「El legado del héroe caído」

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『Aquel día 』

El silencio estaba presente, mientras las gotas de lluvia golpeaban suavemente las ventanas como si quisieran romperlas. Los truenos ya no eran tantos y el cielo se estaba tornando oscuro para dar la noche.

Lo inesperado en aquel entonces fue que Kōgami confesó indirectamente lo que sentía por Akane, que había perdido a su padre en el atentado del rascacielos, mediante un beso. Para la sorpresa del pelinegro, ella no lo rechazó. Al contrario, necesitaba a alguien a su lado en estos momentos, aparte de que ese sentimiento cálido que yacía oculto salió a flote en un instante.

Ambos se amaban, era cierto. Mas temían el rechazo de otro pese a ser personas de gran intelecto. Pero ahora eso no importaba, tenían el tiempo suficiente para liberar todo lo que habían estado reprimiendo en sus corazones.

Shinya la abrazó de la cintura para profundizar el beso mientras que ella abrazaba con sus delicados brazos el cuello del pelinegro. Todo estaba conforme hasta que, debido a la falta de aire, sus labios dejaron se tocarse.

No se separaron mientras recuperaban el aire y en un instante Shinya había sido sacado de su mundo onírico para caer de golpe a la realidad.

Su compostura deseaba desplomarse como si fuese una torre de naipes ¿Cómo diantres permitió aquel "satisfactorio" momento?

Claro que lo había deseado antes, pero...¿Qué había de Akane?

No quiso pensar en lo peor hasta que sintió la cabeza de la castaña en su pecho, sin soltarse del acogedor regazo.

"No te vayas...por favor." Shinya se quedó callado, pero acató el pedido de inmediato mientras que Akane se aferraba más a él como si desease no dejarlo ir.

Y en cuestión de segundos, se había quedado dormida. Es ahí que Kōgami no tuvo alternativa que llevarla a la recámara a que descansará cómodamente, sin embargo, una vez que la colocó en el fino colchón ella inconscientemente atrapó el brazo fornido del pelinegro con los suyos.

Por poco lo olvidaba, le había dicho que no se fuera. Pero ahora el ex mercenario estaba indeciso de si quedarse o ir y descansar al frío sillón. Eligió la primera, ya que el brazo delicado de Akane...poseía mucha fuerza al parecer.

Kōgami suspiró y se echó en la cama, para después darse cuenta que la castaña ya lo estaba abrazando. Por primera vez una tranquilidad aliviaba y alegraba más su corazón, esto quizás sólo suceda una vez...por ende, no deseaba desaprovechar la oportunidad que tenía justo ahora.

Al final ambos durmieron plácidamente hasta que el nuevo día saliese. Pero claro, sin alejarse del otro.

※※※

La habitación estaba completamente oscura. No había luz ni linterna que ayudase a Kōgami, que despertó de un extraño sueño.

Vió a la castaña dormir tranquilamente y lo único que hizo fue acomodarle unos mechones, por suerte ella no despertó, aunque él pudo aprovechar de verla unos segundos, admirando la belleza que presentaba.

Sí, admitía que tenía sentimientos por ella y ahora se sentía afortunado de verla más de cerca, definitivamente una parte de él se sentía tranquilo y de algún modo...feliz, por primera vez.

Después de quedar pensativo por 3 minutos, éste se levantó por fin de la cama para ir a lavarse el rostro y si podía, tomar un té de manzanilla para volver a descansar. Pero de repente varias preguntas se le formaron en la cabeza mientras preparaba su té.

 𝖫𝗂𝗍𝗍𝗅𝖾 𝖲𝗈𝗅𝖽𝗂𝖾𝗋 ┊ 𝐏𝐬𝐲𝐜𝐡𝐨-𝐩𝐚𝐬𝐬 | 𝟒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora