Capítulo 1

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Emilio Geller no pudo dejar de rezongar al leer el informe detallado sobre lo que su esposo hizo en los últimos nueve días. La mayoría de los movimientos de él estaban dentro de la rutina, pero uno de ellos le llamó mucho la atención. Sin pensarlo dos veces, tomó el celular e hizo la llamada.

-Llame a Diego Valdés -ordenó a la recepcionista, sin mayores explicaciones.

-El doctor está atendiendo un paciente en este momento.

-Es urgente -Emilio dijo con firmeza, sin identificarse. - Llámalo y él atenderá.

Así era un ejecutivo acostumbrado apenas a ser obedecido. Se permitía cierto abuso de poder, por lo menos cuando estaba muy ansioso. Con el médico, Emilio consiguió la confirmación oficial y tomó el teléfono interno de su oficina. Pasó instrucciones claras y objetivas, queriendo colocar en ese mismo instante su plan en acción. Casi no cabía en sí cuando se levantó y caminó en dirección a la ventana, con la esperanza que la bella vista que tenía allí lo calmase un poco.

Había un diseño moderno en los edificios comerciales que lo rodeaban, mezclando concreto, acero, vidrio en una enorme variedad de formas y tamaños. Entre ellos, las pocas mansiones que insistían en mantenerse firmes en su magnitud, esculpidas en las rocas, rodeadas por brillantes áreas verdes.

Y, por fin, el mar, en su indescriptible tono azul.

Pero la realidad era que nada de aquello le importaba, en aquel momento. Estaba preso en sus pensamientos. Emilio se casó temprano, a los 20 años, con una novia de infancia. La unión duró muy poco. La muerte trágica de su mujer, en un accidente, ocurrió pocos meses después del enlace.

Desde entonces, Emilio se zambulló en el trabajo, pasando todo el tiempo disponible en la oficina, construyendo una carrera de éxito, con competencia y persistencia. Casarse de nuevo era algo que ni siquiera se le ocurría. Amara tanto, y perdiera tanto. No soportaría que aquello volviera a pasar. En aquellos últimos diez años, tuvo apenas algunas aventuras pasajeras... Sin compromisos, sin promesas vacías. Hasta la llegada de Joaquín.

Él era hijo de uno de sus subordinados, y se convirtió de a poco un gran compañero de su madrastra. Planeaban paseos y viajes, y el pequeño castaño parecía divertirse con ella. Era un joven alto atractivo e inteligente, que poseía un delicioso sentido del humor. Y más: no estaba interesado en él, en su estatus ó su riqueza. En honor a la verdad, lo ignoró... Hasta que Emilio comenzó a aproximarse a él.

Estuvieron de novios algunos meses, se conocieron en la cama. Y, por primera vez desde el fallecimiento de María, el rizado tuvo conciencia de que también era mortal y que estaba desperdiciando, sin percibirlo, su existencia. De pronto entendió que la vida podía irse en un abrir y cerrar de ojos.

Sintió renacer dentro de sí el deseo de tener un compañero y tener hijos con él, planear el futuro...

¿Y quién mejor que Joaquin para ser su esposo?

A Emilio Geller él le importaba, podía darle una posición envidiable. Y sin duda Joaquin Bondoni era más que adecuado, en todos los sentidos. El matrimonio fue celebrado sólo entre los familiares más próximos, seguido por una luna de miel en Hawai.

Después de eso, entraron con facilidad en la rutina diaria, siempre juntos. Todo iba sobre ruedas por un año, hasta la reaparición de Celine Moore, una antigua pareja, que, después que se divorciara, parecía decidida a causarle un dolor de cabeza.

Emilio apretó los dientes al recordar las varias trampas de Celine para forzarlo a estar con ella. Él siempre las trató como incidentes casuales, y, con su innegable diplomacia, hacía que se agotaran en sí mismas.

Secret love || Emiliaco M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora