Te quiero.

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n.hy

Se sentía como si la persona que se desmayaría fuera yo.
De todas esas veces en las que Yoongi se arrastró a mi puerta mientras mi padre dormía, nunca hubo tanta sangre.
Es decir, la había goteando de su nariz, en la punta de sus zapatos, o su camisa. Pero jamás había mojado así su cabello.

El pañuelo de flores que usé para sujetar mi cabello alguna vez, comenzó a limpiar el desastre en su rostro. Y me daba escalofríos darme cuenta de que aun lo llevaba en el bolsillo.
Estaba tan abrumada como la primera vez, sólo teníamos 19 años. Fue muy difícil para ambos. Todavía lo era.

—Lo lamento mucho—el bisbeo sobre mi hombro me hizo girar a mirarle—. Traté de no darte problemas esta vez—colocó el pulgar en su labio inferior—Harmin me arrastró hasta aquí creyendo que así no te molestaríamos.

—¿Qué voy a hacer contigo?—me quedé al borde del llanto cuando sonrió con tanta decepción—, te dije que huyeras, tonto.

—Tengo miedo—murmuró—, por eso no puedo marcharme—las lágrimas humedecieron sus pestañas—. Estoy muerto de miedo, Hye.

—Esta vez tengo un plan, pondremos en venta la argolla y con eso te bastará para marcharte lejos. Puedo enviarte algo de dinero mientras te instalas y consigues un empleo... Tú ni siquiera tienes que decirme dónde estarás exactamente...

—Te mentí—se humedeció los labios—. Iba a proponerte matrimonio la noche en la que te encontré en el compromiso de Jung. Compré la argolla desde tu cumpleaños 19 pero parecía muy pronto para hacerte pensar en ello. Supe que volviste de Tokio esa mañana, y estaba tan emocionado por abrazarte otra vez—suspiró—. Por eso entré en pánico cuando te vi con Taehyung, la forma en la que él te miraba me hizo tambalearme. Entonces actué como si no me importara y fingí estar saliendo con Yiseo. Iba a ir a buscarte después de el brindis pero tú ya no estabas disponible. Así que no quiero vender la argolla, Hye. Quiero que al menos conserves eso si ya quieres a alguien más.

Muy en el fondo, me sentía aliviada de saberlo. Incluso aunque eso significara estar confundida respecto a mi situación sentimental, también significaba mucho para mí.
De todas formas, quería retroceder, no haber escuchado nada de lo que Yoongi tenía para decir porque me hacía daño.
Quería volver a la cama con Taehyung y dormir entre su cálido abrazo, pero siendo sincera, también quería comerle la boca al azabache en ese momento. Era muy confuso, tal vez si no hubiera conocido a Taehyung, habría vuelto a Yoongi en ese instante. Yo era así, no podía dejar de preocuparme por él. Y ahora tenía tanto miedo como para huir sin mirar atrás. Estaba tan frustrada, ese maldito egoísta siempre hacía eso. Hacía que mi cabeza rebotara en el concreto de forma tan metafórica que era difícil creer que pudiera sentirse así.

Todo lo que pude hacer para salvarnos a los tres, fue tomar las llaves de Taehyung y salir de ahí. Dejando a Yoongi con más para decir y al castaño en la cama vacía.
Era consciente de que cualquiera de mis decisiones lastimaría a alguien de los dos, y no podía con eso. Me confundí tanto que terminé en Gangbook. El espacio de estudio estaba abierto todos los días a toda hora porque los universitarios pasaban ahí la mayoría de sus días escolares.
Ese era el único lugar de mi vida en el que Yoongi no tuvo espacio, y se sentía bien estar lejos de nuestros recuerdos en ese momento.

Recorrí cada uno de los pasillos para perderme en todos esos libros. Ojalá pudiera quedarme ahí para siempre. Sin tener que preocuparme por no herir a otros, sin tener miedo.

"Si todo pereciera y él se salvara, yo podría seguir existiendo; y si todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el universo entero se convertiría en un desconocido totalmente extraño para mí"

Había escrito esa cita un jueves por la tarde, había perdido mi billetera y la lluvia estaba cayendo a cántaros. Me refugié ahí porque no tenía que pagar por entrar. Yo tomé el primer libro que encontré en la estantería y lo abrí por la mitad para encontrarme con la misma frase. Me gustó tanto que la coloqué en una nota adhesiva en el muro.
Al día siguiente había otra nota junto a la mía: "Aunque nada le dije, si es cierto que los ojos hablan, los míos debían delatar mi locura por ella. La joven lo notó y me correspondió con una mirada dulcísima".

Y mientras la veía por segunda vez, me di cuenta de que la caligrafía era la misma que había visto en la hoja que Taehyung me dio con sus datos. La curvatura inclinada de su A era inconfundible.
Entonces, otros de mis recuerdos aparecieron. Por supuesto, que también había visto a Taehyung mucho antes de congeniar. Leyendo Cumbres borrascosas en la mesa frente a la mía. Con la mitad del rostro escondido entre esas pastas, porque era obvio que se sentía avergonzado de que otros se enteraran de lo mucho que el romance le gustaba. Ese día, nos miramos una milésima de instante, y sinceramente, lo había olvidado, porque me dejé hacerlo. Y no debí.

Ni siquiera tuve que permitirme dudar entre él y Yoongi. Taehyung no se merecía que yo trastabillara y retrocediera.
Tenía que volver antes de que se diera cuenta de que me marché, o peor aún, que Yoongi hubiera mencionado algo.

Pero cuando salí, me encontré con su anatomía sentada en la escalera de la enorme fachada. Llevaba los shorts de la pijama la chaqueta sobre puesta.

—¿Estás mejor?—se puso de pie cuando se dio cuenta de mi presencia.

—Sí, no quise asustarte—farfullé—. Yoongi, él...

—Lo sé—suspiró—. Vamos, te llevaré a tu apartamento.

—Pero pasaríamos el día juntos—murmuré inquieta.

—Es obvio que lo has dudado. Y no te culpo, el hombre al que amaste durante 4 años te contó la verdad sobre la hermosa argolla que compró para ti. Estás en todo tu derecho de pensar en retroceder. Pero yo también estoy en todo mi derecho de no quedarme a ver como lo haces. Estoy seguro de que ya no quiero ser una opción, sino el único camino que existe para ti. No podría soportar verte ir con alguien más, Yeon. Antes pude haberme sentido como si fuera a morir, pero esta vez estoy completamente al tanto de que moriré de verdad.

—¿Rompes conmigo definitivamente?—tomé aire, eso se sentía peor que lo anterior.

—No, rompo contigo hasta que dejes de dudar para estar conmigo. Esto es algo que eventualmente sucedería, y por más que nos esforzamos en evitarlo. Al final fue hacia nosotros. Resuelve tus pensamientos, pero no tardes demasiado. De ser así, quizá termine abordando un avión lo más lejos de tu recuerdo.

Tenía razón, no debí de haberlo dudado. Pero era imposible para mi tonto corazón evitar que Yoongi me arrastrara con él. Estaba cansada de ir y venir, me apetecía quedarme con alguien y sentir ese mi hogar. Yo tenía eso con Taehyung, pero para vivirlo, tenía que terminar con los Min de una vez. No podía continuar con esa actitud infantil, aferrarme a seguir escapando sólo me haría perder para siempre a Taehyung.

—Te quiero—sujeté su mano.

—Y yo te quiero a ti—me besó en la frente.

—Prometo que lo resolveré tan pronto como sea posible, por favor, no te vayas.

—Estaré esperando—sonrió—. Gracias por no lastimarme, eso significa mucho para mí.

—Nunca haría nada para herirte—siempre quise conocer a alguien que no me diera placer lastimar y le tenía al frente—. Me iré por mi cuenta. De todas formas, todavía no voy a casa.

Así le vi irse, por primera vez en mi vida vi a alguien marcharse. No fui una cobarde. Y aunque el castaño había soltado mi mano indefinidamente, tenía claro que quería que volviera a tomarla.

bridesmaid|k.th♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora