Layla
"Lo único que sé es que lo mejor que he hecho hasta ahora, ha sido escapar."
Estoy cansada de tanto caminar. No soporto el dolor en el pecho de tanto que he evitado llorar. Aún así, estoy andando por unas calles desconocidas, pues lo único que conozco de este pequeño y lujoso lado de Inglaterra es una pequeña cafetería que se encuentra muy lejos de ese lugar donde trabajaban mis padres en mi niñez y parte de mi adolescencia, lo sé porque recuerdo que hace tres años mi hermana me trajo aquí.
Al pensar en ella no puedo evitar soltar una pequeña lágrima.
Sé perfectamente que en esa cafetería necesitan una camarera porque he estado buscando como loca en mis redes ¿Qué mejor oportunidad que ésta? Necesito el empleo. Además, ella lo consiguió antes que yo, siempre estaba enterada de todo.
Antes de entrar a la pequeña tienda el olor a café me invadió, haciéndome sentir justo como hace cinco años atrás, cuando tenía 17 años. En la puerta de cristal está el papel por el que tanto temía no encontrar "Se solicita camarera de lunes a viernes de 7:30 am a 4:30 pm".
Desde el principio me pregunté por qué tan pocas horas y no todos los días de la semana, pero si me dan el trabajo obviamente no voy a reprochar nada.
Forcé mi mejor sonrisa, enderecé mi espalda, quité los mechones de cabello que cubrían mi rostro... y caminé hacia el mostrador como si no estuviese huyendo de algo, como si todo estuviera bien aparte de mi escasez económica, como si mi alma no estuviera destrozada y con grandes cortes que no dejaban de sangrar.
- Buenas tardes - saludé a un chico de tez morena, bastante guapo y agradable a la vista, pero con una mirada de fastidio que inmediatamente me hizo saber que sería un gran reto para cualquier mujer - Disculpa, estoy interesada en el empleo de camarera - le dije señalando la puerta, donde se encontraba aún pegado el papel.
El chico me miró atentamente de pies a cabeza, lo cual me hizo sentir incómoda, pero luego de eso, agarró una pequeña libreta y comenzó a hablar- ¿Nombre?
- Layla Meyer.
- ¿Edad?
- Veintidós.
- ¿Antiguo empleo? - lo miré extrañada. No puedo decirle en lo que he trabajado todo este tiempo.
No me contrataría.
Creo que hasta llamaría a la policía.
- Nunca he trabajado - me limité a decir. El chico me miró extrañado y encogiéndose de hombros se dirigió a una puerta que estaba al final del otro lado del mostrador y entró.
Sin preguntar por el currículum ni nada.
Oportunidades, supongo.
Duré más o menos como cinco minutos allí de pie, hasta que él salió, vino en mi dirección y abrió una pequeña puerta que le llegaba a la cadera - La jefa quiere verte - me hizo un gesto para que lo siguiera y sin decir nada, lo seguí.
Me guió hasta la puerta en la que unos minutos antes había desaparecido, la abrió y me dejó pasar, mientras que él se iba a ocupar de sus tareas, o tal vez iba a ser el odioso con los clientes.
De lejos se le veía que no le gustaba interactuar con los demás.
- ¡Buen día, Layla! - exclamó con gran alegría una mujer bajita de ojos verdes y linda sonrisa. Me ofreció la mano, la cual yo acepté con una enorme sonrisa después de haber correspondido el saludo - Mi nombre es Criss Fisher. Es un placer tener una vacante para el puesto, ya estaba perdiendo las esperanzas de conseguir a alguien hasta final de este mes. - se sentó detrás de un escritorio y me ofreció asiento con un gesto de su mano, me senté quedando en frente de ella - Así que dime ¿Por qué quieres trabajar aquí?
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¿Quién eres, Layla?
Kısa HikayeLayla ha escapado de casa, sin saber siquiera a dónde ir. Está desesperada, exhausta y necesita un lugar donde vivir, pero nadie debe encontrarla. Su única salida es estar lejos de su familia, su hogar, su otra vida y cuando pierde la esperanza, una...