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-No.-decido.
-¡Erick por el amor de Dios!-exclama mi madre sin dejar de mirarme a los ojos.-Te lo estoy pidiendo por favor, tu padre dice que es lo mejor...
-¿Desde cuándo a mi padre le preocupa lo que es mejor o no para mí?-cuestiona mirándola con una ceja enarcada.-No ha estado aquí en años y no veo porque ahora quiera entrometerse en mi vida como si fuese un padre ejemplar...no tiene derecho alguno a opinar sobre lo que es bueno o no para mí...
-¡Erick no seas grosero!-me espeta ella entornando sus ojos con una mueca de fastidio pintada en el rostro un breve momento. Su rasgos se suavizan y niega lentamente mientras deja salir un largo suspiro.-Escucha, mi amor...sé que hemos tenido esta conversación cientos de veces pero él es tu padre quieras o no.
-Te envía un cheque cada mes y solo aparece cuando se le antoja, eso no es ser un buen padre...ni siquiera un par en absoluto porque ni siquiera me conoce.-le explico y ella deja escapar un largo suspiro.
-Mi amor, por favor...-suplica.-Hazlo por mi...
Llevo mis ojos hasta el tríptico que dejó sobre el edredón de mi cama antes de volver a mirarla a ella.-Lo que no entiendo es porque tengo que ir a un estúpido campamento de verano...no me gustan los campamentos, los odio, de hecho...
-De acuerdo.-inquiere ella tomando asiento sobre el colchón de la cama pero sin dejar de mirarme.-En el último mes no han parado de llegar reporte tras reporte de la universidad avisando tu mal comportamiento...lo cual no comprendo a que se debe...-comienza y entorno mis ojos de nueva cuenta.-Tú eres un buen muchacho, Erick...tienes diecinueve años y legalmente sigues siendo menor de edad...y tu padre está enterado de ello y me dijo que si no corriges tu actitud te enviará a un internado lejos...
-¿Disculpa? ¿Y tú estuviste de acuerdo con eso? ¿De verdad?-chillo ofendido poniéndome de pie.-¿En qué momento ese hombre decidió que tiene derecho sobre mi vida? Enviar un maldito cheque no lo convierte en un padre real. Puede irse con su nueva familia a disfrutar con su nueva hija y dejarnos en paz.-exclamo con fastidio. Mamá se queda en silencio y todavía está mirándome con fijeza, deja escapar un pequeño suspiro y niega lentamente.-Solo somos tú y yo, mamá. Él solo ayudó a procurarme y eso es todo..-murmuro lentamente.
-Entiendo que estés enfadado con tu padre porque ha sido un padre ausente todo este tiempo pero creo que deberías de darle un poco de crédito, Erick. No ha estado presente físicamente pero siempre está al pendiente de ti...a su manera-niego rotundamente.
-Mamá...
-Todo lo que tienes es prácticamente gracias a él.-me recuerda.-Y si está haciendo esto es por tu bien...¿Qué es lo que prefieres, Erick? ¿De verdad prefieres que nos separen enviándote a un internado en el extranjero a ceder un poco en esto...?-me pregunta y dejo escapar el aire de mis pulmones cuando me doy cuenta que ella tiene razón. Una vez más. Igual que siempre. Pero no pienso admitirlo en voz alta.
