10. ¿Qué dijiste?

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➝ Drabble.➝ Fluff (supongo). ➝ 20/11/2021.

10 Meses desde el último oneshot que subí de los bebés, qué miseria. Espero disfruten esta pequeña historia, algo fofa y simple, pero que sirve para poco a poco retomar escribir.

pd; pao amame.

...


—Un día, vino a visitarme el jefe de una banda criminal de Noxus.

Sett comenzó con su historia, clamada de orgullo apenas soltó la primera palabra. Aphelios pestañó con incredulidad por el silencio de su entorno... Porque Sett continuaba hablando, era él quien no escuchaba.

El pelinegro prestaba atención a cualquier cosa que no fuera el sonido que emitía la boca ajena: los dientes alineados, gruesos labios que remojaba con su lengua en ocasiones. La sonrisa cargada de soberbia que se ensanchaba cada vez con más profundidad a medida que la anécdota se tornaba más interesante.

—Por supuesto que no tuve miedo —siguió, sin prestar atención al embobado estado de Aphelios.

La fatídica mirada se desvió a las dañadas manos que danzaban al compás de las oraciones, más eufóricas y delirantes. Detalló cada una de las cicatrices que estaban en los dedos índice y medio, a la altura de los nudillos; zona donde más resultaba dañado en cada pelea.

Unas arrugas asomaban las muñecas ya desgastadas de tanto doblegarse en cada movimiento, los años de guerra y sangre se ven reflejado en zonas específicas, que Aphelios se encarga de mimar en las noches.

Una pesada carga para tan indefenso hombre.

—¡Mis puños palpitaban de emoción! —ante el grito, Aphelios pegó un pequeño salto en su lugar. La carcajada que Sett tiró en respuesta, hizo que las mejillas del pelinegro tuvieran calor—. Todos juntos, contra mí, una pelea digna.

Una sonrisa por parte del Lunari se dibujó en su rostro al imaginar las absurdas excusas que el rojizo le planteó a su madre al regresar a su casa unos días después. Sett jamás vuelve luego de una batalla que dejara alguna notoria marca a la vista, y esos eran los días que ambos aprovechaban para estar juntos.

Aunque ahora no eran tan recurrentes sus encuentros, no desde el último enojo de Aphelios que duró meses -una tortura, según palabras de Sett-, cuando encontró al menor al borde de la muerte una noche después de excederse en una pelea.

Aphelios no podía olvidarse de la apagada mirada que Sett le brindó esa noche, antes de dormir. La angustia recorría el cuerpo entero al pensar que sería la última oportunidad de sostenerlo en sus brazos.

"—¡No más locuras!" le clamó la mañana siguiente antes de marcharse eufórico. Sett no se mostraba arrepentido o considerado con los sentimientos que él podría sentir, o incluso su madre, ante la misma muerte. No regresó hasta que Sett "recapacitó".

—Tuve que recurrir incluso a las patadas, fue algo verdaderamente excitante —oh, pequeño y adorable Sett. Despistado y desatento que no podía darse cuenta que Aphelios no lo estaba escuchando.

Una cualidad a la que Aphelios se acostumbró a llamar encanto por el aprecio que le tenía. Cuando Sett se emocionaba, nada a su alrededor podía detenerlo. Era así, es así, ¿por qué darle tantas vueltas?

—¿Qué opinas? —terminó con un pesado suspiro, como si el aire no estuviera saliendo de su cuerpo desde que arrancó a hablar.

El pequeño se levantó de su asiento y caminó hasta el gran asiento donde Sett está descansando. El brillo en los ojos del rojizo demostraba la inocente ilusión de tenerlo en sus brazos una noche más.

—Confío en que eres increíble, pero... —se cortó para sentarse sobre él, extendiendo sus piernas en uno de los apoyabrazos y la espalda en el otro. Las manos de Aphelios acariciaron las extensas cicatrices que pintaban el pecho descubierto de Sett, con empatía, comparándolas con las propias. Cuidado y comprensión era lo que latía en su pecho al verlas, a pesar de estar físicamente dañados, esperaba confortar a Sett en el aspecto emocional, como él también lo hacía.

Unos fuertes brazos lo sujetaron con miedo a que se cayera y se animó a preguntar—: ¿Podrías repetirme la historia de nuevo?

Los colmillos sobrepasaron la sonrisa de Sett, aproximándose al rostro de su compañero para hablar: —¿Otra vez delirando cuando hablo?

—¿Qué dijiste? —fingió sordera, correspondiendo a la sonrisa con una baja risa en los labios adversos.

Se besaron, lento y a destiempo al fundirse en un cómplice abrazo. De nuevo, todo el entorno y realidad en donde existen pierde el sentido para ambos, un simple roce, y sólo existen ellos.

—Un día... —a Sett se le dificulta hablar en medio del beso—. Vino a visitarme el... —suspiró, Aphelios no parecía rendirse a besarlo en medio de cada palabra—, jefe de una banda criminal de Noxus.

—Continúa —hipó ante el silencio que duró unos segundos. Sett no supo si era a su historia o a sus mimos.

Más Sett solo continuó con las caricias a lo largo de la espalda de Aphelios, volvería a contar la historia en otro momento; ahora sólo quería ocupar su mente con gestos, opacar la mente de Aphelios hasta que sea hora de volver  separarse. No tenía porqué hablar de otros en sus íntimos momentos.

Sólo existen ellos dos.

SettPhel ─ Oneshots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora