Alemania West o simplemente Alemania es el mayor y quien tomaría mayor responsabilidad cuando su padre Alemania Nazi cediera su territorio a sus dos hijos; para Alemania era habitual llevar a cabo sus deberes al pie de la letra pero, desde que lo separaron de su hermano su mundo se volvió opaco, frío y sin el más mínimo sentido a parte de proteguer y cuidar a su hermano Alemania Ost quien estaba del otro lado del muro.
Le preocupaba las situaciones que estuviera pasando su hermano, estaba consciente de que no podría cumplir con los mandatos de URSS al pie de la letra y tan perfectamente como los rumores decían, tenía miedo, pero no un miedo típico de su joven edad, que lastimaran a su hermano era algo que difícilmente perdonaría o (se perdonaría a sí mismo).El reloj marcaba 5:30 pm, el trabajo estaba terminado y por ahora Francia, UK o USA no lo molestarian con darle algo más que hacer para entretenerlos, le tenían miedo y se debía a que tenía la misma mirada seca e indiferente que su abuelo Imperio Alemán, temían que algún día aquel niño siguiera con los pasos de su familia así que le dieron un trato bastante humano y considerable con una que otra regla... entre ellas...
—no pasar el muro—
Leyó un cartel que se encontraba clavado en el muro fronterizo que lo mantenía apartado de su hermano, espero por varios minutos para reunirse con él como lo habían prometido la primera noche de terminaron de construirlo.
—¿Alew?, ¿sigues ahí? Alew— el alemania más pequeño llegó tarde, eran más de las 8 de la noche pero había llegado con la esperanza de escucharlo.
—aquí estoy, ¿qué pasó que llegas tan tarde?—
—URSS no me dejaba salir, me encerró pero RSSU me ayudó a salir por la ventana del séptimo piso—
—entiendo, por cierto... te traje algo para ti, espero que lo atrapes— dicho aquello retrocedió y arrojó una bolsa que contenía algunos cuantos dulces —no los vayas a comer todos, papá se molestaría si sabe que comiste dulces antes de dormir—
—¿en verdad crees que regrese por nosotros?— pregunto el más pequeño muy desmotivado, le dolía el ojo y unas cuantas heridas que fueron tratadas torpemente por uno de los hijos de URSS —quisiera que volviera, quiero a mi papá, quiero volver a casa contigo, con el señor Argentina y el señor Chile, jugar con Japón, perseguir a Italia—
—ese día llegara pronto, te lo prometo— coloco su mano extendida en las paredes del muro apoyando su frente de igual forma cuando seamos más grandes derribare el muro, seremos libres de las manos de los Aliados y juntos cumpliremos la voluntad de nuestro abuelo—
—Alew, ¿por qué crees que papá nos abandonó?—
Al no conocer la verdad, Alemania no sabía que responderle a su hermano al respecto, siempre pensaba que era porque estaba en gran desventaja en la guerra, porque Italia Facista lo había traicionado o incluso porque Imperio japonés había muerto y necesitaba una forma de apoderarse de todo una vez más; siendo un niño se complicaba todo y más tratándose de tomar un lugar muy adelantado a su edad, no confiaba en nadie y mucho menos en Argentina por no ayudarlo a pesar de que Nazi le dio todo lo que le pidió.
—eso no importa, juntos seremos un gran país, solo necesito que esperes un poco más... solo un poco hasta que consiga la ayuda del señor Chile—
—pero el abuelo dijo que nosotros tenemos el deber de protegerlo cueste lo que cueste—
—¡ya lo se!... pero... solo somos dos niños, ¿cómo pretendes que cumplamos con ese deber? Chile es el único que puede estar al nivel— sin apartar su mano del muro se deslizó quedando arrodillado —el bisabuelo Prusia le enseñó todo lo necesario para un enfrentamiento militar al igual que el abuelo Imperio que se aseguró de que no le faltara nada y no perdiera el sur de su territorio... solo... es cuestión de que quiera ayudarnos—
—¿y que si no acepta y nos hace aún lado por miedo como Argentina lo hizo?—
—no lo sé— susurro —solo quiero un bienestar para ti, que dejes de estar en manos de URSS...—
Noto tristeza y desilusión en las palabras de su hermano, no le contaba lo mal que lo estaba pasando, el hambre, la corrupción, la pobreza con millones de abusos que soportaba por tener la ilusión de que su hermano cumpliría su palabra, las heridas en su piel y los moretones que apenas desaparecían cada vez que fallaba frente a las órdenes del comunista; se lamentaba tanto pero no quería que se generaran más problemas si se lo decía directamente a su hermano, temía por su vida y por la de su gente.
—ojalá el señor Chile nos quiera ayudar, confío en el... después de todo el abuelo nos dio la orden de protegerlo—
Y una risita se escuchó levantándo un poco el ánimo al alemán mayor; de nuevo se reunirían, como siempre antes de hacer sus labores a las 6 de la mañana.
La hora en la que su padre siempre llegaba a casa terminó siendo la hora en la que se reunían a pesar de que el más pequeño tuviera contratiempos que le impedían llegar sin preocupar al más grande.
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Prometo volver (countryhumans Alechi)
FantasiHistoria narrada tras casi concluir los acontecimientos de la segunda guerra mundial. West y Ost son gemelos y viven continuamente en un mundo fuera de lo ordinario que deberían tener a su edad; ambos son los sucesores del Imperio Alemán a quien tri...