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—¿Gustas saber la dirección de la tienda? Siempre tengo que comprarlos yo y es injusto... -Sus voluminosos belfos se alzaban en pucheritos al hablar y el tono infantil ocasionó ternura en el azabache, mismo que sonrió bajando la mirada al suelo- No te rías, lo digo en serio...

—Si lo dijeses en serio habrías dejado de traerme caramelos de miel y que yo sepa llevas años sin poner queja, así que chitón te ves más bonito -JiMin adquirió el rojo en sus mejillas y la molestia en su pecho, indignado cruzó su brazos por encima de su pecho bufando.

—Cobraré por cada caramelo que me pidas -Exigió con una expresión linda en su delicado rostro ahora tintado de rojo.

YoonGi solo sonrió apenado, sus manos en los bolsillos de su chaqueta cosquillearon suavemente al caminar por el asfalto humedecido por las últimas lluvias, antes de querer asesorarse del porqué sentía aquel toqueteo en sus palmas, JiMin se posicionó frente a él sorprendido.

—¿Has visto mis manos? -Preguntó con sus ojuelos negros más abiertos de lo normal, ahora parecía asustado por una cosa nueva descubierta.

—Siguen igual de pequeñas... -Murmuró YoonGi sin entender, aquella molesta sensación en sus manos se hizo más fuerte.

—Pero, están frías -Musitó y Min no vaciló en verle obvio.

—Sí, JiMin, el invierno tiende a ser frío -Dijo con desgana, sacó al exterior las suyas y tomó los dos bloques de hielo que JiMin tenía por manos, pequeñitas y tan suaves como las de un bebé.

YoonGi le sonrió coqueto al verle jadear del gustito que le irradiaba el calor. Suspiró al igual que el rubio y sus dedos se movieron un poco para hacerlos entrar en calor, el contacto de sus pieles fulminó el escozor en sus palmas o el simple hecho de unir sus manos había funcionado.

Con una mirada reluciente y admirable el bajito le observaba con su boquita entreabierta, el vaho se formaba al respirar y estaba demasiado concentrado en ver lo que hacía el Alfa con sus manos que no notó lo refrescante que fueron aquellos inocentes toques, en su pechito brillaba la calidez proporcionada pero él la ignoró.

—Si tienes frío, volvamos a casa -Comentó y se acercó dejando fugaces besitos en sus manitas, por más abrigos y chaquetas que le cubriesen ninguna era capaz de llegar hasta la puntita de sus dedos, por lo tanto el rubio comenzó a farfullar.

—Dijiste que iríamos a ese centro comercial... me prometiste un día entero porque no haces más que estudiar, me tienes abandonado y encima te quejas del tiempo que paso con HoSeok Hyung -La clave en sus palabras fue pronunciar aquel nombre, YoonGi suspiró asqueado al escucharlo no obstante no pensó en soltar sus muñecas ni mucho menos poner una distancia sana entre amigos.

—¿Tenías que mencionar a ese Alfa? -JiMin no supo si reír con nerviosismo o evitar indagar en la conversación- Estoy velando por tu salud y tú solo piensas en él...

—Hyung... solo digo que no pasas tiempo conmigo... -Sus luceritos penosos y culpables se posaron sobre sus avellanos orbes, le transmitía mucha paz sus luceros pero ahora se notaba un poquito celoso y con todo preparado para echarle en cara su mención- Me gustaría que no pensaras en otras cosas, que hoy solo tengas ojos para mi...

"Mis ojos siempre han estado en ti..."

Entendido...

Su boquita se abrió y esperando el bocado le hizo señas exageradas al Alfa distraído, su mandíbula dolía y el mayor degustaba de su hamburguesa sin preocupación alguna presente, él deseoso de ser mimado.

—Yoonie... -Bufó en una ola de infantilismo pataleando cual cachorro llamando la atención exigida pero en vez de encontrar la reacción anhelada, el Alfa jadeó molesto y dejó lo que restaba de su hamburguesa en su plato, dando a entender que le cedía el resto de su comida.

Obviamente no buscaba eso, quería que le diera de comer en la boca, que le diera de su bebida y que le limpiase los restos de comida con una servilleta, estaba tan ansioso por aquello que olvidó que los amigos no hacen ese tipo de cosas.

Tampoco se toman de las manos al caminar por las tiendas, como hace poco había tomado YoonGi la de él, no conocía a dos amigos que hicieran lo que en su mente era un detalle bonito porque los amigos no lo hacen.

—¿Quieres postre? -El rubio estaba tan ensimismado en sus pensamientos que olvidó que YoonGi estaba frente a él, preguntándole aquello alzaba una cucharita con helado de caramelo, sus ojuelos brillaron y asintió abriendo su boca- Esto se asemeja más a una cita que a una recompensa de tiempo sin vernos -Murmuró y el bajito asintió sin más.

—Es nuestra primera cita entonces -Completó y una sonrisa surcó sus labios ahora con restos de helado en la comisuras de su boca.

En una sonrisa tímida y algo nervioso por sus sentimientos encerrados, YoonGi tomó una servilleta y se inclinó sobre la mesa, ni él ni el Omega tomaron en cuenta la cercanía de sus rostros cuando el mayor limpió con toquecitos sus labios.

Estaban acostumbrados a la cercanía, al toque de sus pieles, a ver al otro con amor indescriptible y a vivir más como una pareja.

—¿Una cita formal? -El corazoncito débil ante YoonGi de JiMin no vaciló en acelerarse de 0 a 100 en milésimas de segundo- ¿Así como Alfa y Omega?

¿112? Mimi había entrado en pánico por sobredosis de nervios.

dae.

Ya volvió Dae.

Espero les haya gustado y gracias por leer :D

Att: Ónix

(終わり¹) Caramelo de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora