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Halloween

La mañana siguiente, Irene se dirigió a la mesa de Gryffindor donde Ron y Harry charlaban.

- Buenos días chicos – les saludó ella.

- Irene, ¿te fijaste anoche? – preguntó Ron susurrando pero muy emocionado mientras comía.

- ¿En el perro de tres cabezas? No, no le vi – respondió Irene divertida.

- No, en eso no – respondió Harry de la misma manera – si no de lo que tenía el perro debajo.

- No sé, patas supongo – dijo ella sonriendo, Ron le lanzó un trozo de tostada, pero la chica ya tenía una gran habilidad para esquivarlos con facilidad.

- Eso tampoco, lo que había debajo – dijo Harry.

- Ah, os referís a la misteriosa trampilla de madera que el perro protegía... No, no la vi – Ron le tiró otro trozo de tostada que ella esquivó riendo – bueno vale, es posible que la viese.

- Nos estábamos preguntando que habrá allí debajo.

- Pues algo valioso, peligroso o increíble... O todas.

- Creemos que es lo que sacó Hagrid del banco cuando estaba conmigo – dijo Harry.

- ¿Qué aspecto tenía?

- Cinco centímetros de largo, envuelto en papel.

- Bueno... Podemos descartar varias cosas.

- ¿A qué te refieres?

- Bueno, a que no es un coche, ni un camión, no es cañón ni una varita, no es una cama, no es... - Pero nadie supo lo que tampoco era, porque esta vez, fue Harry el que la tiró un trozo de tostada y luego los tres se echaron a reír.

- ¿Hermione y Neville han dicho algo?

- No, Neville está asustadísimo – dijo Harry.

- Y, por suerte, Hermione no nos habla.

- Ron... No deberías tratarla así.

- Es insoportable, de verdad, tú a penas tienes que ver su cara... Pero es horrible, te lo prometo.

De repente, unas lechuzas trajeron un gran paquete para Harry y lo dejaron frente a él, luego otra dejó una nota en la mesa.

NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA Contiene tu nueva Nimbus 2.000, pero no quiero que todos sepan que te han comprado una escoba, porque también querrán una. Oliver Wood te esperará esta noche en el campo de quidditch a las siete, para tu primera sesión de entrenamiento.

Profesora McGonagall

Los tres salieron del Gran Comedor para poder abrirla, pero, a mitad de camino, se encontraron a Crabbe y a Goyle que les cerraban el camino. Malfoy le quitó el paquete a Harry.

- Es una escoba – dijo devolviéndosela a Harry con una cara que reflejaba celos y rabia a la vez – esta vez la has hecho, Potter. Los de primer año no tienen permiso de tener una – luego miró a Irene, que, al lado de Harry y Ron, le miraba enfadada, no olvidaba lo que había pasado la noche anterior.

- No es ninguna escoba vieja —dijo Ron—. Es una Nimbus 2.000. ¿Cuál dijiste que tenías en casa, Malfoy, una Comet 260? Las Comet parecen veloces, pero no tienen nada que hacer con las Nimbus.

- ¿Qué sabes tú, Weasley, si no puedes comprar ni la mitad del palo? – respondió Malfoy.

- Pues bien que en la clase de ayer a ti te corrigieron por montar mal en la escoba, según recuerdo, a Ron le dijeron que estaba perfectamente montado – respondió la chica.

La Piedra Filosofal, Un Relato En Hogwarts [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora