Different planets #2 →kookmin

epílogo

— JungKook — Una voz susurró cerca del oído del saiyajin y lo único que provocó fue que enterrara su cabeza aún más en la almohada. — JungKook es hora de levantarse.

— Tienes suerte de ser lindo — Gruñe y alza su rostro para ver a su compañero sonreír. Jimin brillaba en las mañanas y JungKook nunca entendería como lo lograba. — ¿No podemos quedarnos un rato más? — Sus brazos envolvieron el pequeño cuerpo junto suyo y presionó su erección mañanera contra su compañero. 

— Por muy tentador, sabes que no podemos a menos que quieras que n-

— ¡JungKook! ¡Jimin! — Una voz entró corriendo a su cuarto. 

— Que nos atrapen — Termina Jimin con una sonrisa burlona antes de dirigir su atención a la persona que había invadido su habitación. — SungHwa, ya te expliqué que no puedes entrar corriendo acá.

— Lo siento — Dijo sin culpa por no poder contener la emoción. — Es que... ¡Es hoy, es hoy!

— Lo sé pequeño, pero aún así no debes entrar sin avisar — Jimin le sonríe al chico. — ¿Por qué no te vas a alistar y vamos a desayunar al comedor contigo en unos minutos? 

El chico asiente con fervor y se devuelve por donde venía, JungKook mostró una pequeña sonrisa al ver como su cola se movía de lado a lado emocionado, pero antes de salir del cuarto, esta se volvió a enrollar en su cintura. Obviamente, JungKook desapareció su sonrisa cuando Jimin se giró a verlo. 

— ¿En serio tenemos que soportarlo hasta que crezca? — JungKook gruñó, pero a pesar de ello, Jimin ni se inmutó. 

— Lo quieres aunque no lo digas — Se inclina dejando un beso en su mejilla antes de desaparecer en el baño. 

Aunque deseaba mentir no podía, quería al pequeño saiyajin. Los primeros años en el planeta Vegeta no fueron fáciles, sobre todo porque Jimin tuvo que acostumbrarse a la cultura y también tuvieron que lidiar con sus nuevas vidas. El ser la primera pareja del mismo género, en un planeta que detestaba la homosexualidad les trajo más atención. JungKook siempre estaría agradecido con las nuevas medidas que tenía el palacio, en cuanto a educar al planeta sobre las parejas homosexuales, pero sabía que el estigma tardaría en morir.

En medio de ello es que SungHwa entró a sus vidas. El niño, casi adolescente, tuvo la mala fortuna de dejar entrever sus dudas sobre su sexualidad y rápidamente su familia se deshizo de él. Jimin se enteró del chico y le rogó a JungKook para que lo tomaran bajo su cuidado, y como siempre, JungKook no se podía resistir a su compañero.

En un comienzo SungHwa fue todo un bocado, gruñón y molesto como JungKook, sin querer mostrar sus debilidades e inseguridades, pero Jimin no tardó en roerlo y mostrar a un chico dulce. Aunque sin duda seguía siendo el estereotipo saiyajin para el resto, cuando estaba con los dos podía ser casi como un niño humano. 

— ¿No te vas a alistar?

Sacándolo de sus pensamientos, la imagen de Jimin recién salido de la ducha lo atrajo y no evitó salir de la cama de un salto, para probar su suerte y ver si lograba obtener algo de su pequeña cosa sensual. 

— ¡No! ¡Ni se te ocurra! — Levantando el brazo Jimin lo detiene. — Tenemos que ir a desayunar con SungHwa y luego asistir al cambio de mando, no podemos gastar minutos en atender tu impulso sexual. 

— Lo siento, pero no es fácil controlarme cuando te tengo a ti — JungKook lo abraza sin importarle que aún estuviera húmedo por la ducha. — Aparte qué importa si llegamos tarde, después de todo no pueden hacer la ceremonia sin mí — Inclinándose atrapa el cuello de su humano dejando un camino de besos. 

— Trunks es mi amigo, no le haremos esto — Jimin trata de escapar, pero se retorcía entre los brazos del fuerte saiyajin. — ¡JungKook! — Lo golpea en el brazo.

— Rey Trunks — Corrige y se separa del cuello de su compañero, pero sin soltarlo. — Y vamos, a nadie le importa verme ser el general supremo, estoy seguro que la mitad de los saiyajin en este planeta desearían poder asesinarme.

— Por eso, amor — Jimin sonríe y pasa sus manos por los hombros de JungKook. — Necesitamos llegar temprano y demostrar que sin duda eres mejor que todos esos idiotas.

JungKook mira a Jimin por unos segundos contemplándolo, incluso cuando estaba en medio de sus cuarenta años seguía siendo hermoso, y que todos los dioses lo ayudaran, porque Jimin sabía el efecto que tenía en él. Sobre todo ahora, que su compañero era una de las piezas más fundamentales en el palacio, siendo el principal enlace diplomático con miles de planetas y dirigiendo todo el departamento de investigación. El pecho del saiyajin se hinchaba de orgullo.

— ¿Qué? — Jimin lo mira algo confundido al ver que no decía nada, pero tenía una sonrisa pequeña en sus labios. 

— Te amo — Susurra JungKook. — Solo pensaba en lo maravilloso que eres. 

Jimin tembló levemente entre sus brazos y JungKook casi sonrió. Ni cuanto lo tocaba, le hablaba sucio o le estaba haciendo el amor de manera desenfrenada, Jimin temblaba como cuando le decía que lo amaba. Con la historia que tenían ambos, sabía cuanto significaba cuando decía aquellas palabras. 

— ¿Dónde quedó mi saiyajin gruñón y tosco? — Jimin ríe nerviosamente, con los ojos brillosos de emoción. 

— Aquí mismo, pero creo que un humano logró derretir el hielo que había en él. 

— Idiota — Jimin le sacó la lengua y como rara vez sucedía, JungKook rió. La risa que solo reservaba para su compañero. — También te amo.

— Mmmh.

¡eso es todo! realmente no soy buena haciendo epílogos pero quería darles una miradita más de nuestros compañeros favoritos y lamento decir, que hasta aquí llega esta loca historia. muchas gracias a todes quienes estuvieron desde el comienzo y sobre todo a quienes decidieron darle una oportunidad a esta rara idea mía. realmente me divertí escribiendo esto y leyendo sus comentario, así que espero que ustedes también se hayan divertido tanto como yo. y bueno, me despido, casi siempre tengo historias disponible así que seré feliz si pasan a darles algo de amor, pero es hora de decirle adiós a otra historia más. ¡gracias por leer different planets! ¡nos vemos!♥️