Capítulo 15: Cuidados y mimos

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Me despierto adolorido como la mierda. Pongo todo de mi parte para ponerme de lado y gruño al sentir la cadera entumecida. Joder, me arde el culo. Lo siguiente que noto es que Atsushi no está en la cama, ni siquiera en el cuarto. ¿Acaso es de los que se van para no despertar con la persona con la que se acuesta o qué? Miro hacia la mesilla y veo una pequeña hoja doblada, así que me estiro como puedo y la recojo.

Buenos días, mocoso. Dejo esto en caso de que te despiertes antes de que vuelva. Voy a ir a la cafetería para comprar el desayuno, te he dejado una pastilla de ibuprofeno y una botella de agua al lado de esta nota. Imagino que te duele el cuerpo, así que tómatela. Regresaré lo antes posible, no gruñas mucho.

Tu novio.

Me sonrojo un poco al ver que ha firmado como "mi novio" y sonrío, abrazando la nota. Vuelvo a mirar la mesilla y efectivamente hay una botella de agua y una pastilla blanca en su envoltorio. Me la tomo y vuelvo a recostarme, molesto por el dolor de cadera que siento. No me quiero imaginar cómo será el dolor cuando Atsushi sea brusco. Pongo una mano en mi cuello y me estremezco, recordando como me agarró anoche de él y lo mucho que me gustó. Espero que vuelva a hacerlo.

No recuerdo haber sido así de feliz antes, que sensación tan rara. Pero es agradable. La puerta del cuarto se abre y Atsushi entra.

—Ya estoy aquí, buenos días—

—Buenos días—

Deja la bandeja en el escritorio y se acerca a la cama, donde se sienta en una esquina. Acaricia mi pelo.

—¿Necesitas ayuda para sentarte o estás bien?—pregunta—Veo que te has tomado la pastilla, el dolor debería suavizarse pronto—

—Estoy agotado, ayúdame—

No es realmente cierto, podría sentarme solo aunque me duela mucho el culo, pero quiero que él me toque y muestre preocupación. Atsushi me agarra por la cintura y tira un poco, dejándome sentado con la espalda apoyada en el cabecero.

—¿Cómo estás?—-parece cauteloso, como si temiera que algo malo pasara

¿Acaso cree que me he arrepentido de lo que hemos hecho? Eso es imposible. No puedo ser más estúpidamente feliz.

—Estoy bien, no me duele demasiado—respondo—Estoy deseando hacerlo de nuevo—

Atsushi sonríe y se levanta para ir a buscar la bandeja. La pone sobre mis piernas y me gruñe el estómago al momento, estoy hambriento. Ha traído dos tostadas, zumo de naranja, té, cruasanes, café y magdalenas, ¿quién necesita tanta comida?

—No tenía muy claro que te gustaría desayunar, así que he traído un poco de todo. Lo que tú no quieras, me lo comeré yo—explica

—Con las tostadas y el té tengo suficiente—respondo—¿Vas a comerte todo lo demás?—

—Por supuesto, necesito mantener este cuerpo—

Es cierto que Atsushi siempre come mucho, aunque hay que tener en cuenta que es muy alto y hace muchísimo ejercicio. Me apoyo en su hombro y empiezo a comer, me siento cómodo, podría quedarme así para siempre. No tengo que fingir, puedo bajar la guardia, no tengo que forzarme a hablar o ser amable, no hay silencios incómodos, es genial.

—Por cierto, Kashima me ha preguntado por ti—dice—Ayer fue a verte y no estabas en tu habitación, así que me preguntó si sabía donde estabas. Le dije que te habías quedado a dormir en mi cuarto porque habíamos estado repasando matemáticas—

—Oh, vale—respondo

—No sé qué quieres que hagamos con esto—dice, comiendose otra magdalena

Morbo -Yaguchi Kyosuke/Yacchan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora