SettPhel ─ Oneshots.

02. Cautivo.

➝ Oneshot.➝ Smut +18.
➝ 14/06/2020.➝ Canción: Traje unos tangos - YSY A.

Aclaración importante: tiene fuerte contenido explícito sexual (o al menos hasta donde me da la imaginación y forma de escribir).
También tiene lenguaje explícito y escenas de violencia, tanto física como verbal.
No tiene tintes de romanticismo o cariño por parte de los personajes.
Sólo una enfermiza relación. El odio no es amor.
Si sos sensible a la violencia, por favor de NO leer.

Nada de lo planteado en esta historia está bien en la realidad. Leer bajo su propia responsabilidad, y no denunciar. Tengo otras historias por si quieres pasarte por mi perfil. Gracias.

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El espectáculo terminó y nuevamente se había proclamado victorioso. Los aullidos de la tribuna no eran nada comparado a los que esperaba oír en su habitación.

Se marchó a su diminuta y oscura pieza, ignorando a cualquier persona que quería felicitarle o retarle a una nueva pelea. Inclusive el incontable oro obtenido era insignificante, su capricho era muchísimo más jugoso.

Al entrar al lugar, fue recibido por una amarga presencia, situada en una punta de la cama con libro en mano y la lámpara junto a una mesada.

—¿Me extrañaste? El show se ha demorado un poco hoy.

No recibió respuesta, como siempre.

Desde que había sido capturado por los esbirros y traído a este lugar, no había dicho siquiera una palabra. No sabían su nombre, ni su procedencia, nada. Creía que guardando en silencio lo soltarían a los días, pero se equivocó, al convertirse en el muñeco sexual de Sett.

—¿Qué lees? —Intentaba acercarse, todas las noches, en vano.

El chico cerró el libro, dejándolo a su lado; indicando que lo estaba ignorando.

—Tu ojo se ve cada vez peor —no sonaba preocupado, sino más bien orgulloso.

El pálido alejó la mano contraria antes de que tocase su rostro, estaba molesto por recordar su derrota y aún seguir en este tormento.

—No te enojes conmigo, ya sabes lo que debes hacer: bailarme siempre que venga, o retarme e irte de aquí victorioso —una amplia sonrisa atravesó sus labios, orgulloso—. No te ha ido muy bien con eso, ¿verdad?

Apretó sus puños con ira, hace unos días atrás, el pelinegro se había cansado de todo y con un golpe en el rostro, retó a un duelo a Sett. Su cuerpo aún demostraba moretones, y su ojo fue quien peor la pasó. Su visión aún era algo borroso, y el color violáceo se volvía más oscuro con el pasar los días.

Sett no tuvo ningún tipo de represión, y lo golpeó hasta dejarlo casi inconsciente. Se detuvo porque sabía que podía matarle, y no iba a quedarse sin su capricho.

Buscó lugar junto al renegado muchacho, recibiendo una asqueada mirada zigzagueante.

—¿Te sigue molestando el olor a sangre? —luego de las peleas, Sett venía con sus puños y torso bañado en sangre, las brutales palizas eran la que siempre lo consagraban victorioso—. Ya te he dicho que te acostumbres.

Con la diestra le sujetó el largo cabello que caía por su nuca y lo atrajo hacia él. Una sarcástica sonrisa lo invadía por dentro ante la incomodidad contraria. El dócil, escupió sobre el manchado rostro del rojizo, enojándolo aún más.

—Iré a ducharme —informó, estampando su rostro contra el frío colchón de un movimiento.

Cuando Sett entró al baño de la habitación, Aphelios se normalizó con un pesado suspiro. Estaba harto, cansado de esta ridícula vida. Perdió la cuenta de las noches en que Sett jugaba con él, a veces simplemente dándole un espectáculo de baile mientras se desnudaba, otras, sólo tomaba su cuerpo, insaciable y con dureza.