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Era común que YoonGi se quedara en la casa de JiMin algún día suelto por razones indefinidas, por lo que encontrar al Alfa acurrucado cual cachorro entre las mantas azules de la cama de JiMin no fue extraño por sus padres, además que ninguno buscaba hilos de dónde tirar sobre la amistad estrecha de su hijo con el vecino.

En el baño de la oscura habitación resonaba el zumbido del secador dándolo todo para secar las hebras brillantes del Omega, sus ojuelos amenazaban mucho en cerrarse cuando se metió a bañar, ahora su cuerpecito cubierto por un lindo pijama grueso estaba calentito.

Dejando salir los nervios que apenas unas horas estaba matando su inestable corazoncito, suspiraba exhausto enredando entre sus falanges sus amarillentos cabellos para terminar de secarlos completamente.

Acostumbraba a no usar colonias después de un baño, así que segundos después de apagar el secador, salió bostezando con pasos lentos y pesados, sus orbes cansados visualizaron al Alfa escondido por el edredón.

Sonriendo suavemente se aseguró del pasador en la puerta, no es que quisiera esconderle algo a sus padres pero aquella relación estaba aún en cimientos, quedaba tiempo para fortalecerla por ende esperaba que más adelante pudieran confesarles a sus progenitores absolutamente todo.

Pero no era el momento.

Y él quería fundirse en los brazos contrarios contrayendo ese característico aroma que mata de gusto al Omega, deseaba dormir en su pecho caliente y con sus brazos rodeándole.

Anhelaba ser cuidado y YoonGi cumplía con todo lo que necesitaba.

Apagando luces, cerrando la ventana con un puchero suponiendo que cuando los primeros rayos de Sol lleguen, interrumpirían su bonita velada con su Alfa, no permitiría tal atrocidad.

Ahora sí, el momento de desenvolver al Alfa dormilón. Toqueteó el borde del edredón azulado, el cosquilleo en su pechito haciéndose de notar cuando la ola de feromonas del contrario logró entrar a sus fosas nasales, mordió su labio inferior con anhelo.

No destapó todo su cuerpo, solo lo suficiente como para meter sus piernitas, siguiendo su cuerpo completo hasta estar a su lado cálido.

Esbozó una sonrisita pícara y suave, una de sus manos palpó en busca de diferenciar en qué posición estaba el mayor para invadir su comodidad con su presencia.

Pero no esperó ser apresado tan rápido, quedándose inmóvil con su espalda sobre el colchón jadeo asustado, la nariz del mayor en su cuello y su cuerpo restregándose sobre el suyo para hacerse sitio entre sus muslos rellenitos.

Sus manitas viajaron por los brazos fríos del Alfa, sintiendo la musculatura en estos haciéndole morder su labio inferior ante el bombardeo de imágenes en su cabecita, quiso pasar por alto el tinte carmín que en sus mejillas predominaba pero el calor que estas desprendían no era comparable al infierno abrazador que en su pecho nació.

—Minnie -Le llamó en un pesado suspiro, sus labios dejando húmedos besos melosos, con intenciones claras de llenarle de su aroma lo máximo posible.

—¿Mh? -¿Palabras? JiMin no fue capaz de formular algo coherente, crispando sus belfos pasó las palmas de sus manos por los hombros del mayor, buscando tranquilizar la bestia que quería marcarle en esos precisos momentos.

Acariciando su espalda o la extensión que sus bracitos le permitían, acercó sus labios a su cabellera azabache para dejar besitos tímidos como los que le dedicaba a su cuello ya babeado por la boca del Alfa.

—Te quiero mucho... -Dijo entre murmullos, el cuello del pijama le impedía bajar más a la piel del Omega, su clavícula estaba cubierta por esa gruesa prenda y le jodia no poder pasar su lengua por esa superficie.

Teniendo que conformarse con su cuello, YoonGi confió en que podía seguir besuqueando todo lo que él quisiera, no contando con los deseos de su Omega.

JiMinle tomó de las mejillas, separándole de su húmedo cuello le vio con relucientes orbes por la sesión de cariñitos melosos y subidos de tono, disfrutaba pero también tenía especial interés en sus finos labios degustando los suyos.

Una vez más pasó saliva por sus voluminosos belfos, dándole un indicio de lo que quería ahora.

Y YoonGi lo comprendió rápido, sonriendo de lado le vio sorprendido, asintiendo apenas fue acortando los pocos centímetros que le separaban, para cuando sus respiraciones ya se mezclaban y su necesidad por rozar y explorar la cavidad contraria crecieron, ya habían roto distancia.

Cerrando sus luceros para el disfrute, JiMin enredó sus dígitos en la lacia cabellera negra, mientras que YoonGi se apoyó sobre sus codos para más comodidad.

Danzando inexperto, JiMin empezó a temblar al pensar en los fallos que estaba cometiendo puesto que su primer beso fue días atrás con YoonGi y pese a que se habían dado más, no había tenido tanto tiempo por delante para besarle, así que la mayoría fueron roces de poco tiempo.

Y ahora YoonGi devoraba su boca haciendo que sus belfos se hincharan, el delirante anhelo de estar así por horas le hizo sonreír en medio del bonito momento.

—Yo también te quiero, Alfa...

Quien diría que en cuatro paredes el aroma de ambos se mezclara de la manera más deliciosa posible, nadie podía dar con certeza una idea cercana al deseo que Alfa y Omega sentían hacia al contrario, y nunca nadie imaginó que una amistad de dos niños fortaleciera al punto de crear un amor dulce, mutuo y deslumbrante como el que ellos habían sembrado en sus corazones.

Porque JiMin siempre fue de YoonGi y viceversa.

dae.

Dae fue funada por mi, no me avisó que subió el cap, donde ella vive ya es martes so...

Anygays

Gracias por leer

(終わり¹) Caramelo de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora