Capítulo 4 Sin rumbo

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Ji Min iba manejando en la madrugada por la carretera a una velocidad baja. porque las lágrimas no lo dejaban ver el camino. Cansado decidió entrar a los caminos rurales  que estaban solitarios y serviría también para que no lo viera Jung Kook en caso de que lo siguiera. No quería hablar con él, estaba demasiado dolido, su corazón le dolía, una opresión en el pecho le dificultaba respirar.

Los caminos sin pavimentar y con charcos hicieron que se patinara el lujoso automóvil  en el barro. Ji MIn trato de maniobrar pero le fue imposible no chocar contra una cerca. Apago el coche y salió a revisar los daños,  el coche tenía una abolladura y estaba atascado en el lodo.  Regreso a resguardarse de la lluvia que comenzó a caer con más fuerza. 

Su vida al igual que el clima se torno tempestuoso, Ji Min lloraba desgarradoramente, su vida estaba destrozada.

Dos horas después el sol por fin comenzaba a salir cuando una familia que llevaba pescado para vender  lo vio y se compadeció de el ayudándolo al acercarlo a la parada de autobús.  

Mientras viajaba en el autobús, pensaba en que haría con su vida, él era huérfano, no tenía a nadie. Gracias a varias instituciones que vieron su potencial y lo becaron estudio en Harvard. Uno de sus maestros, el profesor Kim Nam Joon le tomo aprecio y lo apoyo durante sus estudios; Se hizo muy amigo de su hijo Tae Hyung, pero nunca tuvieron alguna relación más allá de la amistad.

Jin el esposo del profesor , siempre tuvo celos de él, pensaba que Nam Joon, lo prefería en lugar de Tae, pero no era cierto, siempre supo su lugar y nunca deseo pertenecer a su clase social.

Solo hasta que conoció a la familia Jeon y se enamoró de Jung Kook, Jin se tranquilizó y pudieron llevar una relación más amigable. Finalmente cuando Tae se casó con Ho Seok el hermano de Jung Kook, la familia se unió.

Ji Min al no tener padres, se reunía con los Jeon y los Kim. Su cuñado era el mejor amigo y lo consideraba el hermano que nunca tuvo, pero esta vez no podía ir con ellos. 

Cuando sonó por vigésima vez el teléfono, decidió apagarlo, pero antes no pudo evitar revisar si era otra llamada de Jung Kook; pero sorprendentemente era Jin.

─Bueno.

─Ji Min, por fin, estamos muy preocupados ¿Dónde estás?, Jung Kook esta como loco, encontró tu coche abandonado. ¿Estás bien?

─Estoy bien, no te preocupes. 

─Nam Joon quiere ir por ti.

─Quiero estar soló.

Nam Joon le pidió el teléfono a su esposo ─Ji Min, voy a ir por ti y no te estoy pidiendo permiso, ¿Dónde estás?

─Estoy en un autobús, recógeme por favor en la terminal. Pero Nam, no quiero ver a Jung Kook, me jaloneo y me humillo. 

Nam suspiro. ─No lo veras, pero le tengo que avisar que estas bien. 

─Ok, confió en ti.

Te dejo en libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora