Capítulo 8

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(Punto de vista de Cassandra)

Recibo un mensaje directo nuevo en twitter que dice así.

"@Mrxxx69: Tus amigas ocultan cosas."

¿Quién es tan idiota como para ponerse Mrxxx69? Desde luego es un hombre como no. Siempre hombres. Que desgracia para la humanidad. Nunca traen nada bueno.

Hoy tengo que revisar como va la ampliación del hotel. Así que veré al arquitecto Thomas y a sus dos ayudantes. Mike y ... no recuerdo su nombre. Bueno, tampoco es demasiado importante. Es cuestión de formalidades, eso sí, Amy me acompañará. No son extranjeros y podría entenderme perfectamente con ellos pero no me fío de mi misma y necesito a alguien que me controle para no hacer ninguna estupidez.

Pero antes de ir respondo a ese tal xxx.

"@Cassyy_94: Métete en tus asuntos idiota."

Y hecho esto voy a la sala de reuniones. Ya están allí Mike, su hermano y Amy. Charlan animadamente. Cuesta creer que sean hermanos, aunque la forma de la cara sí que se parecen pero uno es rubio con ojos verde esmeralda y piel bronceada, y el otro tiene el pelo castaño y ojos azules como el hielo y la piel muy blanquita hasta el punto que lo hace incluso más atractivo. La verdad es que ninguno de los dos está mal. Pero eso es algo que jamás diré en voz alta.

Amy: Por fin llegas Cassy, te estábamos esperando.

Cassy: ¿Y Thomas? Se supone que tendría que haber llegado pronto. Es el más interesado en esta reunión.

Mike: Debe de estar muy metido en el tema de los planos. Se toma su trabajo muy en serio. Es un gran profesional.

Cassy: Claro... eso debe de ser...

Hermano: No se preocupe. Subiré a su habitación y en 5 minutos podrá comenzar la reunión.

Cassy: Oh, subiré con usted. Me gustaría ver todo lo concentrado que está en los planos.

Este chaval se cree que nací ayer. Debe de estar echándose la siesta o a saber qué.

Subimos por el ascensor hasta la primera planta. La planta donde se encuentra la habitación número 69, la de este señor. Amy va al lado del chico rubio y ambos sonríen mucho. No harían mala pareja, pero seguro que es un cabrón como todos los hombres.

Mike va a llamar a la puerta pero yo lo detengo. Tengo la llave de la habitación. Quiero pillarlo haciendo lo que esté haciendo. Abro sigilosamente la puerta y allí está, en el sofá, con Emma subida encima de sus piernas y ambos comiéndose la boca el uno al otro como si no hubiera un mañana.

El cuencoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora