UNA PRINCESA EN APUROS |Erick B. Colón.(Completa)

C8. La realeza.

La escena muy bien podría ser una de esas que solo podría encontrar dentro de esos libros fantasiosos que componen la biblioteca personal de mamá en el palacio.  Y es perfecto. Su toque es perfecto.

Hasta que la realidad me golpea.

—No puedes hacer esto…—murmuro apartándome lentamente.

Erick me mira algo desconcertado por lo que parecen ser varios segundos y un largo suspiro escapa de sus labios.

—¿Qué?

—No puedes hacer esto, Erick… un momento me dices una cosa pero al siguiente estás haciendo lo contrario y no te entiendo. Solo me confundes…

—Yo también estoy confundido…—responde sin apartar sus ojos de los míos.—Arisbeth…

—Entonces no hagas ni digas cosas que tal vez no sientes y que por estar confundido estás diciendo…—murmuro y él niega.

—Escúchame…—susurra tomando mi mano.—No estoy confundido en cuanto a ti se refiere, sé perfectamente bien que me he comportado como un jodido idiota pero…es que no sé cómo frenarlo.  Siempre que termino por decidir a ir por ti,  a decidir acercarme a ti y todo lo demás siempre hay algo que hace que termine yendo en la jodida dirección contraria y si bien no estaba buscando nada de esto es…solo pasó. No sé en qué momento pasó pero pasó…

—¿Entonces por qué simplemente no tratas de averiguarlo…?—cuestiono en voz baja.

—Es demasiado extraño si quiera pensarlo. ¿Sabes?—responde dejando escapar un largo suspiro.—Porque cuando llegué a este lugar nunca se me ocurrió pensar que me podría pasar algo así…no vine en busca de una conquista o algo parecido, solo vine con la intención de hacer que mi padre me dejase de fastidiar la vida y terminé acá…—hace una pausa.—Y es demasiado irónico todo esto… ¿verdad?

Mis ojos lo miran un largo momento.—Soy Arisbeth Bennet…—anuncio tendiéndole mi mano. Las cejas de Erick se fruncen todavía más pero la toma.—Es un placer conocerte…

—¿Qué?

—Tu nombre, tienes que decir tu nombre.—respondo.

—Erick Colón…—inquiere cuando comenzamos a caminar una vez más por el bosque.—Esto es…

—Creo que nosotros no tuvimos un buen comienzo, Erick.—musito sin dejar de mirarlo directamente a los ojos.—Pero nunca es tarde para volver a comenzar ¿cierto?

—Pues…supongo que no.—hace una pausa.—¿Y si te acabo de besar como es que vamos a comenzar otra vez?

Una amplia sonrisa se forma en mis labios.—Ese será nuestro pequeño secreto…

—¿Y podrías comenzar por hablarme un poco sobre ti…?—pregunta él. Mi corazón se acelera a sobre manera pero asiento débilmente.

—Sí. Bueno, nací en Francellia; es…una pequeña isla europea y pasé toda mi vida allí a pesar de que mi mamá viaja mucho…tengo un hermano, su nombre es Xander y nuestro papá murió hace unos años en combate.—suelto y niego.—Trabajo, quiero decir...ssí que desde entonces solo hemos sido los tres…—y una nación de la que no quiero hablarte, Erick.

—Una vida monótona ¿no?

—Bueno, sí. De alguna manera eso es monotonía.—asiento.—¿Qué hay de ti…?

—Hace unos años mis padres se divorciaron.—hace una pausa.—Desde entonces papá se dedicó a hacer su vida, cada mes obviamente pasaba un mes para manutención pero ¿de eso se trata ser un padre?