Amor entre serpientes y leones: Hansy.

VII: Accidentes y regresos.

Pansy estaba acostada en su cama sin saber qué hacer. Le gustaba Harry, más de lo que hubiese imaginado, pero no podía cambiar las cosas que había hecho o dicho. Él se merecía algo mejor que una chica con un pasado tan turbulento.

Harry estaba acosado por la prensa desde el día que nació. ¿Qué diría la prensa cuando se enterara que estaban juntos? ¡Lo destruirían! Ella no podía exponerlo a una publicidad tan mala. Él era el jodido héroe del mundo mágico; y ella, solo la chica que eligió el bando equivocado.

De pronto Draco apareció junto a su cama con el ceño fruncido. Ella no se molestó en decir o preguntar nada, se giró para que él no viese su rostro y se tapó el rostro con las mantas.

—Explicame por qué me llegó un vociferador de parte de Potter.

—¿Qué? —Preguntó ella anonadada—¿Te escribió, por qué?

—Está preocupado por cómo te fuiste, me preguntó que te había dicho para que te alteras tanto. Luego estuvo un buen rato diciendo lo imbécil que soy y que la próxima vez me meta en mis asuntos.

—¿Cómo se atreve?

—¡No es mi culpa que te hayas tomado muy a lo literal lo que dije! Así que mejor ve con cara rajada y hazle saber de mí parte que se vaya al infierno. A mí no me metan en sus problemas de enamorados.

Se desapareció dejándola sola una vez más. Pansy se levantó molesta y salió derecha a la chimenea que estaba en la sala principal del pequeño piso. Unos segundos después estaba saliendo en la acostumbrada sala de Grimmauld Place.

Ni siquiera se atrevió a limpiarse la ceniza, salió de la chimenea y fue directamente al cuarto de Harry. Él estaba allí escribiendo una carta, ni siquiera reparó en su presencia hasta que ella carraspeó para hacerse notar.

—¡Por fin! ¿Dónde estabas Pansy? Ya te he enviado dos cartas, estaba preocupado. Tu primo tampoco quiso decirme a dónde habías ido.

—¿Por qué tenías que enviar ese vociferador a Draco? ¿Quién te dió el derecho de escribir a mis amigos preguntando por mí?

—¡Me lo concedió yo solo cuando te fuiste y pasé dos días sin saber dónde estabas!

—No vuelvas a meter a Draco en nuestros problemas, él no tiene nada que ver en esto.

—¿Y desde cuándo te importa lo que piense el hurón albino? —En este punto Harry ya estaba demasiado molesto por lo que no podía controlar el tonito de su voz—No me digas que sigues enamorada de él, eso sería patético.

—¡Yo no estoy enamorada de Draco! No me vengas a echar nada en cara, no tienes derecho.

—¡Pues disculpa si me molesta esa extraña y enfermiza obsesión que tienes por él!

—¿De qué mierda hablas? ¡Yo no estoy enamorada de Draco! ¡Somos amigos! ¿Acaso yo he dicho alguna vez algo de tus amigos?

—Sí, muchas veces de hecho. —Pansy se quedó callada con los labios fruncidos. Harry entendió a que se había referido y terminó apartándose de ella frustrado—Eso fue estúpido, lo siento. Ni siquiera tiene que ver con esto, y fue hace mucho tiempo.

—Eso precisamente a lo que me refiero, Harry. ¿Cómo planeas lidiar con el hecho de que soy una de las personas que…?

—¡Pansy ya basta! Ya dije que no me importa.

—A mí sí me importa. He intentado ser mejor persona desde que esa maldita guerra acabó, pero es muy difícil. Y no significa que todo pueda ser olvidado. —Se encogió de hombros—Ni siquiera entiendo porque estamos tomando todo esto tan en serio.