Capítulo 3: No, no puedes escapar.

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Este capítulo va dedicado a @cloroxliquido. Muchísimas gracias por todo lo que me has enviado a instagram, me ha hecho muchísima ilusión <3

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Narra Yacchan:

Me levanto un poco justo de tiempo, pero no importa, puedo desayunar tranquilamente de todas formas porque es fin de semana. La cafetería está bastante llena esta mañana, pienso si debería sentarme con mis compañeros del club de fútbol o con mis amigos de la academia, pero, al parecer, todas las mesas están llenas, así que intento buscar a mi primo Yu para sentarme con él. Cuando lo veo me acerco a su mesa, pero descubro algo muy desagradable. Kamitani-senpai está sentado ahí y también el resto del club de fotografía, Toono incluído.

—Pero mira a quién tenemos aquí, al pequeño niño bonito—me saluda Kamitani, con cierta burla

Al mirarlo a la cara siento como mis mejillas enrojecen, recordando el vídeo que me envió hace tres noches... Sacudo la cabeza y sonrío, obviamente de forma falsa.

—Buenos días, ¿has dormido bien?—

—Sí—responde, desinteresado de pronto.

Mi sonrisa tiembla, a punto de borrarse de mi cara pero consigo mantenerla. Me siento al lado de mi primo y sonrío a los demás. Intento no hacerle caso a Kamitani-senpai, porque no deja de provocarme. Igualmente, no es como si estos días me hubiera hecho mucho caso, apenas nos habíamos visto y no había vuelto a mandarme ningún mensaje...¡tampoco es como si yo quisiera que me hablara!, pero supuestamente él está interesado en mi.

—Buenos chicos, os dejo. Tengo que ir a entrenar, pasado mañana tenemos un partido contra la academia Morfin y va a venir gente importante a observar el partido, así que tengo que hacerlo muy bien. Nos vemos después, Itome—

Se levanta, llevándose la bandeja vacía consigo, y se va. Ni siquiera me mira una última vez y eso me molesta bastante. ¿Quién se cree que es? Primero me acosa y ahora me ignora, menudo cretino asqueroso y homosexual. En fin, que le jodan.

Narra Kamitani:

Dejo mi bolsa de deporte en la taquilla y me estiro un poco, preparándome para entrenar. El resto ya están en la cancha, motivados por el buen día que hace. Antes de cerrar la taquilla saco mi móvil para mandar un mensaje, con una sonrisa maliciosa en los labios.

Yo: He dormido bien, sí, pero habría dormido mejor si tú estuvieras en mi cama, pequeño. Termino de entrenar a las 2, haré un descanso para comer y estaré hasta las 7 con Itome, pero después de cenar voy a hacer un hueco en mi apretada agenda para estar contigo, deberías sentirte honrado.

Yo: Nos vemos después, y no, no puedes escapar.

Envío el mensaje a Yaguchi y dejo el móvil en la mochila de nuevo, cerrando la taquilla. Me encantaría ver su cara cuando lea este mensaje, seguro que se pone rojo hasta las orejas y empieza a maldecirme. Salgo a la cancha y los demás se reúnen alrededor de mí.

—Vale, chicos, tenemos que machacar a Morfin, así que vamos a trazar varias estrategias—empiezo a decir—Si el entrenador está de acuerdo, claro—

El entrenador, Shinobi-san, asiente y nos da el visto bueno. Normalmente él no hace nada, solo aprueba todo lo que yo propongo, ya que soy bueno para las tácticas y entreno bien al resto, pero si él no estuviera aquí, el club de basket no sería posible. Todos los clubs necesitas un entrenador que se haga cargo de los alumnos.

