06. Sueños.

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➝ Oneshot.➝ Fluff.. ➝ 20/11/2020.➝ Inspirado en algunas interacciones de Lillia.


...

No podía recordar desde cuando su pasión por las peleas pasó a un segundo plano. Tampoco recordaba cuando necesitó que sus manos hicieran otras cosas en la noche, en vez de golpear a desconocidos.

Al principio, se sentía extraño e inexperto. Se frustraba en la desolada habitación de sus arenas cuando no conseguía plasmar lo que tenía en mente desde hace meses. Las hojas decoraban el suelo y entre garabatos iban acompañándole en su obsesión y melancolía.

Algunos días, apenas despertar, Sett olvidaba aquel rostro que juraba ser tallado por alguna deidad en la antigüedad. A veces, entre enojos y lloriqueos, olvidaba los momentos que pasó con ese ser en sus sueños. Su ira, era volcada en las victorias que plasmaba en las noches.

La gente decía que era talento y destreza, perseverancia y esfuerzo. Él ignoraba esos comentarios.

En realidad, era el eterno deseo de conocer a alguien que ni siquiera sabía si existía en este universo o si existió alguna vez.

Los días iban pasando, aquella destreza y talento se iban desligando de sus puños, recorriéndole los dedos en donde con sutiles trazos iba delineando el rostro de su perdición. Cada vez podía plasmarlo mejor, se esforzaba, en sueños, de recordar cada íntimo detalle que tenía.

Como las marcas debajo de sus labios y ojos. Le costó recrear el color de su cabello con las pinturas. En las noches, donde las estrellas brillaban, su color se volvía violeta y, en ocasiones donde las pesadillas no lo dejaban en paz, el cabello del desconocido se volvía negro.

Sus dedos estaban tan manchados, los lienzos usados eran infinitos en desgaste hasta que consiguió que cada detalle encajara a la perfección y satisficiera su sentir.

Su ropa era confusa y se preguntaba en sueños porqué el chico llevaba un arma distinta dependiendo el día. Había contado 5 en total, a lo largo de los meses, ¿eran todas las que tenía? ¿tendrían nombre?

¿Cuál era el nombre de su quimera?

Por alguna razón, el día de hoy era extraño. El muchacho sonrió, conoció esa sonrisa tan mística e hilarante. Un detalle, no poco menor, que lo traía embobado hace días, era porque nunca había hablado, porque el joven no le respondía cada vez que él le contaba su día a día, su vida en el pasado, la historia de su madre... ¿Era aburrido o las ratas le comieron la lengua?

La noche anterior se durmió luego de imaginar, por horas, como sería su voz. Si sería serena como su expresión, si, quizás, es infantil como la sonrisa expresada ayer. ¿Era una señal?

Madrugador, decidió no pintar por la mañana. La pelea que daría lugar en la noche era muy importante. Una apuesta que, de salir mal, le quitaría hasta el último rincón de su propiedad.

Un entrenamiento, feliz por el acercamiento con el extraño, despejaría su cabeza.

Las artificiales lucen lo iluminaban y la gente proclamaba con fervor su nombre. Una pregunta pasó por su mente: ¿la gente actuaría igual, si supieran que es un hábil pintor? Tampoco podía describirse como alguien habilidoso pero su egocentrismo se lo permitía a veces. Sólo había pintado al pequeño por cuánto... ¿años? No sabía si, por ejemplo, le saldría dibujar una casa o su propia madre.

Las luces brillaban tanto que en su cabeza se regañó por no tener en su habitación una luz que le hiciera justicia a sus creaciones. ¿Y si la persona misteriosa aparecía, y se sentía ofendida por tenerlo tan oculto? Las alucinaciones ya salían a flote.

SettPhel ─ Oneshots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora