f o u r t e e n

331 71 7
                                    

Dongyoung abrió la puerta.

No se pudo generar ninguna duda al momento en el que sus ojos se posaron sobre los del mayor, despertó en él un instinto que había estado dormido, fue de forma muy natural, como si hubiese sabido que se trataba de él, porque era Chittaphon frente a él y no había duda de ello.

Chittaphon había preparado una hermosa sonrisa antes de que la puerta fuera abierta, para causar una amable impresión, pero ésta cayó totalmente al momento de que la puerta se abrió y miró a los ojos del menor; ¿Quién era ese chico y qué había hecho con su Dongyoungie?

Un amplio silencio se desarrolló en medio de ambos, Chittaphon miraba con impresión a la persona que tenía frente a él, se tomó un momento para anlizar por completo su rostro, con esa expresión de aduleza pintada; bien, podía darse a la idea de que se trataba de Dongyoung, y si así era, ¿qué había hecho para crecer tanto?.

—¿Dongyoung? —soltó en un murmuró el mayor. Su voz sonó pausada debido a la impresión que aún mantenía el momento, porque simplemente no podía creer completamente cómo era que que Dongyoung había crecido más alto que él.

—Hyung —Dongyoung se escuchó igual de pasmado, le había tomado sólo un segundo grabarse para siempre el rostro de Chittaphon. Se dio cuenta de que su voz, al pronunciar "hyung", se escuchó rasposa por lo seca que sentía su boca, sentía que había perdido la capacidad de hablar, su corazón empezó a palpitar aceleradamente, como si de repente hubiese corrido un maratón en menos de un minuto, la mano que sostenía la perilla de la puerta se aferró con fuerza de ésta; de repente se había olvidado de todo sólo por tener a Chittaphon frente a él.

Chittaphon le brindó de nueva cuenta una sonrisa, reluciendo sus perlas blancas, y entonces Dongyoung se dio cuenta de que había valido la pena cada segundo de espera durante todos esos años.

—Vaya —Chittaphon habló, con sus comisuras levantadas en una tímida sonrisa, de repente se había puesto demasiado nervioso, no se esperaba algo así. Movió sus manos con las que sostenía la canasta y no encontró las palabras adecuadas que lo hicieran sentir totalmente seguro, no podía hacer nada más que demostrar su asombro—, has crecido mucho —Chittaphon negó suavemente con su cabeza, como si estuviese convenciéndose de algo, seguía observándolo, intentando encontrar algún indicio que le avisara que con quien hablaba se trataba del mismo niño que había conocido hace ocho años—, demasiado.

Dongyoung tomó aire con dificultad, jamás se había sentido tan nervioso, o por lo menos no desde hacía ocho años, cuando se le había declarado a la persona que tenía enfrente. Su estómago se revolvió de anticipación, y se vio sintiéndose inseguro como hacía mucho tiempo no lo estaba. Le dio la impresión de haber vuelto a ser el mismo niño de nueve años que le temía a hablar y a equivocarse, y daba la casualidad de que sólo ante Chittaphon podía volver a ser así. Estaba seguro de que si seguía sin hablar, el silencio delataría el sonido de su agitado corazón, y entonces Chittaphon lo escucharía y se vería como un tonto.

—Eh —Dongyoung pensó en qué decir, también había dejado de hacerlo desde que lo estaba mirando, no era como si ante eso pudiese estar concentrado por mucho tiempo en algo más, no podía—, sí, creo que sí —se movió un poco en su lugar, mirando hacia sí mismo por un segundo, sí era cierto, había crecido demasiado, podía notar que Chittaphon apenas sobrepasaba su hombro y eso le pareció tierno por ser su hyung.

Había crecido lo suficiente como para que Chittaphon encajara contra su cuerpo en un abrazo perfecto, en el cuál él pudiese recargar su mentón en su cabeza, para rodearlo después de la cintura y acercarlo hacia él, permitiéndose sentir su perfume y escucharlo respirar, y finalmente para no soltarlo hasta que se cansara de abrazarlo.

Dongyoung observó disimuladamente su atuendo, tenía aún puesta su pijama, y además estaba un poco despeinado, básicamente estaba desarreglado y eso lo hizo sentirse un poco más inseguro, porque a su parecer, Chittaphon se miraba muy bien, incluso más que eso. Sintió sus palabras poco adecuadas, él en realidad no quería ser tímido, a decir verdad, lo que quería era poder abrazarlo, porque estaba demasiado embelesado en ese momento, y era lo único que podía desear.

—Pasa, hyung —Dongyoung reaccionó, tarde pero lo hizo. Se hizo a un lado y abrió la puerta completamente, permitiéndole el paso a Chittaphon. Cuando pasó frante a él, con la canasta en manos le indicó que podía ponerla en la mesa cuando el mayor le había preguntado dónde ponerla. Se tomó de nuevo un segundo, sólo uno le fue suficiente, para ahora memorizarse la figura de Chittaphon por completo, su cabello ahora era negro, y no podía estar más de acuerdo en lo bonito que ahora lucía, es decir, antes le parecía bonito, ahora de verdad se sentía enamorado.

Dongyoung tomó aire, de repente se sintió más tranquilo, de repente se sintió realizado, sintió que le era regresado algo que había perdido y necesitaba. Su corazón seguía traicionándolo, pero eso no le prohibió el deseo que ahora sentía de abrazar a Chittaphon.

—Son galletas, yo recuerdo que les gustaban mucho —Chittaphon habló, encogiéndose de hombros. Al volverse se había encontrado con la mirada de Dongyoung sobre él, le parecía que aún no creía que estaba allí frente a él, y le parecía lindo, porque a pesar de que Dongyoung había cambiado tanto a como lo conocía, algo le hacía sentir que seguía siendo el mismo niño de antes, ¿podría serlo un poco?.

—Chittaphon hyung —Dongyoung lo soltó en un suspiro sonriente, mirándolo, ¿estaba mal o era que de repente todo alrededor de Chittaphon brillaba?—, volviste, de verdad lo hiciste —ésta vez no pudo ocultar su sonrisa, sonrió ampliamente, lo hizo sin temor o nervios, como si nunca hubiese dado una sonrisa bonita.

—Yo te dije que lo haría, Dongyoung —Chittaphon contestó, también sonriendo, no pudo evitarlo, porque la expresión de Dongyoung lo incitó, podía verse tan feliz de verlo.

Dongyoung casi cae desmayado, porque estaba sintiendo muchas cosas, estaba encontrando y reencontrando muchísimas emociones, emociones que creía eran muy difíciles de controlar, el escuchar su nombre salir de los bonitos labios de Chittaphon casi lo hizo suspirar, no podía sentirse más tonto, porque ya estaba seguro de que sí estaba enamorado, ¿qué otra cosa podría ser si de repente todo se miraba más radiante y feliz y a Chittaphon parecieran salirle alas de ángel por detrás de los hombros? Sí podría estar drogado, pero no era el caso.

Dongyoung se limitó a caminar hacia Chittaphon y envolverlo en un abrazo que el mayor prontamente correspondió. No lo esperaba, pero tampoco estaba dispuesto a alejarlo, cuando las personas pasan mucho tiempo sin verse suelen abrazarse, y Chittaphon ahora podía asegurarlo, porque Dongyoung lo estaba abrazando con fuerza. Dejó que Dongyoung recargara su frente en su hombro, y él subió una de sus delicadas y blanquecinas manos hacia la espalda del menor. Chittaphon lo abrazaba como quien se reencontraba con un hermano, Dongyoung lo abrazaba como quien temiera perder a su persona amada.

Dongyoung cerró sus ojos, frunció su entrecejo y se sintió un niño de nuevo, protegido por quien quería que lo protegiera, pero después aspiró el perfume que llegaba a su nariz, y dejó de sentirse como un niño, dejó por completo la idea de que alguna vez Chittaphon lo había abrazado así, como si fuese un niño indefenso, porque ya no lo era, porque ya no quería a Chittaphon como un niño lo haría, las cosas ya no eran tan sanas, tan dulces, tan tiernas cual niño pudiese hacerlas. Era un hombre ahora, y deseaba a Chittaphon como tal.

—Hyung, te extrañé —la voz baja de Dongyoung quedó perdida entre la piel suave del cuello del mayor, lo tenía sujetado de la espalda y no parecía querer soltarlo. Chittaphon sonrió con ternura, porque para él, Dongyoung seguía abrazándolo como si fuese aquel niño, y en realidad no sabía lo equivocado que estaba.

Dongyoung se omitió todo lo que en verdad quería decirle al oído, tuvo que retener con gran fuerza de voluntad lo que en realidad deseaba decirle a Chittaphon, esperaría un poco entonces, encontraría el momento para hacerle saber a Chittaphon todo, para hacerse notar como quería ser notado por su hyung. "
«Chittaphon hyung, mirame bien por favor, he crecido, tal y como querías, ya puedo ser tu novio, hyung.» Dongyoung sintió su corazón encogerse, porque eso era lo que más deseaba que Chittaphon notara, ¿es que no lo había hecho ya? Él había cumplido, creció lo suficiente para Chittaphon, y Chittaphon también había cumplido, había regresado, ¿ahora podían estar juntos?.

Retuvo todo aquello en su mente, guardó ese poderoso sentimiento porque ahora era peligroso de mostrar, ahora sólo necesitaba tenerlo así, entre sus brazos.

𝐂𝐑𝐄𝐂𝐄𝐑┊𝗱𝗼𝘁𝗲𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora