n.hy
Nunca antes había estado en una cita. Todo lo que sabía respecto a ello se remitía a una vieja novela de amor que leí al principio de mis 20's. Ni siquiera recordaba el nombre como tal, todo lo que tenía en mente era lo mucho que había llorado después del final.
Por eso me ponía nerviosa, era obvio que cuando un chico invitaba a una chica a salir, le gustaba. Pero no podía dejar de cuestionarme ¿Por qué le gustaba a Taehyung si era una perdedora en toda la extensión de la palabra?, me preocupaba que sólo se estuviera precipitando al querer olvidar a Yiseo. Me hacía sentir tan insegura de repente...—Lo siento señor, pero nuevamente le digo que su reservación no está en el sistema—el hombre con la corbata roja nos miró más apenado que el propio Taehyung.
Teníamos alrededor de 20 minutos esperando fuera del restaurante. La lluvia ya había comenzado a picar sobre los cristales de su viejo Mustang, las plantas de mis pies ardían al estar sujetas a esas zapatillas negras y su cabello ya no estaba más en su lugar. Aunque no había dejado de ser emocionante ni un instante, nos habíamos visto después de seis días. Incluso aunque nos enviamos un par de textos en el transcurso, había extrañado ver su rostro. Yo no podía dejar de pensar en él y la forma en la que me pidió salir esa tarde, antes, lo habría rechazado por completo. Pero mucho tenía que ver aquella argolla de compromiso en mi bolsillo.
—Esto es un desastre—caminó conmigo de vuelta al auto—. Lo lamento mucho, Yeon. Arruiné nuestra cita.
—No arruinaste nada. Todavía podemos hacer algo más, en realidad... Conozco un lugar en donde no se necesita reservación.
—¿Estarás bien con ir a otro lugar?—subió conmigo—, incluso te hice usar un vestido y zapatillas altas—suspiró.
—Sólo confía en mí, conduce hasta el final de la calle y gira a la derecha—. Era de esperarse, el lugar estaba vacío.
Cuando me mudé con mi padre a ese vecindario, no había mucho que hacer. Comencé a leer todos los libros que encontré en su biblioteca, pero con el tiempo también comencé a hartarme. Así fue como le di el mejor uso del mundo a los patines que recibí en navidad y en un escape de una noche, encontré ese lugar. Al principio parecía difícil entrar en esa jaula, no tenía ni idea de lo que el beisbol significaba, pero se veía todo tan liberador. La forma de golpear la pelota a esa velocidad, yendo una tras otra. Probablemente batear todas las noches durante mi adolescencia fue lo que me ayudó a lidiar con mis preocupaciones. Ese lugar me había visto llorar cientos de veces, incluso cuando mi madre murió y estuve bateando hasta las 3:00 a.m. hasta cuando conocí a Yoongi, aún tan amargo como podía sentirse, conseguí dejarlo pasar ahí.
—Soy muy malo en los deportes—sonrió avergonzado—, pero puedo sentarme por allá mientras terminas...—lo tomé de la mano para detenerlo.
—No necesitas ser bueno en esto. En todo lo que debes pensar es en las cosas que te están agobiando en este momento, puedes pensar en lo mal que salió tu plan de cita conmigo, o el clima. Se trata de sentirse un poco libres, no necesitas ser el sujeto de aspecto perfecto conmigo, me gustaría que fueras tú mismo siempre.
—Si consigo golpear todas las bolas, concédeme un deseo—se quitó el saco.
—Hecho—sonreí al verlo ir dentro—. Sujeta el bate con ambas manos y mantén los ojos al frente. No pierdas de vista la bola—. Me mantuve en la división de la jaula, tomé mi propio bate y boté las zapatillas a un costado.
Justo en ese momento, mientras el castaño dejaba ir el alma y yo soltaba un poco de la mía, me sentí como si fuera innecesario sentirme insegura. Al final, si él decidía marcharse en algún momento, lo haría. Y no habría nada que hacer respecto a ello.
Era inevitable no querer dejarme llevar con alguien como Taehyung, por que nos habíamos visto más que un par de veces antes de intentar algo más. Entonces, confiar en el destino estaba bien. De todas formas, continuaba confundida. Yoongi quería casarse conmigo, incluso más que yo con él, pero ni siquiera en cuatro años sentí lo que sentía con Taehyung, ese chico golpeaba mi corazón sin precedentes para herirlo. Quizá así se sentía estar enamorado de alguien que parecía, también estaba enamorado de ti.
No era sobre sentirme celosa de otras chicas o ponerme nerviosa con su presencia en la misma habitación, iba ante la estabilidad emocional que me brindaba aunque hubiéramos discutido antes. Se sentía tan bien recibir un reconocimiento de errores propios, y una disculpa.Me dejé caer con él en el césped sintético mientras recuperaba el aire. Era tan extraño estar repitiendo el patrón con compañía.
—Eso fue increíble—me miró a través de la reja mientras la lluvia comenzaba a caer con fuerza. Juraría que había leído algo como eso en aquella novela romántica.
Cuando me levanté para correr, el castaño me tomó de la mano. Entrelazó los dedos entre los míos y me hizo detenerme en medio de lo que parecía, ser la tempestad del año. Las gotas eran tan grandes que para ese entonces mi cabello había dejado de lucir bien y el maquillaje se me había corrido.
—¿Te volviste loco?
—Sí, desde que te conozco me siento como un demente—sonrió—. No he dejado de pensar en ti desde la primera vez que te vi, la razón por la que me sentí tan inquieto aquella mañana en el hospital y mi repentina visita a Osaka es obvia. Decírmelo a mí mismo me ha costado más de una noche fuera de la cama, y decírtelo a ti también parece sumamente complicado. Siempre me había sentido como un tonto incompleto, pero cuando me miras me siento como el tonto con más suerte que existe. Y sé que parece muy pronto, pero te prometo que sólo lo es relativamente. Todo lo que necesito es una cosa. Cumple mi deseo.
—Podemos hablar de esto en casa, estando secos...
—Eso no es mejor que esto—me dejó un raudo beso en los labios—, nadie nos está mirando justo ahora. Así que bésame—. Se quedó quieto aunque estaba sujetando mis mejillas.
—Nada me dirá más que te gusto ¿Estás seguro de eso?—me mordí el interior de la mejilla.
—Nunca había estado tan seguro de algo en toda mi vida. Estoy enamorado de ti, Yeon. Siempre he estado loco, pero nunca antes se había sentido como un alivio.
Y lo hice, terminé enredando mi lengua entre la suya mientras la lluvia caía y mi corazón salía de su lugar. Lo llevamos todo dentro del auto, un par de minutos más y estuvimos en su casa. La ropa dejó de estorbar justo cuando la puerta de su habitación se abrió. Podía decir que lo estaba arriesgando todo, pero se sentía como un ganar, ganar. Desde el cálido toque de sus yemas en mis muslos hasta la forma tan inquietante de sus dientes sujetando mis labios. No sé cuantas veces me retorcí debajo suyo con esa falta de aire, pero era fascinante la forma en la que me miraba mientras me enterraba los dedos en la piel de las caderas y su respiración caliente golpeaba en mi cuello de vez en cuando.
Ambos estábamos desesperados por tocar más aún después de no habernos soltado en lo absoluto. Mis manos no dejaron de ir tras su cabello y mis labios no se privaron ni una vez de arrastrarse entre los suyos.Él tenía razón, sólo era demasiado pronto relativamente. Era como si nos conociéramos de toda una vida, como si las etiquetas de presentación entre nosotros fueran en vano. Eso no parecía tener cabida entre el sexo a secas. Significaba algo más.
Yo me quedaría el resto de mi vida entre ese cálido abrazo, pero no sabía como sentirme ante la realidad que golpeaba todo el estereotipo del amor. Taehyung no era el único que había roto todas esas reglas impuestas por él mismo. Después de Yoongi, me prometí no volver a dormir con alguien en la primera cita, no mostrarle a alguien uno de mis lugares favoritos, y la más importante, no enamorarme de alguien tan noble como lo era el castaño durmiendo junto a mí. Empero, romper las reglas esa noche había sido una decisión magnífica.La posibilidad de asustarme y terminar huyendo se elevaba de sobre manera. Pero en un momento terminó esfumándose. Realmente habíamos dejado ir todas nuestras preocupaciones en la jaula.
—Está bien. Ya puedes bajar la guardia, yo cuidaré de ti.
Así que me quedé ahí, yo quise quedarme ahí.
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bridesmaid|k.th♡
Fanfiction*Es un cliché, pero esto es lo que nos gusta. ...Por una módica cantidad, Hyeonyi es la mejor amiga de una dama de honor.