Capítulo 8

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Gracioso, así es como describiría este momento con Harry, o quizás, toda nuestra convivencia, pero este tiempo en particular ha sido de muchas risas, y la mayoría sin sentido. Estamos comiendo nuestro último Brownie, mientras estamos sentados sobre la cama, yo del lado de la cabecera, y él justo frente a mí, ambos en posición de chinito. Nos hemos reído de tantas cosas, las cuales voy olvidando conforme trascurren los minutos, y sé que esto es un efecto de la marihuana, y estoy completamente agradecida que Harry sea una persona que la recibe tan bien, de ser lo contrario habíamos pasado un muy mal rato, pero está siendo mejor de lo que lo imagine.

El lugar se encuentra iluminado únicamente por la lampara de noche que hay justo a un lado de la cama de Harry, por lo que, estamos en un espacio iluminado por luz cálida, en donde, apenas podemos distinguir nuestras facciones, y eso no es completamente la culpa de la iluminación, sino, también de nuestro estado. Nos encontramos en una posición de vulnerabilidad en la que estoy completamente cómoda, por una extraña razón, y digo extraña porque él prácticamente es un desconocido para mí ¿pero ¿Qué más da? El tiempo no lo tiene que determinar todo, sin embargo, estando frente a él, en esta condición, siento que puedo hacer y decir cualquier cosa, estoy segura y sé que él se siente de la misma manera.

—Creo que tienes unos lindos pies —dice Harry mientras sonríe de una forma muy perezosa, se encuentra observando mis pies mientras extiende una mano para poder tocarlos; yo reacciono con completa diversión y una carcajada.

—¿Mis pies? ¿En serio, Harry? —digo mientras intento bajar el tono de mi voz aún con la idea de que puedan descubrirnos.

—Son lindos —comenta mientras intenta hacer una caricia muy sutil, pero esto me ocasiona cosquillas y quito de inmediato mi pie de su agarre, por lo que él comienza a reír.

—Tus ojos son lindos— confieso.

—¿Lo crees? —pregunta Harry mientras comienza a sonreír de forma muy amplia y efusiva, haciendo que sus ojos se hagan pequeños con el acto.

—Podrías acercarte un poco para confirmarlo —lo reto.

Harry comienza a gatear hacia mi dirección y yo me encuentro muy divertida con las muecas exageradas que se encuentra haciendo, y por un momento pienso que nunca me podría cansar de esto. En cuanto tengo su rostro justo frente al mío puedo ver cómo los Brownies hicieron efecto sobre sus ojos esmeralda, las pupilas las tiene tan dilatadas y un poco rojo alrededor, y hace un esfuerzo enorme por mantenerlos lo más abiertos posible, tiene una sonrisa radiante, que, para mi pesar, no deja ver sus dientes, pero es de completa diversión.

Yo, por mi lado, me acerco otro poco, para poder verlo más de cerca... Veo sus ojos, e involuntariamente alzo mi mano para poder tocar su rostro, para confirmarme de alguna manera, que es real, que este momento está sucediendo. De forma muy delicada, casi con miedo a que se desvanezca este momento, toco sus cejas, y él como respuesta cierra sus ojos y su cara tiene un gesto ahora relajado, dulce y placentero, por lo que yo paso de forma lenta las yemas de mis dedos por sus párpados, tan suaves... Bajo lentamente por su nariz, sus mejillas en las cuales puedo sentir los pequeños vellos de su barba creciente, y ese acto me resulta tan excitante y él de inmediato me deja ver que también le ha gustado, pues me regala una sonrisa en donde, ahora sí puedo ver sus dientes, se mantiene con los ojos cerrados, por lo que imagino, quiere que no me detenga. De su mejilla comienzo a correr suavemente mi mano hacía su oreja, la cual recibe algunas caricias lentas de mi parte, y él como respuesta simplemente inclina su rostro para que quede acunado por mi mano; sigo mi camino hasta llegar a su nuca, en donde comienzo a hacer un pequeño masaje.

No sé si es efecto de la droga, o es real, pero su piel es la piel más bella que he visto y tocado en mi vida entera, e intento con mucha fuerza que mis dedos tengan memoria y no olviden nunca su textura, su suavidad, su palidez, sus lunares...

—Ava — escucho decir a Harry en un susurro casi inaudible, aún con los ojos cerrados — ¿Por qué eres tan cálida, Ava? ¿Por qué te sientes como casa cuando apenas te conozco?

