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— ¿Puedo ir contigo? — Jimin estaba sentando en la cama de ambos mientras veía a JungKook vestirse.

El saiyajin no se había podido negar a ver a su Rey, era a la única persona de su raza por la que mantenía un mínimo de respeto, aparte estaba intrigado por saber para que lo querían. Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta que Jimin le había hablado, se mira al espejo y se observa con la ropa deportiva, aún le impactaba la ausencia de su armadura, pero ya se estaba acostumbrando a las ropas terrícolas.

¿Puedo ir contigo? — Al sentir la voz de su compañero en su mente se gira a verlo.

— Es mejor que no — Saliendo de su pequeño trance, comienza a caminar hacia la entrada de la casa, sintiendo los suaves pasos de Jimin detrás suyo. Al llegar a la puerta, se gira para ver a Jimin, quien lo observaba con sus ojos curiosos y una sonrisa como siempre. — No tardaré en volver...

— Estaré justo aquí.

Se tomó unos segundos para grabar la imagen de su compañero en la mente. Antes de salir completamente de la casa y comenzar a volar hacia las coordenadas que le había dado el saiyajin que solicitó su presencia. Se permitió observar la ciudad antes de desaparecer hacia las montañas, no podía creer que ya se había acostumbrado al bullicio y la sobre población de la civilización. 

Cada vez que pasaba más tiempo en la tierra, al lado de Jimin, se daba cuenta que perdía un poco de su identidad saiyajin, pero tampoco estaba cómodo con llevar una vida 100% terrícola. Sabía que para estas alturas, ya no se sentía identificado con ninguno de los planetas a los que estaba relacionado. Para estas alturas, lo único que le importaba era tener un lugar para dormir, comer y a Jimin.

No tarda en ver la nave y desciende frente a ella, donde dos saiyajin lo estaban esperando. Ni siquiera se detiene a reconocer la presencia de ambos, simplemente pasa por su lado y se adentra a la nave. 

— Jeon, por aquí — Se gira para ver al hombre que lo había ido a buscar hoy y sin decir nada, entra a la habitación. 

En una pantalla gigante, estaba el Rey Vegeta con el semblante enojado y toda la habitación en silencio. Con curiosidad escondida debajo de su máscara de rudeza, JungKook observó un tanto sorprendido como el lugar estaba lleno de generales y soldados.

— JungKook es bueno saber que pudiste acompañarnos — El Rey hablaba a través de la videoconferencia, ahora todos en la habitación lo estaba observando. 

— Me preguntaba para qué me necesitaba, señor — Se dirige solamente hacia el monarca, no le interesaba nadie más en la nave que la persona que lo mandó a buscar. 

— Puedo ver que te ha ido bien — Hace énfasis en su vestimenta y JungKook se sintió extraño al ver el único en el lugar que no usaba una armadura, pero no demostró lo que sentía. — Desde hace unos meses hemos estado en una guerra con el imperio Cold, mi padre logró deshacerse de ellos hace algunos años, pero ahora han vuelto y necesito de mis mejores guerreros. 

JungKook conocía la historia, como el emperador Cold había llegado al planeta Vegeta con la excusa de un acuerdo comercial, pero el antiguo Rey pudo ver sus verdaderas intenciones y detuvo todo avance antes que se transformara en algo peor. Con los años, por todo el universo se hablaba de las atrocidades de Freezer y su ejército, logrando que incluso algunos saiyajin sintieran temor. 

— Ya no peleo — La habitación tomó una atmósfera tensa. 

— Un saiyajin nunca deja de pelear, no está en nuestra naturaleza.

La reunión era una conversación estrictamente entre el Rey Vegeta y JungKook, todos los demás eran solamente unos espectadores, pero podía sentir cómo todos a su alrededor estaban tensos y preferían salir corriendo de la habitación.

— Entreno, sí, pero desde que me desterraron no he vuelto a pelear por placer, más bien lo he hecho como mi trabajo — Reconoce. Muchas veces tenía que ir contra sus propios instintos y extrañaba la adrenalina de tener una buena lucha. — Pero tengo un compañero que es humano y si accediera de buena voluntad, primero debo hablar con él. 

Sabía que aunque se negara, el Rey buscaría la forma de tenerlo entre sus filas de todas maneras, pero quería dejar en claro sus prioridades, no podía desaparecer o irse del planeta sin antes informarle a Jimin. Su compañero merecía el derecho de saber y opinar sobre el tema. 

— Está bien, si vas a venir ocuparas un puesto en el palacio, aún recuerdo el poder en ti y tenerte como un guerrero de elite es lo que corresponde, aparte creo que tu compañero lo disfrutará — El Rey dice y JungKook creyó ver una pequeña sonrisa en sus labios, pero tan pronto como la vio, desapareció. — Tienes una semana para decirme tu respuesta. 

Al siguiente segundo, la señal se cortó y la pantalla se fue a negro. Ignorando a todos en la habitación, JungKook volvió por su camino, le había dicho a Jimin que no se tardaría. 

Different planets #2 →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora