k.th
La última vez que me disculpé con alguien por ser un idiota fue a los 16 años, Hanah, mi hermana, había arreglado una cita para mí. Pero nunca aparecí, dejé plantada a la hermanita de su mejor amiga. La chica me había estado esperando durante dos horas en una cafetería, sin importar que la nieve hubiera inundado las calles.
Las chicas nunca habían sido mi fuerte. Yo era un tipo extremadamente antisocial. Era bueno en el ajedrez y el cálculo integral, un asco en el fútbol y la interacción social. Hice mi primer y único amigo hasta que llegué a la universidad, tuve mi primer amor, mi primer beso, mi primera cita y mi primera caricia debajo de la ropa a los 18 años, todo con la misma chica. No excusaba mi forma tan austera de comportarme con Yeon, pero tenía mucho que ver.
Usualmente era yo quién tenía que repararse. Jamás rompía a otros.—¿Por qué no se acercan un poco más?—el azabache miró a través del lente una vez más.
—Sí, lo siento—Yeon recorrió la punta de sus zapatillas casi hasta tocar las mías pero continuó dejando su anatomía lo más lejos posible de mí.
—El padrino—me señaló—, sé que tu novia es tímida. Pero ¿Puedes darle algo de confianza?
Asentí vagamente al tomarla de la cintura con fuerza. Teníamos alrededor de una hora intentando terminar la sesión fotográfica de la boda, éramos los únicos que faltaban en el álbum familiar. Decirle que no a mi madre era impermisible. Ambos terminamos cediendo ante la presión de ser la nueva pareja.
—Sé que estás molesta conmigo. Pero no terminaremos con esto si continuamos luciendo tan incómodos—me incliné para sólo ser escuchado por ella—. Sólo olvídate de ello por un momento.
No hubo ni un solo vocablo. Todo lo que hizo fue asentir indiferentemente.
Admitir lo mucho que eso me había jodido en el instante era difícil.
Entonces sus manos subieron por mi mandíbula para quedarse en mis mejillas. No era un toque sutil, pero era muy cálido.—Eso es de lo que estoy hablando—sentí el primer clic de la cámara—. Un poco más enamorados, vamos.
Acaricié la punta de su nariz con la mía y luego enredé los dedos entre algunos mechones de su cabello. Quería decir lo mucho que lo lamentaba, pero ella continuaba mirándome con tanta aversión que no pude siquiera intentarlo.
—¿Qué tal un beso?—insistió.
Cerré los ojos al sentir sus labios sobre los míos. Estaba decepcionado, nada se sentía como al principio. La había besado un par de veces antes, pero, las mariposas no aparecieron hasta ese momento. Y era frustrante estar sintiéndome así cuando lo único que Yeon quería era que yo me alejara de ella. Así que me sujeté de eso, mi boca pasó de estar sobre la suya, a estar entre ella. Las yemas de sus dedos despeinaron los cabellos de mi nuca y el corazón casi me abandona.
—Excelente—puse los ojos en el fotógrafo—. Eso era todo lo que necesitábamos—sonrió.
—¿Terminamos?—suspiré ligeramente decepcionado.
—Probemos con algo más. Sujétense de las manos.
Mis dígitos encajaron entre los suyos como si de un imán se tratase. Probablemente estaba mal interpretando, hacía un largo tiempo desde que hice algo tan drástico. El sexo estaba bien, pero tomarse de la mano con alguien siempre me había parecido sumamente especial. Más personal que contidiano. Y no supe como me sentí exactamente, estaba abrumado.
Hubo un par de luces más hasta que sentí el vacío entre mis dedos.No pude decir tampoco, lo bien que le iba ese vestido amarillo. Cuando fui capaz de ordenarlo un poco, la castaña se había marchado. Sin despedirse, sin decir cuando volvería, sin volver a mirarme.
Y me estaba volviendo loco, por qué pasé los últimos dos días tentado a llamar. Jieun, que era mi única esperanza había dicho que la ausencia de Yeon se debía a todo el trabajo que se le había acumulado con los días, por qué en ese momento también trabajaba para mí y eso le había hecho atrasarse.
Yo no quería ser sólo alguien que estaba pagándole por fingir que me quería cerca.
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bridesmaid|k.th♡
Fanfiction*Es un cliché, pero esto es lo que nos gusta. ...Por una módica cantidad, Hyeonyi es la mejor amiga de una dama de honor.