C18. Lo más sencillo es complicarlo todo.

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Mi corazón da un vuelco en el mismo momento en el que las palabras de Arisbeth abandonan sus labios

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Mi corazón da un vuelco en el mismo momento en el que las palabras de Arisbeth abandonan sus labios. Inspiro con fuerza tratando de aclarar la nubla que hay entorno a mi cerebro pero por más que trato de hacerlo nada parece ser suficiente.

Una simple frase y todo se vino abajo.

—Vamos, Joel…—susurra Maya. Llevo mi atención a él que permanece completamente quieto contemplándome fijamente como si estuviese listo para pelear pero cuando la castaña lo llama de nueva cuenta; él finalmente se marcha dejándonos a solas en medio de la noche.

Los ojos hazel de Arisbeth me contemplan fijamente por lacónicos segundos mientras pequeñas lágrimas siguen corriendo libremente por sus mejillas.—¿Qué acabas de decir…?

—Lo que escuchaste, Erick.—responde en voz baja.—Lo que Liv mostró en el comedor es verdad. La de las fotografías soy yo. La que estaba en ese artículo de esa revista es mi familia, y sí…somos la familia real de Fiorella…pero eso no debería de ser relevante ¿no?

—¿Estás jugando conmigo?—cuestiono pasando mis manos por mi cabello en un acto de pura desesperación.—Por el amor de Dios, Arisbeth…me estás diciendo que perteneces a la realeza. ¿Qué clase de persona le oculta eso a la persona con la que se supone que quiere estar…?

—Pensé que no tenía relevancia.

—¡Claro que la tiene, maldita sea!—grito desesperado.—Yo no vine a este lugar para conseguir un amor de verano ni nada que se le parezca, vine aquí huyendo de mi vida que ya de por si es una mierda y ahora estás tú… ¿en serio crees que no tiene relevancia que seas una princesa?

—¿Puedes parar de juzgarme y escucharme primero?

—¡No!—reclamo.—No, no puedo. Te conté un millón de cosas sobre mí. Te conté cosas que nunca le he contado a nadie porque pensé que entre nosotros no había secretos y ahora simplemente me entero que perteneces a una jodida familia real…—le espeto sin más.—Me siento como el estúpido más grande del planeta… ¿Qué no lo entiendes?

—¿Por qué es tan relevante, Erick?—susurra.—¿Por qué es tan importante que sea una estúpida princesa?

—Creo que sabes porque.

—¿Si te hubiese dicho que era una princesa entonces te hubieses acercado a mí en primer lugar?—pregunta en voz baja. Nuestros ojos se encuentran de nueva cuenta. Nuevas lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas e inspiro con fuerza tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—No.—admito.

Ella asiente lentamente sin dejar de mirarme directamente a los ojos.—Pues supongo que entonces no hizo ninguna diferencia decírtelo o no…

—No quería esto, Arisbeth…—murmuro.—No quería nada de esto. Pasó y no supe cómo frenarlo. Y después todo terminó siendo una mierda…y no sé cómo lidiar con esto, Arisbeth…

UNA PRINCESA EN APUROS |Erick B. Colón.(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora