Capítulo 5

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Joaquin eligió un restaurante próximo a Flores & Buqués para almorzar con su padre. La ocasión prometía ser tensa. Para completar, William se atrasa mucho, y encima llegó diciendo que tendría que irse pronto.

A pesar de eso, lo saludó con afecto. Interesante como su presencia era marcante. Tal vez su agilidad, ó el modo como hablaba. Pero aquel día no se podía decir que estaba en su mejor forma. Parecía triste, encogido. Pidieron agua helada, antes de cualquier otra cosa.

- ¿Estás bien, papá?- Será que fue algo en el tono de Joaquin que había causado el dolor en el mirar de él?

- Emilio te contó, ¿no?

Fingir que no sabía nada sería un ejercicio inútil, y Joaquín odio el remordimiento que vio surgir por segundos en la expresión de él.

- ¿Creías que no lo haría? -William pareció avergonzado... ¿Cuál sería su reacción si le contase que Emilio usará esa arma para forzar la reconciliación entre ellos?

El mozo les sirvió, y ellos almorzaron.

Ambos sabían que no tendrían porqué demorar con aquello.

- Di la razón, papá.

- Una mujer... -William interrumpió lo que decía, para enseguida continuar, con obvia renuencia: - Cuando descubrí que ella estaba colocando por lo menos tres hombres en conflicto, yo ya había gastado una fortuna en préstamos para satisfacerla.

La cuestión ocurrió de inmediato a Joaquín-¿Qué pretendes hacer al respecto?.

-Vender el apartamento e intentar recuperar mi reputación, lejos de aquí. Tengo contactos en Nueva York.

- Tal vez fue de verdad una buena estrategia-y él le dijo eso.

- ¿Te gustó tu viaje, hijo?.

-Es bueno estar de vuelta. -Joaquin no quería extender el asunto, ya que no estaba dispuesto a hacer confidencias. -¿Qué te parece la idea de convertirse en abuelo?

Una sonrisa tierna aflora en el rostro de William, que cubrió la mano de él con la suya.

- ¿Estamos hablando de proyectos o de hechos?.

- Hecho consumado.

- Amor, ¡estoy tan feliz!.

[...]

Pasaron las dos cuando Joaquin volvió a la tienda. El final de la tarde pasó rápido, visto que tenía mucho que hacer actualizando los archivos del computador, lidiando con el balance financiero de Flores & Buqués, atendiendo el teléfono.

El tránsito era intenso, y demoró en llegar a Vaucluse. Soñaba con un baño, ropas holgadas y un enorme vaso de agua helada, cuando estacionó el coche en el garaje. Una comida leve, tal vez un video. Pero pretendía dormir temprano.

Martín surgió en la baranda, y Joaquín le dirigió una bella sonrisa.

-Hola, ¿cómo fue tu día?.

- Lo de siempre, sr. Geller. ¿Y el suyo?

- Lo mismo. -su respuesta tenía un tono de falsa solemnidad, que el mayordomo notó muy bien.

- Luis pidió que le avisara que llegaría tarde. Una cena de negocios, por lo que entendí.

- ¿Entonces somos sólo el gato y yo? Por favor, sirve apenas una ensalada de cena.

Los labios de él dejaron transparentar una visible desaprobación.

-Preparé algo más sustancial que "una ensalada". Si usted pudiera decirme a qué hora quiere comer, podré servirle la comida.

Secret love || Emiliaco M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora