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Sólo fue necesario el primer llamado de la alarma para que Jaemin saltará de la cama rápidamente, moviendo todas las cobijas y las almohadas e incluso a Dongyoung de su alrededor.

—¡Dongyoung ya es hora! —de repente la pequeña casa se había llenado de ruidos, porque cuando Jaemin está despierto siempre hay ruido.

El menor gruñó en la cama, porque serían probablemente las siete de la mañana en un sábado y él no tenía en sus hábitos levantarse. Hoy era el día en el que empezarían a publicar los resultados de todos los alumnos que aplicaron para la universidad, tanto fuera como dentro de la ciudad. Jaemin no podía con su emoción.

—Ah, Jaemin —Dongyoung suspiró, enredándose entre las cobijas hasta la cabeza, sintiendo el agradable calor de la cama—. Es muy temprano, ven y duerme.

—No Dongyoung, estoy por saber si no seré vagabundo, no me pidas que duerma —Jaemin gritó desde algún lado de la casa, Dongyoung se preguntaba cómo era que lo había escuchado. Gimió y se percató de que el aroma a café ya estaba por toda la casa, la luz del sol ya transitaba por toda su habitación gracias a que Jaemin había abierto las cortinas, e incluso escuchaba la televisión de la sala prendida en el canal de las noticias matutinas; en serio Jaemin no conocía el silencio.

—No exageres, estoy seguro de que te aceptaron —habló Dongyoung, con su voz ronca de las mañanas. Se destapó y se sentó recargado en la pared cuando sintió cómo Jaemin tomaba lugar a su lado en la cama, con una laptop en manos que puso en su regazo.

—Lo dices porque tu ingresarías a cualquiera sin problema alguno —contestó Jaemin, acomodándose cómodamente en la cama—, es más, ni siquiera sé porque no te hablaron de Harvard —Dongyoung rió, dejándose caer de nuevo con pereza a lado de Jaemin, estiró uno de sus largos brazos y lo pasó por la cadera del mayor, abrazándolo—. Por cierto, buenos días Youngie.

—Buenos días, Jaemin —Dongyoung sonrió contra la almohada, con sus ojos cerrados y sus pensamientos ocupados.

Jaemin tenía razón, Dongyoung no tuvo que esforzarse ni un poco para prepararse ante el exámen de ingreso a la universidad, a decir verdad, él nunca tuvo dificultades en cosas que se trataran de la escuela, siempre mantuvo un promedio de excelencia, era el mejor a donde fuera, así que no podía mentir diciendo que estaba preocupado por los resultados, porque de cualquier forma, obtendría becas académicas con facilidad en donde se le antojase.

Jaemin en cambio, presentaba pequeñas complicaciones, claro que era inteligente, pero tenía puntos débiles que Dongyoung siempre se encargaba de ayudarle a reforzar; lo que Jaemin no entendía en clases, Dongyoung se lo explicaba en casa, era como tener un maestro particular a su disposición a todas horas, no podía quejarse porque siempre estaba al tanto. 

—Veamos —Jaemin murmuró, alargando su voz conforme tecleaba en la computadora sus datos para conseguir sus resultados. Dongyoung se movió en la cama, cambiando su posición ahora para sentarse, recargando su cabeza sobre el hombro de Jaemin, mirando hacia la pantalla también—. Estoy tan nervioso.

—No lo estés, estudiaste mucho y te esforzaste, estoy seguro de que ingresaste —Dongyoung lo alentó.

— ¿Crees que en éste campus? ¿y si me tengo que ir a uno fuera? ¿o si no junto los puntos suficientes para?.

—Jaemin, ya cállate —Dongyoung interrumpió la lluvia de preguntas dramáticas de su amigo, algunas veces, lo había aprendido con el tiempo, Jaemin sacaba a la luz su lado pesimista, mostrándose demasiado reacio e inseguro ante cualquier dificultad; y Dongyoung estaba siempre para intentar evitar que eso pasara, porque le gustaba más su Jaemin sonriente y positivo.

—Está bien —Jaemin soltó un suspiro e intentó relajarse, había ingresado los datos que necesitaba y la página estaba cargando, en realidad ahora estaba más nervioso—. ¿Tú qué no verás tu resultado?.

—No, ya sé que ingresé.

—Bueno, por lo menos para aparentar que te interesa —Jaemin se burló un poco, soltando una risa que solo buscaba persuadir sus nervios, porque la página estaba tardando en cargar más de lo que esperaba.

—Bien, después de ti revisaré —Dongyoung accedió, restándole importancia al asunto. No tenía que preocuparse mucho, había presentado su exámen y estaba bastante seguro de las respuestas que había dado, estaba consiente de que en la universidad que presentó admisión solo se le permitía a los mejores promedios, y aún así confiaba en que su desempeño fue el suficiente; incluso había aplicado un exámen para obtener la beca por excelencia, sólo le quedaba esperar.

—De acuerdo, disculpe las molestias futuro ingeniero Kim —el tono burlón de Jaemin hizo reír nuevamente a Dongyoung.

—Oh, suena tan bien... Futuro arquitecto Na —ahora fue Jaemin el que rió.

—Oh mierda, también suena increíble, y ésta cosa que no carga —se quejó el mayor, moviéndose con incomodidad.

Dongyoung se levantó de la cama porque el olor a café lo llamó por instinto. Deseó por un momento que su única preocupación fuese su ingreso a la universidad y su cercana graduación, pero en realidad era que estaba más preocupado y ocupado por la conversación que había tenido con la maestra Leechaiyapornkul el día anterior. Porque Chittaphon volvería, por fin lo haría.

—¡Dongyoung, no puedo ver mis resultados!.

—Jaemin, ¿te acuerdas de Chittaphon hyung? —Dongyoung había quedado de pie frente a la ventana de su habitación, observando entre los arboles el cielo que estaba iluminado por el sol mañanero, sus pensamientos lo habían hecho viajar rápidamente, como siempre, entorno a Chittaphon.

—¿Eh? —Jaemin estuvo a punto de volver a quejarse acerca del aparato pero se quedó callado durante un rato, pensando—. Claro que sí, Dongyoung —contestó animado, con una sonrisa alegre—, estabas obsesionado con él cuando éramos niños, ¿no?.

—No estaba obsesionado —Dongyoung renegó, porque si lo decían de esa forma no sonaba tan bonito como se sentía—. Era un niño, sólo estaba enajenado —Dongyoung intentó persuadir un poco a Jaemin de la realidad, aunque temía que se percatara de ello. Prefería mantener su guardia alta, aparentar que en verdad lo de Chittaphon había sido algo de su niñez, porque al parecer todo el mundo pensaba que debía ser así, que al crecer él debía olvidarse de Chittaphon, todos excepto él, porque no lo había olvidado.

—Bueno, sí lo recuerdo, ¿cómo olvidarlo? —contestó Jaemin encogiéndose de hombros, porque aceptaba que Chittaphon era parte también de una etapa muy grata de recordar de su vida—. ¿Por qué lo preguntas?.

—Es que va a regresar pronto —Dongyoung habló con voz baja, sin poder evitar una pequeña sonrisa. Volvió su cuerpo y miró a Jaemin, quien seguía sentado en la cama con la computadora sobre sus piernas, mirándolo sorprendido.

—¿En serio?, ¡Después de tanto tiempo! —Jaemin sonrió ampliamente, porque podía compartir con Dongyoung la misma emoción de que Chittaphon regresara, pero de una forma más clara, la forma de Dongyoung se miraba turbia en comparación—. ¿Cuándo viene? ¿iremos a verlo?, ¡lo extrañé! Me pregunto cómo estará.

Dongyoung decidió ir por su taza de café, porque estaba haciéndose esas mismas preguntas y muchas más, y porque además de repente había dejado de prestarle atención a Jaemin, porque su mente comenzó a llenarse de todo lo que le gustaría hacer cuando Chittaphon regresara.

𝐂𝐑𝐄𝐂𝐄𝐑┊𝗱𝗼𝘁𝗲𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora