09 ; último

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— Ahora ¡A celebrar! 

Todos ovacionaron al Rey que se sentaba al lado de su compañera. Mientras que JungKook le regalaba una sonrisa silenciosa a Jimin, el humano solo se sonroja y comienzan a comer del gran banquete que se llevaba a cabo en el palacio.

A dos días de la guerra y en medio de las reconstrucciones, la familia real llevó a cabo un banquete para todos los soldados y generales que pelearon por el bien del planeta. JungKook, quien recién esa mañana había salido de su cápsula de recuperación, no había tenido tiempo de hablar con su compañero y no podía esperar para estar solos.

— No tengo hambre — Dice sin siquiera mirar su comida, solo tenía sus ojos puestos en Jimin.

— JungKook, ¿estás seguro? Estuviste casi dos días recuperándote y no haz comido nada — Jimin mira a su compañero con preocupación, JungKook generalmente arrasaba con la comida.

— Vamos a nuestro cuarto.

Tomándolo de su mano lo arrastra fuera del comedor real ignorando los ojos alegres que los miraban. Jimin reía observando como JungKook lo llevaba ansioso hacia el cuarto que ambos compartían en el palacio. Deteniéndose en la puerta JungKook se gira para mirarlo a los ojos.

Jimin arquea una ceja. — ¿Qué pa-

Los labios hambrientos del saiyajin se apoderan de los suyos y Jimin se derritió entre los brazos de su compañero, quien lo sujeta con fuerza atrayéndolo a su cuerpo mientras entraban a su habitación. Con el pie cierra la puerta y levanta a Jimin del suelo sin dejarlo de besar. No se apresuró a llevarlo a la cama, dando pasos lentos disfrutó cada minuto que estuvo besándolo. 

Dejó caer a su humano en la cama y no tardó en subirse sobre suyo, casi como un animal preparado para cazar a su presa. Jimin amaba cada momento de esos, se sentía especialmente sexy cuando veía los ojos de deseo de su saiyajin, dispuesto a tenderle el mundo a sus pies con tal que le regalara un poco de su atención.

— No te he desnudado y ya me tienes duro — JungKook susurra sobre su cuello sin dejar de besarlo y mordisquearlo, Jimin jadeaba enterrando sus dedos en el cabello azabache. — No sabes lo que provocas en mi.

Jimin no tenía que hacer nada, solamente disfrutar y ver como el saiyajin lo despojaba de su ropa y a la vez se desnudaba frente suyo. Sin poder resistirse sus manos recorrieron el pecho marcado y lleno de cicatrices de JungKook, mientras que el saiyajin se reía al ver a su compañero tocarlo como si fuese la primera vez.

— Lo siento, pero me aseguro que no esté dañada la mercancía — Jimin parpadea coqueto y se sorprendió cuando soltó un gemido profundo al sentir que JungKook golpeaba su trasero. — ¡Hey!

— ¿Cuándo te volviste una cosita tan descarada? — JungKook se inclina sobre suyo y besa sus labios.

— Pensé que te gustaba — Viendo a JungKook buscar el lubricante en la mesa de noche, le saca la lengua juguetónamente. 

— Me vuelves loco.

Apoyado en su pecho, alza su trasero para JungKook, quien se reserva unos minutos para acariciarlo antes de comenzar a prepararlo. Con sus dedos llenos de lubricante, escucha el pequeño gemido que suelta Jimin cuando lo estiró con su dígito. El saiyajin relame sus labios hambrientos, la entrada de su compañero apretaba tan bien su dedo que no podía esperar para enterrarse con él.

Lentamente metía otro dedo en él, dilatándolo con algo de prisa pero con paciencia. Aunque estaba ansioso de poder sentirlo, no sentía ningún placer de disfrutar a costa del dolor de su compañero. 

— Vamos, bebé... Puedo con otro más — Jimin lo desafía mirándolo sobre su hombro y JungKook casi se desfalleció. 

Jimin era la persona más sensual y provocativa al momento que compartían la cama, tanto que a veces extrañaba cuando era un bebé inocente que se sonrojaba con solo verlo sin camisa. Sumó un tercer dedo en la entrada de Jimin y lo vio abrir sus hermosos labios para soltar una seguidilla de gemidos. 

Different planets #2 →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora