El cuenco

Capítulo 4

(Punto de vista de Emma)

Y de nuevo pillo a una pareja infraganti. Esto de limpiar a veces resulta muy interesante, y otras puede ser bastante incómodo. Cierro rápidamente la puerta, pero ya es tarde. El chico sale de la habitación, me mira durante unos segundos y se va.

Es el chico del bar. Creo que su nombre era Jack. Abby lo puso verde durante un buen rato después de que se lo llevara el de seguridad. Estoy deseando de terminar las 3 habitaciones que me quedan hasta llegar a la 69. Sí, se podrían hacer muchos chistes con este número, y no, no voy a hacerlos.

Es la habitación en la que se está Thomas, el arquitecto que esta llevando la ampliación del hotel. Lo conocí hace ya una semana, cuando entré en su habitación para limpiarla y es un chico fantástico. Se esta convirtiendo en uno de mis mejores amigos. 

Solo he hablado de él con Amy, aunque solo le he comentado que es muy guapo. Es alto, moreno y con ojos azules. Adoro los ojos azules, son mi perdición.

Antes de salir de la última habitación que acabo de limpiar me miro en el espejo. Me acicalo un poco frente al espejo e intento ordenar lo mejor que puedo mi pelo. Cojo aire, sonrío y llamo a la puerta.

Thomas abre la puerta y también me sonríe. Entro empujando la fregona con el pie y, como es de esperar se me vuelca en el suelo y me mojo los pantalones.

Thomas: ¿Te has mojado mucho?

Em: Bueno... no demasiado, creo que puedo seguir así hasta que pueda cambiarme.

Thomas: Te vas a resfriar, ten, cámbiate. Puedes coger unos de mis pantalones hasta que puedas conseguir algo mejor.

Em: Vaya gracias. Date la vuelta, no mires eh.

Thomas: Soy un buen chico, no miraré.

Me adelanto un poco hasta un lugar en el que no pueda verme demasiado y empiezo a quitarme los pantalones. Miro hacia atrás con disimulo y él está mirando tímidamente para que yo no me de cuenta. Tarde. En cambio no le digo nada. Sonrío y me pongo sus pantalones rápidamente. En estos momentos solo me arrepiento de no haber llevado una ropa interior mas sexy.