Last Goodbye | Mena Puertos [1] +13

Capítulo Dos.

Una semana.

Tuve una semana para decirles cuanto los amaba. Apoyaba por el día, lloraba por la noche, mi semana entera fue estar en el hospital. Nada más importaba, ni la escuela, ni mis amigos, ni siquiera mis calificaciones.

Aly y Ben me acompañaban y de daban apoyo moral a parte de cuidarme.

Doce de la tarde con nueve minutos, el doctor llamó a Ben y Aly lejos de mí, mis padres no mejoraban.

En un momento de su plática, Aly me miró, al terminar, me llevó a casa y nos sentamos en el sofá, se veían serios y tristes, Aly por fin habló.

-Jane, el doctor hizo estudios, hizo muchos estudios pero- se calló por un momento y sus ojos se cristalizaron de nuevo -no se puede hacer nada Jane. Van a desconectar a tus padres-.

Mi mundo colapsó de nuevo.

Grité como nunca antes, negué muchas veces, de mi boca solo salía la palabra NO, no podía creer que jamás los volvería a ver, a sentir, a tocar, a abrazarlos, maldita sea, que impotencia es saber que no puedes revivir a esa persona que amas tanto.

Dios, como lloré ese día, y durante las demás semanas.

Jane, Aly y yo lo sentimos mucho, pero tus padres no reaccionan y según los estudios, no podemos hacer nada- dijo Ben

Lo único que pude pensar y lo que salió de mi boca fue: - Los estudios están mal-.

Negación.

Una vez leí un artículo sobre las etapas de duelo, entre ellas están: el shock, la negación, ira, negociación, miedo y la superación. Esta última es difícil, pues es aprender a vivir y seguir adelante, aprender a decir adiós. El famoso "cerrar ciclos".

[...]

Los dos me abrazaron y me fui a mi habitación, a llorar más y pensar que les diría a mis padres para poder despedirme.

Si algo me dejaron muy marcado mis padres fue, a creer en la reencarnación. Así que ese era mi pequeño cajón de esperanzas para volverlos a encontrar. Un poco loco, lo sé pero cada quien cree lo que quiere.

Dolor, enojo, impotencia y miedo.

Esas eran mis emociones en ese momento. Sabía que tenía que ser fuerte, mamá lo hubiera querido así, además no solo perdí yo, Aly perdió a una hermana, la abuela a una hija, a una amiga, lo mismo pasaba con papá.

Sin embargo, en mi cabeza no cabía el hecho de ya no tocarlos más, ya no reír juntos o ya no salir a patinar juntos en noviembre.

Sin duda no estaba preparada para el siguiente día.

[...]

19 de Mayo, 11:11 a.m.

Entre al cuarto del hospital, con mi cara hinchada, mis ojos cristalinos y un vestido negro que mamá me regaló en mi cumpleaños.

Claro mi infinita tristeza estaba presente. Tenía que hacer la cosa más dolorosa que hubiera pensado, despedirte de aquellas personas tan importantes en tu vida, no era cosa fácil.

-Hola mamá, hola papá. Sé que me están escuchando, verán, me siento triste, muy muy triste, ustedes ya no estarán conmigo nunca más y eso me enoja y me entristece al mismo tiempo. Sé que me encontrarán, sé que encontrarán la forma de estar en mi vida de nuevo, sé que pensaré en ustedes cada segundo durante el resto de mi vida. Sé que lloraré mucho durante mucho tiempo, me duele, duele que ya no podamos patinar juntos en noviembre. Solo me queda agradecerles por todo y absolutamente todo lo que han hecho por mí, gracias por verme crecer, por verme hacer lo que sea y que se emocionen con cada cosa. Prometo no fallarles ni decepcionarlos, vallan tranquilos, yo me haré cargo de todo; los extrañaré infinitamente y los amo como a nadie-.

Me dolió tanto hacer eso, en unos momentos tuve que parar por los sollozos que salían de mi boca y para limpiarme el llanto que yacía hace varios días.

Ben y Aly tocaron la puerta.

-Ya es hora de irnos bebé -

Abracé a mamá y papá muy muy fuerte, sentí cada partícula de su cuerpo, las ojeras de mamá, sus suaves manos, su rostro, las venas y barba de papá, sus pobladas cejas, dios duele tanto...

Veía aquellas líneas que subían y bajaban por la pantalla del monitor. De pronto, solo quedaba una línea recta, una maldita línea recta y una tristeza infinita.

-Adiós mami, adiós papi-.