Capítulo 13

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(Punto de vista de Marcela)

En mi cabeza sólo ronda un nombre... Jack... ¿Habré encontrado al fin al hombre de mi vida que me acepte tal y como soy? Me sonrojo sólo de pensarlo.

Esta noche hemos quedado al fin para conocernos más profundamente. Bueno, ya se sabe... No quiero forzar la situación pero creo que él también lo está deseando y es que me atrae tanto que no sería capaz de contenerme. Pero no quiero que deje de quererme por precipitarme. Ni que piense que yo no quiero o que soy una siesa.

Me dan escalofríos. Tal vez hoy no lleguemos a tanto. ¿Pero quién dice que un par de besos estarían mal?

Jack llega puntual a mi habitación. Me saluda con un par de besos y una miradita rápida hacia mis pechos. ¿Creerá que no me he dado cuenta? 

Marcela: He encargado una botella de champagne. Espero que no te importe.

Jack: Al contrario. Estaba a punto de llamar yo. 

Se sienta en el sofá que hay en la habitación, y yo me levanto a encender la música. Misteriosamente suena una canción lenta que yo no tenía preparada para nada. "Thinking out  laud" de Ed. Sheeran. 

Jack me mira y me sonríe y estábamos a punto de empezar a bailar cuando llaman a la puerta. Servicio de habitaciones.

La recepcionista del hotel trae con ella la botella encargada y sale de la habitación. Se ve que andan algo cortos de personal y tienen que mandar a la loca a hacer las entregas. Que verguenza. Menos mal que esta vez iba acompañada de un chico. He llegado a escuchar que era un tal Daniel o algo así, pero eso a mí no me importa.

Yo tengo a mi Jack.

Me siento discretamente en la cama y abro la botella. Él coge un par de copas y se sienta a mi lado mientras que yo sirvo. 

Nos miramos tímidamente y bebemos,  hasta que a él empiezan a brillarle los ojos y noto que se va acercando a mí. 

Le sigo el juego y me acerco yo tambien. Me coge de la cintura y me va a besar cuando toca mis genitales sin querer. Su cara de asombro es épica. Pensaba que sabía que era transexual. 

Se escuchan unos fuertes gritos en la habitación de al lado, pero yo no tengo ánimo para preocuparme por nadie porque estoy ocupada observando cómo el hombre de mi vida me mira con horror y yo no se de qué manera responder.

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