Capitulo 2

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Willy:

Se supone que mi vida tenía que seguir el curso normal de las cosas, después de clases me iría como siempre a casa, pero ahí frente a mi escuela había un auto deportivo rojo, esos que siempre aparecen en las películas, que pertenecía al chico que ayude ayer.

—Guillermo—Me llamo a con un grito a todo pulmón.

Me acerque algo avergonzado, pues todo el mundo me miraba como un bicho raro, aunque tenía que aceptar que esto no era nada normal— ¿Por qué viniste?—Pregunte.

—Para agradecerte—Escuche como sacaba el seguro del auto—Vamos siéntate, quiero llevarte a un restaurante—

— ¿Qué clase de persona invita a un extraño a comer?—

—Una parecida a los que dejan que un extraño se bañe en su casa—Me respondió sonriente—Vamos será divertido─

Me iba a ir, pero note que detrás de mí había una gran cantidad de gente y jamás tendría el valor para pasar entre ellos, por lo que me metí en el auto—Si tanto insistes—

—Okey, vamos chiqui—Hizo partir el auto y nos fuimos a toda velocidad, y en el fondo sabía que mañana iba a tener toda la atención de la escuela.

—Samuel ¿Cómo supiste donde estudiaba?—Pregunte.

—Reconocí el uniforme, por lo que el resto fue fácil—Me explico sin apartar los ojos del camino— ¿Vas en último año?—

—Si ¿Tu también?—

—Pues si—No dije nada más, pues esto era realmente raro.

Detuvo el auto de un instante a otro— ¿No querías venir?—Comento algo triste.

—No, bueno si, es que es raro, no te conozco y quiere que a acompañe a algún lugar de la ciudad—

—Me llamo Samuel, me considero carismático, pero prefiero pasar desapercibido, tengo dieciocho años y aún no se que voy a estudiar, me gustan mucho las cosas dulces, además actualmente estoy soltero—Dijo todo tan rápido que me costo comprenderlo, pero sabía que era exactamente lo que yo había hecho—Ahora no soy un extraño—Volvió a encender el auto y lo puso en marcha.

No volvimos a hablar hasta que llegamos al restaurante, porque era demasiado lujoso, ni con todos los ahorros de mis padres podría entrar a un lugar así.

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Vegetta:

La mirada de Guillermo era sumamente divertida, si no quería venir, pues ya no importaba, porque estaba tan sorprendido que lo tenía comiendo de la palma de mi mano.

Lo iba a dejar pasar, pero no siguió caminando—Deberíamos ir a otra parte—Me dijo.

— ¿A dónde?— Pregunte.

—Al parque de diversiones—Me sorprendí, mi plan estaba saliendo de una manera extraña, pero creo que podía retomarlo desde ahí.

—Lo que tu quieras—Saque las llaves del auto, pero otra vez el cambio mis planes, me agarro del brazo y me guio hasta donde quería ir.

—No me se el camino en auto, pero a pie es como la palma de mi mano—

Caminamos durante unas dos cuadras que paramos en una parada de buses, lo cual me preocupo, pues jamás uso efectivo, si no tarjeta y ahora mismo no tenía una miserable moneda—Olvide algo en el auto—Le dije.

Heartbreaker (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora