v e i n t i t r e s

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—Manuel—Lo llamó el rubio casi con un murmuro— ¿Por qué no le has dicho a ninguno se tus conocidos en Chile que te detectaron una enfermedad?

—¿Mmh? No tengo por que decirles... Todavía, la semana pasada me dijieron que tenía el cáncer, además por ahora no es nada grave—Se quedó mirando por unos segundos en la pared, luego miró nuevamente al que yacia delante suyo—Y estoy solo acá, se van a preocupar mucho si les cuento. Pero tranquilo, cuando empiece tratamiento les aviso, menos mal que fui al hospital a tiempo.

—First of all your are not alone, nos tienes a Alfred y a mi. Estaremos para lo que necesites—El castaño le sonrió—Tu estómago estará mal pero nosotros te daremos de comer lo que diga el doctor. Te apoyaremos en esto. Ahora sólo sigue tu vida normal, se que es difícil pero, no te deprimas, sigue haciendo un excelente trabajo con tus libros, sigue tomando té conmigo, no pares con tus salidas a caminar, ni hablar con tu amiga que encontraste hace poco ¡No te deprimas!.

—jajsjakd Gracias Arthur. Ahora, dile a tu pololo que venga, está invitado a probar el nuevo té que compré, sabrá que es un buen té a la hora de desayuno.

—¡Well said! Si empeora, invitamos a tus amigos junto a tu madre y hermana, aunque tengo la esperanza de que no sucederá. Podrás irte de vacaciones a visitarlos cuando todo esto pase.

Muy lejos de ahí, Martin se despertó de golpe, a las 5 de la mañana, estaba sudando y agitado. Algo le decía que estaba sucediendo algo. Involuntariamente miró su celular acordándose de Manuel, pero no sabía que hora era en Inglaterra a si que preferiría llamarlo cuando sea de día.

¿c u a n d o  v o l v e r a s? | a r g c h iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora