴜɴᴏ

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- ¿y bien? - preguntó un tanto afanado por saber la situación -

- a decir verdad... Me sorprende que la herida no sea tan profunda

- entonces si puedes curarlo

- ¡claro! Solo necesito un paño con agua, gasas y vendajes - pidió para empezarse a remangar su camiseta - Kurapika

- ¿qué sucede? - El blondo sabía que solo lo llamaba con ese tono de vos cuando algo lo impacientaba -

- ¿realmente el joven amo Killua quiere que lo curemos?

Kurapika lo miró a los ojos, el tampoco sabía la razón por tan repentino cambio del amo Killua, pero órdenes eran órdenes así que solo asintió ante la pregunta.

- muy bien, entonces ayúdame a tener quieta su cabeza mientras limpio la herida

El ojigris dibujo una diminuta sonrisa en su rostro, no era necesario sujetar a alguien inconsciente, pero tampoco quería dejar solo a su compañero.

- ¿me llamó señor?

- Bisky - pronunció sin dejar de rebotar su pie contra el suelo - ¿cómo se encuentra aquel mortal?

- Leorio y Kurapika ya lo están tratando - sus ojos rosados se dirigieron al inquieto pie de su amo - me dijeron que se mejorará pronto

El ojiazul suspiro con alivio al escuchar eso.

- joven amo

- ¿hmm?

- puedo preguntar... ¿Por qué no mató a ese joven mortal?

La rubia sabía que eso no era de su incumbencia, pero la curiosidad no dejaba en paz a su cabeza.

No era la primera vez que alguien se adentraba al bosque y sufría las consecuencias con la inminente muerte, así que, no podía culparse por saber el motivo del cambio drástico que tuvo con aquel mortal.

-... Su sangre. Tiene una sangre muy jugosa y sabrosa para mi paladar

Y no era mentira, apenas succionó un poco y Killua ya se encontraba en el paraíso.

- creí que no le gustaba el sabor amargo señor

- esa es la cuestión Bisky, la sangre que posee ese mortal es muy dulce y rica

La de menor estatura lo observó con asombro.

- ¿está seguro de que es buena idea mantenerlo aquí?

- el menciono que no le gustaba la ciudad, así que no le veo ningún problema. Además - una sonrisa surco por su pálido rostro - planeo ofrecerle trabajar como mi sirviente personal

- Killua - el nombrado se encogió de hombros - sabes exactamente de lo que habló

Un ambiente denso y hostil se instaló en el estudio del albino.

- no me importa lo que ese señor piense de mí, ya no vivo bajo su techo ni sus reglas

Bisky solo pudo suspirar y regalarle una sonrisa reconfortante.

- está bien joven amo - se dirigió hacia la puerta para dedicarle una última mirada a aquel chiquillo que alguna vez tuvo que cuidar como un hijo - es bueno ver que quieras interactuar con un humano después de tantos años

Y tras cerrar la puerta, el señor Killua se sonrojó ferozmente ante lo dicho por Bisky.

- ¡yo nunca dije eso!