Y no puedo dejar de sonreír, de pensar que ambos hemos construido un espacio seguro, en donde, podemos ser nosotros mismos.

Sigo acariciando lentamente su cabello, pensando en las palabras que quiero usar como respuesta a lo que acaba de decir, y en cuando lo he decidió, Harry abre lo ojos y se acerca para dar un lengüetazo a mi nariz. Sí, justo como haría un cachorro. Él comienza a reír y se aleja para acostarse del lado opuesto de la cama del que yo estoy sentada, pero me hace un gesto con la mano que indica que me acueste, lo que hago de inmediato mientras limpio mi nariz de su recién ataque de asquerosidad.

—Debería ir ya a mi habitación, podría ser que Amanda se dé cuenta de que no estoy— le informo a Harry. Aunque para ser sincera, el efecto de los Brownies aún está en mí, e imagino que también en Harry.

—No, quédate un poco más —me pide, y acto seguido pasa su brazo por debajo de mi cuello atrayéndome hacia él, justo alado de su pecho.

Huele tan bien.

Y ahí estamos, simplemente acostados en la cama, sin decir nada, sintiendo los últimos efectos de los mágicos Brownies, de vez en cuando Harry ríe sin algún motivo aparente y también lo hago yo. Debemos vernos ridículos.

*

—Harry, ¿has visto a Ava? —logro escuchar a alguien preguntar a través de la puerta de la habitación de Harry. ¡Carajo! Aún sigo en la habitación de Harry. No era mi intención quedarme dormida aquí, recuerdo haberme dicho mentalmente a mí misma que sólo serían cinco minutos y me iría a mi cama.

—¡Ava! —escucho como Harry se despierta en completo sobresalto. —Ay, aquí sigues—dice una vez me ve a su lado y de inmediato me abraza, al parecer él también pensó que me había ido.

—No, Harry— le digo susurrando y haciendo una señal de que calle.

—¿Harry? —se escucha nuevamente la voz detrás de la puerta, la cual ahora que estoy despierta puedo identificar por completo... Amanda me está buscando.

—Amanda, ah... no, no la he visto, decidimos no correr hoy por noche buena y los regalos, ya sabes, el tiempo y esas cosas, tal vez salió... —Harry le responde, pero para ser sincera, él en serio es malo mintiendo, todo eso sonó como una chorrada que en serio le costo salir.

—¿Salió? ¿A dónde? No hay mucho que hacer en la villa cuando está nevando.

—¿Ya intentaste llamarle? —siguiere Harry y de inmediato pongo mi mano en mi cabeza en desaprobación. ¡Estoy aquí Harry!

—Oh no, no, mejor dame un segundo y salgo contigo para buscarla —Harry dice en cuanto ve mi cara intentando enmendar su error.

—Perfecto, espero abajo.

—Amanda sabe cosas, Harry, ella es muy intuitiva... —Le digo mientras me pongo de pie, y la verdad, debería estar en completa crisis por lo que acaba de pasar, pero me parece muy divertida toda está situación y comienzo a reír, ahora mucho más bajito que el día anterior, ya que probablemente todos estén despiertos. Harry también se pone de pie y se coloca justo frente a mí, sonríe también con diversión por lo que acaba de pasar.

Pero para nada espero lo siguiente. Harry se acerca sonriente y de inmediato une sus labios con los míos, coloca una mano en mi cintura y otra en la parte de atrás de mi cabeza, demostrando que quiere que nuestros cuerpos estén muy cerca, por lo que yo, en cuanto reacciono a la impresión de su acto y lo hago consciente, subo mis manos para dejarlas en sus mejillas, porque no voy a mentir al decir que no esperaba esto desde anoche, y por la forma en que él me besa, puedo saber que también lo estaba esperando.

Sus labios saben tan bien, tienen la textura perfecta, aún con sabor a jugo de naranja y brownies... La mano que se encuentra en mi cintura comienza a hacer círculos sobre esta, y comienza a bajar, y justo cuando llega a mi trasero aprieta con sutileza, con deseo y me vuelve loca, por lo que intensifico el beso, paso mi mano a su nuca para acercarlo más a mí y jalar levemente de su cabello.

Pero mi cerebro me hace una mala jugada, ya que recuerdo que Amanda lo está esperando para buscarme, por lo cual rompo el beso.

—Te veo en la cena de noche buena —le digo y de inmediato salgo de su habitación, sin esperar a que dijera cualquier cosa.

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Shavaaaas, me pone un poquito triste que no voten :( 

UNA NAVIDAD EN HOLMES CHAPEL (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora