Capítulo Tres.

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¿Cómo se supone que aprendes a vivir sin alguien?, ¿Cómo alguien se aleja de ti en un abrir y cerrar de ojos?, pero sobre todo ¿Cuándo dejará de llover y podrá llegar ese rayo de luz junto con la esperanza?

Las siguientes semanas fueron de lo peor, dolía todo, todo me recordaba a ellos, los días eran nublados y con lluvias.

Al día siguiente de que mis padres murieron, fue su funeral. No podía, no quería, no tenía ganas de nada, no tenía apetito, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie.

Quería estar sola, aislada de todo y de todos, gritar todo lo que sentía, llorar hasta no poder, golpear todo. Tener ataques de pánico y ansiedad no es lo más fácil del mundo.

Pero de alguna u otra forma, tenía que ser fuerte, o siquiera, aparentar ser fuerte, tener mi hombro disponible para mis abuelos, Aly y toda la familia o cualquiera que viniera a llorar conmigo.

[...]

Me preparé para el velorio, hice lo mejor que pude, sin embargo, se notaban mis ojeras, mis ojos y cara hinchados.

Llegamos al cementerio y ahí estaban. Las dos personas que había amado como a nadie, en dos cajas de madera, con los ojos cerrados, blancas como la nieve.

Fallé...

Mis ojos se cristalizaron, y un mar de lágrimas empezaron a derramar por toda mi cara, grité, grité tan fuerte que me tuvieron que sacar un momento de aquella escena. No me importaba nada, ni el lugar, ni el qué pensaban los demás, eran mi padres, mi razón de ser y de vivir.

El momento lamentablemente había llegado...

Tres metros bajo tierra, ya no había forma de volverlos a ver nunca más.

Quizá el hecho más doloroso, fue que tenía que dejar todo, tenía que mudarme a Perth, Australia con mi tía, ahí también estaba toda la familia de mi mamá.

Adiós a mis amigos, adiós a mis papás, adiós a mis maestros. Tenía que comenzar de nuevo. Nos iríamos en dos semanas.

Dos semanas. Hubiera querido que fuera más tiempo pero, quizá era mejor así, quizá en Perth encontraría mi cajón de esperanzas.

[...]

Despedirse de mamá y papá fue muy difícil. Aly me sacó de mi escuela en Cork, ella prometió traerme a Irlanda todos los veranos que quisiera, pues para visitar a personas y así.

Las dos semanas se fueron volando, y entonces otro dolor. Despedirme de mi mejor amigo, Tim, un amigo sin duda muy valioso para mí, ha estado conmigo siempre en momentos difíciles.

-¿Vendrás a visitarme?- Dijo Tim en el aeropuerto

-Vendré en el verano, para molestarte todo lo que quiera-

-Bien-

-Bien-

-Jane ¿Qué haré sin ti? –

-Sobrevivir Tim, sobrevivir-

-Te voy a extrañar demasiado, pronto me remplazarás por un tonto australiano de ojos claros-

-Tim, tu siempre serás el chico que muerde mis lápices cuando te los presto-

-Está bien Jane, solo no te olvides de mí y llámame ok?-

-Hecho- dije despidiéndome de él

-Te adoro Jane-. Me abrazó y subí al avión. Tim era divertido, pero serio a la vez, y lo que me gustaba de él es que me daba mi espacio, pero estaba para mí siempre.

Me subí al avión, dejaría todo, todo lo que una vez conocí, se enfrentaba ahora con una nueva vida, Me seguía sintiendo triste, mejor que unos días, peor que otros, en fin, era normal.

Last Goodbye | Mena Puertos [1] +13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora