Esta mañana me he levantado con ganas de no hacer nada, solo la idea de que no iba a ver a mis amigos, mi madre y Peter en tres años hacía que me quisiese poner a llorar. Me arreglé rápido y baje a la cocina donde mi desayuno y mi madre se situaban.
-Buenos días Laura -me dijo con una sonrisa.
-Buenos para quien los tenga mamá. -en mi voz se notaba toda la tristeza que había en mi corazón.
-Todo va a estar bien, seguro que en Italia disfrutarás tanto como aqui, conocerás gente y verás sitios que no habías visto. -dijo con intenciones de alegrarme.
-Pero a mi me importa mas lo que dejo aqui, a mis amigos, a ti, a mi instituto, a mi casa... aqui lo dejo todo.
-No puedes dejar que eso te afecte, piensa en lo que obtendrás cuando vayas.
-Bueno ójala el tiempo se pase rápido, aun que tres años sea demasiado.
Cogí mis maletas y todas mis cosas y me monté en el coche con mi madre.
Llegamos al aeropuerto con tiempo de sobra, nos sentamos en las butacas esperando a que llamasen a los pasajeros de mi vuelo. Mis amigos dijeron que vendrían a despedirse de mi y dijeron que traerían mi regalo de despedida y de cumpleaños. Quedaban diez minutos para que me subiese al avión cuando llegaron todos con sus regalos.
-Casi no llegamos por culpa de Manu -dijo Sonia acusandolo con la mirada.
-No es mi culpa que en la cama se este tan bien -levantó las manos en símbolo de que él no era culpable.
-Pero aun que Manu se haya retrasado -le miró mal- estamos aqui. -dijo mi rubia.
-¿Y Peter? -pregunté muy extrañada al ver que no estaba con ellos.
Todos se callaron y se miraron entre si.
-Peter... -dijo Lucas rascandose la nuca- no va a venir.
-¿Por qué? -la expresión de tristeza de mi cara no era ni la mitad que la tristeza que estaba sintiendo mi corazón.
-No quiere que sea mas difícil el hecho que en tres años no os vayais a ver y ha decidido no venir.
-Esta bien... -dije con ganas de llorar.
-Pasajeros del vuelo a Italia puerta 7 el vuelo tendrá lugar dentro de 8 minutos, gracias -informaron por el micrófono.
-Aqui tienes todos tus regalos, ábrelos cuando llegues a casa de tu padre. Te vamos ha hechar mucho de menos. -dijo Sonia y empezó a llorar.
Dejé las cosas en el suelo y los abracé a todos.
-Y yo a vosotros ni os lo podeis imaginar. -yo también comencé a llorar y me siguió Miriam, incluso Manu y Lucas lloraban también. -Bueno, me voy, os amo chicos, hablaremos TODOS los días -dije remarcando el TODOS para que les quedase muy claro. -nos vemos dentro de tres años. -dije mientras cogía los regalos y las maletas para ir a la puerta 7. Subí al avión y con algunas lágrimas en los ojos me puse los auriculares y me dormí.