6 años después
Darcy estaba por cumplir 6 años es una increíble chica, Joaquin ha hecho el trabajo tan maravilloso, pero nunca me ha excluido mi papel, aún si las juntas en el trabajo terminan más tarde de lo normal Darcy me espera despierta en la sala de estar junto a Martín.
-Luis, puedes venir un momento. -grito Joaquin desde la cocina.
Le gustaba ayudar a Martín siempre que lo dejaba, y más ahora que le habíamos dado unas vacaciones con su familia, se lo merecía.
-Si, amor.
Entré y el ambiente era tan cálido, Joaquin estaba con su típica ropa veraniega que usaba para trabajar, en estos seis años había dejado crecer nuevamente su cabello, Darcy era la más feliz, le gustaba peinar a su papi.
Las razones de mi vida estaban viéndose cara a cara y yo no entendía un carajo el por qué mi pequeña señorita estaba llorando.
-¿Por qué estás llorando mi cielo? -mire a Joaquín por explicaciones, él no era violento, algo más estaba pasando.
-Todo es culpa de papi- dijo llorando nuevamente mientras señalaba acusadoramente a mi esposo con su pequeño dedo.
-No señales, Darcy. Dime que te hizo papi, y lo solucionamos. - Joaquin me veía acusatoriamente, Darcy tenía ese gran defecto mío. Manipulación.
-Y-yo sólo le pedí un hermanito y él dijo que no.- Darcy tomó mi mano y dijo -No quiero jugar sola papá, la casa es muy grande.
Joaquin veía a nuestra pequeña niña llorar y su semblante cambio se sentía culpable.
-Lo siento amor, ven a jugar debo platicar con papá Emilio. -Darcy asintió, limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano, le dí un beso en la frente y salió de la cocina.
Miré a Joaquín enredar sus rizos sueltos con su dedo muy rápidamente.
Estaba nervioso. Era como si pudiera olerlo. Era divertido.
-Joa, que pasa amor, sólo dijiste que no.
-Lo sé Emilio. Pero me asusté, no hemos hablado sobre tener más hijos, no quería decirle que sí y que después tú no quisieras.
-Dos cosas pedhaki mou. Uno, no puedo decirte que no es tu súper poder, y dos -dije tocando la punta de su nariz mientras con la mano libre lo rodeaba sutilmente por la cintura - Siempre voy a querer todo contigo, y si, eso incluye hijos.
Sonrío y me abrazo fuertemente, Mi ángel era menudo, pero fuerte. Y era tan hermoso, nunca pensé que un hombre pudiera ser tan perfecto como lo es mi esposo. La primera vez que ví a Joaquín llevaba su cabello en un rodete alto, y se veía espectacular, pero no puedo negar que era tan sexy verlo con los rizos cortados.
Cuando teníamos el tiempo suficiente como para ducharnos juntos en nuestra rutina de "Cuidemos el agua" nos hundimos en nuestra tina y le lavaba su cabello, a él le gustaba eso tanto que me enseñó a trenzarlo.
-Podemos comenzar ahora, tengo todo el día libre. -dije en su oído.
-No, Ella está despierta.
-Esta noche. Pequeño gatito.- dejo un beso en su labios y salió de la cocina.
-¿A qué hora volverás? Ella se duerme a las 8.- dijo Joaquin tiernamente.
Aquella noche habían iniciado su trabajo de "Fabricar bebés". Pero sólo habían tenido resultados negativos.
Emilio podía sentir la desilusión de Joaquin. No era que la palabra "parto" no lo hiciera querer huir. Pero cuando algo entraba en su corazón no había forma de salir sin pagar factura. Habían dejado de intentar tener sexo con esa intención. Era como "si lo pienso lo ahuyento". Más en casos especiales cuando se trataba de un embarazo masculino.