Quebrados.

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k.th

La punzada sobre mi cuello no se había detenido desde la semana anterior. A veces despertaba en medio de la madrugada y me preguntaba si Yeon de verdad iba a volver.
Me sentía como si me hubiera precipitado demasiado, pero también tenía claro que para poder amar a alguien más debía comenzar por hacerlo conmigo. Y eso implicaba respetarme, ya no podía continuar viviendo de esa forma tan irresponsable. Soportándolo todo así, aplastando mis propios sentimientos, yendo lejos de mis propias convicciones. Quería estar con alguien que me hiciera sentir seguro.

Lo cierto es que había ido tras la castaña después de que avancé una cuadra. Volví a Gangbook con la esperanza de que también se hubiera arrepentido. Pero no fue así.
Tuve que marcharme de vuelta a casa, y fue un golpe durísimo porque Yoongi también se había marchado, Yiseo había dejado una nota de agradecimiento y la taza para café que compré para Yeon el día anterior, seguía en el empaque.
Estaba solo, y quería llamarla. Siempre quería llamarla para pedirle que volviera, pero mientras ella no resolviera su situación, yo continuaría sintiéndome en segundo plano.

—Bruselas.

—Eso es...

—En Bélgica, lo sé—se empujó las gafas sobre el puente de la nariz—. Pero no estaría enviándote ahí si no supiera que es el siguiente paso para llegar a las zonas rurales. Es lo que querías ¿O es qué algo cambió?

Sí.

—No, señor. Es sólo que me parece muy precipitado, recién volví al trabajo después de una suspensión y apenas tengo tiempo para ponerme al corriente con mis pacientes... Sólo es algo confuso.

—Iba a proponerte esto hace mucho—sonrió—. Sé que has estado dándole tus ahorros a los ejecutivos de Gangnam para conseguir un proyecto, pero no es confiable, saca tu dinero de ahí y ve a Bruselas.

El estómago se me revolvió. Yo sabía lo peligroso que era dejar mi dinero ahí, pero era todo lo que podía hacer en ese momento.
Si me marchaba, tendría la oportunidad de ayudar a personas de bajos recursos, todas esas vidas para salvar no se quedarían pendiendo de la incertidumbre, todo por lo que había estado trabajando sin descanso, podría suceder. Aunque, también traía consigo marcharme sin Yeon. Y no quería hacer eso.

—No me lo vaya a tomar a mal, señor. Podré estar capacitado para cuidar pacientes, pero en este momento no soy bueno tomando decisiones.

—Ve a hablar con ella—fruncí el ceño—. Tu chica vino aquí cuando te suspendí. Me dijo todo lo que yo ya sabía de ti, incluso me habría arrancado la cabeza si no te hubiera dado sólo un mes—suspiró al verme sonreír—. Es obvio ante mis ojos que ustedes rompieron, pero también puedo notar que te has convertido en un adulto ahora. Piénsalo bien, Kim. Te lo digo como un hombre que ha estado con la misma mujer durante 20 años—asentí—. Ella no te necesita para vivir, sin embargo, se ha quedado contigo incluso aunque no sabías a donde estabas yendo.

Eso era todo. No tenía nada que ver con el tipo tonto y descuidado en el que me convertí cuando Yeon entró a la sala de urgencias. Sino con la madurez que afronté las consecuencias de mis actos. Toda la vida tendría a mi niño interior colándose entre mis comportamientos y decisiones. Pero a partir de ese punto, quería dejar de ignorarlo.

—Responderé mañana. 

Abandoné la oficina mientras me ahogaba en un mar de dudas. Quizá debería de ir a buscar a Yeon, ayudarle a resolver su asunto con Yoongi y luego pedir ayuda para tomar una decisión. Porque yo podía tomar el camino que más me apeteciera, pero no significaría nada si ella no estaba incluida en el plan. Probablemente también debería de llamar a mi padre, y contárselo todo a Jimin. Sin embargo, todo lo que hice fue leer la notificación en la pantalla del móvil una y otra vez. El ejecutivo principal del grupo Gangnam, el mismo en el que yo había puesto todos mis ahorros y la hipoteca de mi casa, se había fugado. Todo por lo que estuve trabajando durante tanto tiempo, se había esfumado. No tenía ni una casa para regresar a dormir, me habían embargado por la mañana, casi una hora después de que salí de ahí. Y lo único que me preocupaba, era recuperar la taza que compré para Yeon ¿Cómo tomaríamos café así? 

Me eché a reír durante minutos al mirar los sellos en la puerta de mi casa, y continué haciéndolo cuando la lluvia comenzó a caer y el cabello se me pegó a la frente. Mi celular se averió con toda esa agua y las llaves de mi auto se resbalaron hasta caer en la maldita alcantarilla de la vía, no era capaz de entender porque el llanto no llegaba de una vez si el mundo se estaba cayendo a pedazos. 

—Supongo que también te está yendo mal—Yiseo empujó los pies junto a mí.

—No como a ti—suspiré al mirar a detalle su atuendo.

No sabía como se sentía eso, cuatro años atrás soñaba con ver a Yiseo vestida así, incluso me imaginaba cargando la tela restante de la cola del vestido. Pensaba que iba a ser una novia hermosa, y no me equivoqué. Sólo que ella ya no era la novia que yo quería.

—No pude hacerlo—se quitó las zapatillas al sentarse en el escalón de la puerta—, Yoongi es increíble y se esfuerza mucho por hacerme sentir querida, pero lo he visto llorar ebrio hasta quedarse dormido. Sé que nunca podrá olvidar a Hye... Quisiera haber conocido a Yoongi en otro momento, quizá así él me amaría tanto como a ella.

—Lo haces difícil—me senté a su lado—, amarte es una tarea sumamente complicada. Tienes que dejar de temerle al amor, sé por todo lo que has pasado, pero eso no te da derecho de pisotear a otros para conseguir tu bienestar. Me lo hiciste muchas veces, pero yo ya no estoy enojado—sonreí—. Creo que si continúas huyendo, será muy difícil que Yoongi te ame, porque tampoco te permites amarte a ti misma.

—¿Y qué se supone que debo hacer con el recuerdo de tu chica en la persona que yo amo?, los dices como si fuera muy fácil.

—Nada, no puedes hacer nada. Eso nunca desaparecerá, tienes que aprender a vivir con ello aunque te fastidie al principio. Y si no estás segura de lo que sienten por ti, lo mejor que podrás hacer es marcharte. Se sentirá como si te estuvieran arrastrando al infierno, pero no vas a morir, y eso está bien. Incluso si tú no sabes lo que sientes por alguien, márchate. Más que ser una pérdida de tiempo, es una pérdida de humanidad. Esa es una forma horrible de herir a otros.

—Ya no me ayudarás a resolverlo todo—afirmó al verme negar con la cabeza.

—No quiero ser tu amigo o frecuentarte más. Estar contigo fue doloroso, pero aprendí tantas cosas que echártelo en cara sería contradictorio. Así que sólo aléjate de mí.

—Eres igual que ella—murmuró—. Yeon y tú son la clase de persona que sentirían compasión incluso por un asesino, y eso no está mal—sonrió—. Usa bien la regla de los 0.5 segundos.

Eso había sido tan liberador, al fin había sido capaz de soltar a Yiseo. Y no me sentía con la necesidad de tomar la mano de alguien más para sobrevivir, me apetecía tomar la mano de Yeon hasta morir. Porque me pegaba la gana, porque le quería tanto que podría volverme loco de amor.
Así que comencé a correr hasta el otro lado de la ciudad para llegar a su viejo edificio.
No fue hasta que vi el apartamento vacío que me eché a llorar. Era obvio que algo grave había sucedido, ella jamás se iría sin decírmelo. Ella no.

Salí desesperado a mirar alrededor, sujetando mi corazón con fuerza, esperanzado a encontrarla en el rumbo.
El alma me volvió al cuerpo cuando di vuelta en la intersección de la calle, terminé topándome con su pequeña anatomía golpeando la mía. 

—Pensé que te habías marchado—me sujetó de la cintura en un torpe abrazo—. Fui a buscarte a casa y Yiseo dijo que tú sólo te habías ido—limpió mis lágrimas en lugar de las suyas y no pude pensar en algo más adorable en ese momento.

—También fui a buscarte a casa—balbucee—, pero estaba vacío. Pensé que tú te habías ido sin mí... 

—Nunca me iría sin ti, te dije que lo resolvería—acarició mi mejilla—. Es sólo que las cosas se salieron de control—fruncí el ceño—. El señor Min está furioso porque me negué a casarme con Yoongi, así que me ha dejado sin nada. No tengo donde dormir, nada que ponerme o que comer. Estoy totalmente quebrada.

—Eso es genial—solté una carcajada mientras ella arrugaba la nariz—, yo también, estoy totalmente quebrado y creo que me van a despedir definitivamente porque puse una parte de los impuestos del hospital en manos de un inversionista que se fugó con todos mis bienes, pero ¿Sabes que es lo más horrible?—bufé—, la taza para café que te compré se quedó en la casa. Y era realmente linda...—hice una pausa para decir lo que realmente quería decir— Cásate conmigo—quité el botón de mi chaqueta— No puedo comprarte un anillo ahora, pero, prometo que lo haré.

bridesmaid|k.th♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora