•2•

916 132 12
                                    

Al abrir la puerta de su casa, YoonGi tragó duro bajando la mirada al suelo mientras sus manitas temblorosas permanecían en su espalda, pudo escuchar a su madre dar la bienvenida y a los segundos lo presentó a él.

Al alzar la cabeza sus ojitos viajaron inmediatamente a la cabellera rubia de aquel bonito niño, había un llamativo accesorio sosteniendo sus amarillentos cabellos, y con solo bajar un poco su mirada se topó con unos iluminados luceros marrones viéndole fijamente. Sus mejillas tomaron un color rojizo fuerte que le hizo bajar nuevamente la mirada al suelo.

—Él es YoonGi, mi hijo -Su madre tocó suavemente su hombro incitándole a decir algo pero su cachorro se negaba a alzar su cabeza, por lo que sonrió nerviosa.

—Mira JiMin, podrías jugar con YoonGi -Propuso la madre del rubio viendo a su pequeño ponerse colorado, sonriendo algo confundido, si ya le costaba hacer amigos en clase, hacerse amigo de alguien mayor que él sería más complicado.

El rubio se ubicó detrás de su madre, buscando su zona de confort alejado del azabache que había buscado alguna afirmación o un indicio de querer jugar, podría enseñarle sus figuritas favoritas, incluso regalarle alguna si así lo quería, pero el pequeño ni siquiera le veía ahora.

Las mayores se centraron ahora en conversar entre ellas, pasando por alto el comportamiento de sus hijos, algo avergonzadas a decir verdad pues sus cachorros no solían ser tan callados y para la mamá de YoonGi fue algo extraño verle tan tímido ante un niño menor que él.

Fue cuando pasaron al comedor que JiMin se dignó a ver al azabache nuevamente, sus grandes ojitos marrones le inspeccionaron de arriba a bajo, sorprendido por sus gatunos y bonitos ojos.

Las mayores tomaron asiento y los pequeños se ubicaron a sus lados siendo algo más tímidos al ver al contrario. Por parte de YoonGi su sonrojo había desaparecido un poquito, dando paso a un color rosita claro poco notorio pero a diferencia de él, JiMin estaba rojito cual tomate, jugando con sus deditos por debajo de la mesa y moviendo sus piecitos que no llegaban al suelo. Se escuchaba el suave tintineo de sus pulseras al chocar, llamando la atención del azabache, que era el único que le estaba viendo en esos momentos ya que sus madres habían empezado una profunda conversación acerca del colegio de sus hijos.

YoonGi tuvo la iniciativa de decirle algo, pero frente a él apareció una ración de espaguetis servida por su madre, sus ojitos se cerraron por breves segundos pensando en las posibilidades de terminar tanta pasta en pocos minutos para tener tiempo de jugar con el rubio, cuanto más pensaba en mostrarle su colección de superhéroes, más impaciente se volvía.

Observó a su madre servirle algo menos al rubio, que relamió sus voluminosos labios y sus ojitos se iluminaron un poquito más al ver el plato frente a él. Sonrió por inercia y lo lindo que se veía con aquel accesorio en su cabello.

Se centró más en el menor que en su comida, detallando su angelical rostro y verificando las pulseritas que adornaban su pequeña muñeca.
Diferentes colores y diferentes formas, todas ellas muy bonitas en sus pequeñas manitas.

dae.

Entre más voten y comenten esta Ónix actualizará :D

Gracias por leer

(終わり¹) Caramelo de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora