Taylor Frank.

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-Hola mía-. Dije mientras observaba las pequeñas fracciones de su cara tensarse, no era raro que le incomode mi presencia.

-uhm yo, Jane, papitas fritas.- dijo desviando la mirada, se la notaba confundida, tal vez.. Nerviosa.- Jane, aperitivos.- repitió agarrandola del brazo.

-esperen.- intervino Stand.- también venimos por algo de alimento.- le sonrió a Jane.- iremos con ustedes.- concluyó tomando el otro brazo de Jane y dejándome detrás.

Mia soltó el brazo de su amiga dejándola sólo agarrada mi primo y se dirijio a tomar una bebida de pomelo, su favorita. Vi que estaba de puntitas intentando sostenerla pero si seguía así tiraría todo, así que fui por detrás de ella y baje su bebida.

-gracias.- susurro sin mirarme y se dispuso a caminar.

Decidí que era el momento de hablar con ella, ya no soportaba todo esto. Mía no era la única que sufría, yo la extrañaba como el infierno, necesitaba aclarar las cosas, necesitaba abrazarla, sentirla, contenerla, que me de amor.

-Debemos hablar.-dije sosteniendo su brazo. Mía giro bruscamente y quedo frente a mi con sus marrones ojos bien abiertos. Pude ver dolor, me sentí una basura.- Mía, significas muchísimo para mi, dejame hacer algo bien y explicarte.-finalice tomando su mano.

-Jane.- susurro.- Jane!!!.- dijo mas fuerte, haciendo que esta nos mirara. Su vista paso de la cara de Mía a mis ojos y de ahí a nuestras manos, maldición. Puedo presumir que conozco a Jane Claire y que no es nada buena la mirada que lanzo.- compra tu junto con Stand. Voy a hablar con Taylor.-dijo Mía dejando a Jane con los ojos abiertos y la mano que sostenía a Stand en un puño, provocándole una mueca de dolor a mi primo.

Jane soltó a Stand y vino directo a mi.-Una sola lágrima, una sola Frank, y juro que tu vida sera un infierno.- se dio la vuelta, camino unos pasos. Giro, me dio una sonrisa.-Suerte, Taylor.- y siguió de largo junto a Stand.

Jane Claire me odiaba, pero me tenia aprecio. Nunca jamás encontraran a alguien igual a Jane, solo ella podía amenazarte y sonreírte sincera a los segundos.

En silencio camine junto con Mía fuera del supermercado. La tome de la mano para cruzar la calle, se que fue un atrevimiento, pero a la mierda con eso. Llegamos al local de mi padre y deje que Mía entre primero, sabia que la llevaría al piso de arriba, el almacenamiento, ahí pasabamos horas antes. Mía cruzo la puerta y casi pude escuchar la sonrisa de mi padre de tan grande que era.

-Mis ojos no creen esto.- dijo sonriendo, mi padre adora a Mía.- Mía Johnson nuevamente en este lugar.- abrió los brazos.- ven aquí, te hemos extrañado.- la estrecho en sus brazos y Mía se veía feliz.- que esta pasando aquí, Taylor?.- Me miró.

Iré arriba a hablar con Mía.- y así fue como tome a Mía de la mano, mierda mi corazón me mataría si seguía latiendo así, y corrí escaleras arriba con ella.

Insuperable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora