Para mí, la posibilidad de compartir argollas con alguien era -0. Desde que era una niña soñaba con comprar una casa en la playa y sentarme a escribir historias sobre el romanticismo dentro de mi corazón que tanto me costaba reconocer.
Las muñecas, los vestidos rosas, lazos para el cabello, zapatos relucientes. Nada de eso era lo mío, me gustaban los juegos de química, los telescopios, pasteles de lodo y ensuciarme tanto como fuera posible. Yo continué haciendo eso, ensuciándome desde la punta de los dedos, hasta el alma.Quizá si no hubiera todas esas malas decisiones, tendría una argolla en el dedo anular y no tendría que estar fingiendo estar feliz por alguien que sí tenía una. Pero estaba ahí, y no me quedaba más que adaptarme a todo lo que viniera.
Haruki Murakami dijo alguna vez que la vida era como una caja de galletas. Y, en una caja de galletas hay muchas clases distintas de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te gustan, y al final sólo quedan las que no te gustan. Pues él, cuando lo está pasando mal, siempre piensa: «Tengo que acabar con esto cuanto antes y ya vendrán tiempos mejores. Porque la vida es como una caja de galletas». Pero muchas veces, mi caja de galletas estaba llena de las que no me gustaban.
—Tú debes ser Hyeonyi—la mujer me tomó de rostro y sonrió con una calidez irreparable—. Vamos, sube. Jieun sigue en su habitación.
—Puedo esperar abajo.
—No me hagas insistirte demasiado, soy bastante vieja para que tengas la desfachatez de rechazarme—volvió a sonreír y yo asentí sin objetar nada más. Tenía razón, era tan vieja como mi abuela.
Así que subí, las agujas de mis zapatillas golpearon el mármol sin descanso hasta que llegué a la última puerta del corredor. Casi me esmeré en llamar antes de entrar, pero el azabache sujetó el pomo y empujó enarcando las cejas. Ese era Kim Taehyung, el inquietante hermano de la novia...
—Estás aquí—la castaña se levantó como resorte de la silla y suspiró—, pensé que no ibas a venir.
—¿Porqué no vendría?, me pagaste más de lo debido. Y no soy una estafadora—viré los ojos para hacerla reír—. Quiero decir, este es mi trabajo—la puerta se cerró tras un chasquido.
—Taehyung sigue pensando que esto es una completa locura—volvió a sentarse—. Es fácil para él pensarlo, tiene amigos por doquier y es muy bien parecido...yo ni siquiera puedo ordenar en un restaurante sin sentirme como una tonta, las personas me asustan.
—A mí también me asustan, creo que es por qué aunque todos estamos locos, claro que habemos unos más que otros. Así que creo que está bien si Taehyung cree que es una "completa locura", yo también comparto eso, pero todo depende del balance en el que lo pongas. Si tú conciencia está tranquila con esto, al demonio.
—Tú sí que sabes como hacer esto. Darle ánimo a todas las novias con las que finges debe ser lo cotidiano.
—Vamos, tus invitados esperan y mi turno ya comenzó. Debo irme antes de la media noche.
Nunca había estado tan inconforme con un trabajo de fin de semana, pero Jieun me ponía nerviosa la mayoría del tiempo. Parecía un poco torpe para mentir, pero era muy lista para otros cientos de cosas. Ella iba a casarse con alguien como lo era Jung Hoseok, y tenía una familia sumamente amorosa.
Pero algo estaba mal, justo esa noche, me sentía como si algo fuera a romperse. Y aunque quería ignorarlo, terminé ahogándome entre mis suposiciones, como siempre.—¿Desde la secundaria, en serio?, pensé que Jieun sólo se dedicaba a estudiar—la castaña frunció el ceño incrédula. Y yo estaba tan acostumbrada a eso...
—Fue en la sección A-120, casi me arranca la cabeza—me relamí los labios.
—Hyeonyi se llevó el último tomo de "Kafka en la orilla"—Jieun me abrazó por los hombros durante un instante y yo sentí que la noche de verdad se había jodido. Murakami era mi escritor favorito, hablar de eso de repente se sentía muy personal. Como si realmente fuéramos amigas.
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bridesmaid|k.th♡
Fanfiction*Es un cliché, pero esto es lo que nos gusta. ...Por una módica cantidad, Hyeonyi es la mejor amiga de una dama de honor.