—Tienen una buena defensa, pero nosotros somos los mejores en ofensiva, esperaremos hasta el segundo cuarto para romper el ritmo y la balanza estará a nuestro favor. De todas formas, vamos a empezar energéticos, pero que se confíen, así será mucho más satisfactorio aplastarlos. Quiero ver sus caras de derrota cuando el partido termine, ¿entendido?—

—¡Sí, capitán!—exclaman todos al unisono

—Pues vamos allá, quiero veros a todos sin aliento. ¡Empezamos!—

— — —

Después de comer, todavía con el pelo húmedo, voy al cuarto de Itome y llamo a la puerta antes de entrar. Tiempo atrás no llamaba, pero un día encontré a Itome teniendo relaciones con Akemi y fue una imagen que prefiero olvidar y no tener que repetir nunca. Akemi no me agrada, pero es el novio de mi mejor amigo y debo respetarlo y aguantarme, aunque creo que Itome merece algo mejor. En fin, no es mi problema, estaré ahí sí le acaba rompiendo el corazón, que es lo más probable.

—Adelante—

Abro la puerta y la cierro a mi espalda. Itome me espera sentado en el suelo, con una pequeña mesa donde hay varios libros desperdigados. Intento ignorar que Itome tiene los ojos rojos como si hubiera estado llorando, pero no puedo, no soy tan desalmado con las personas que me importan.

—¿Qué ha pasado? ¿Por qué has llorado?—

Mira hacia el suelo y entrecruza los dedos de sus manos, manteniendo el silencio. Me siento a su lado y golpeo su nuca con mi libreta de inglés.

—Vamos tonto, sabes que puedes contármelo. No te sienta bien guardarte todos tus sentimientos, ¿qué ha hecho el enano rubio esta vez?—

—Lo de siempre... acostarse con otras personas—suspira—pero es mi culpa, yo lo propuse... aunque si no lo hubiera hecho, él no habría aceptado salir conmigo y yo siempre he estado enamorado de él, así que no tuve mucha opción—

—¿Le has dicho alguna vez cómo te sientes?—

—No, temo que me deje—

—Deberías decírselo. El minion rubio no es santo de mi devoción, pero sí creo que la comunicación es esencial en una relación, además, te sentirás mejor también—me encojo de hombros—No creo que te deje solo por contarle cómo te sientes, creo que el mocoso te quiere de verdad, Itome—

—Lo pensaré—

Golpeo su espalda con la palma de mi mano y le pongo el libro de matemáticas delante.

—Genial, pues ahora a estudiar—

Narra Yacchan:

Vuelvo a recoger mi móvil del escritorio donde estaba haciendo deberes y reviso el mensaje que el idiota de Kamitani-senpai me envió antes. ¿Va a venir? Resoplo, claro que no, ni siquiera sabe cual es mi habitación y, obviamente, yo no voy a decírselo. ¿Por qué iba a querer pasar tiempo con él? Que imbécil. Me tenso cuando oigo unos golpecitos en la puerta, pero enseguida me tranquilizo diciendo que no puede ser él, que no sabe cual es mi habitación.

—Ya creí que estabas durmiendo, angelito falso—

. . .

—¿Cómo has sabido cual era mi habitación?—

—Ya te lo dije, Kashima es un niño muy colaborativo. ¿Puedo pasar?—

—No—

—Realmente no me importa tu opinión—responde y me levanta, agarrándome por la cintura

Me sorprendo de lo fuerte que es, me ha levantado a pulso como si no pesara nada, como si fuera una pluma. Cierra la puerta despacio, con la rodilla y me deja sobre la cama. Se sienta a mi lado antes de que pueda actuar.

—¿¡Qué demonios haces, bastardo!?—exclamo, molesto

—Estoy cansado, cállate—responde, estirándose sobre la cama y cerrando los ojos

—¿Huh? Levántate y vete, cerdo asqueroso—lo sacudo

Abre los ojos lentamente, mirándome con tanta intensidad que me quedo helado, sin poder moverme. Se sienta de nuevo y se inclina sobre mí, ¿qué va a hacer? Mi corazón late con mucha fuerza, sus ojos me queman y está muy serio.

—Yaguchi, quiero tocarte ahora mismo—

¿Qué? Mierda.

Morbo -Yaguchi Kyosuke/Yacchan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora