En la pequeña cocina de la amigable familia Kent un silencio se arremolinan entre los presentes, en quiénes se destacaban más era él jefe de la familia como cabecilla al mando conocido como Clark Kent. Reunido con uno de sus hijos mayores que sentado en una de las sillas de madera descansaba rígido con una expresión en blanco justo detrás del castaño daba hacía la ventana abierta deleitando la vista con un rosado atardecer mientras el sol despedía el cielo ya las cortinas competían por quién llegaría más alto en la habitación y en la mesa un golpeteo de dedo por parte del hombre mayor esperaba palabra por parte de su hijo, provocándole nerviosismo e incertidumbre por su estado extremadamente mudo.
Bajo la ventana el goteó del fregadero era el único que cortaba aquella tensión. Clark mira al de cabellos claros con un pequeño cofre frente a él una mueca de confusión fué su única respuesta por su parte. Sus ojos azulones permanecen en la pequeña cajita extrañamente familiar éste estudia el objeto con clara curiosidad antes de levantar su vista y encontrarse con los firmes ojos grises del muchacho.
- Hijo. ¿A qué se debe esta reunión entre nosotros? - Soltó un risita aliviando un poco el ambiente pesado - No es necesario estar tan tensó Chris - Lentamente arrastra sus palabras en su boca pero ante su solemne expresión sus pensamientos eran otra cosa ya su mente había captado su intención.
Boda.
No necesita su visón de rayos X para descubrir lo resguardado en la diminuta, Clark permanece tranquilo y paciente con su espalda recta sin ninguna pizca de apresurar al muchacho. Él debía venir hacia él, sin empujarlo sin presiones.
Ambos se quedan viéndose a los ojos asi, podía escuchar su corazón latir sofocado. Chris sabe lo que están pensando.
¿Quién es la afortunada?.
Bien era sabido que su hijo no era un coqueto, unos guiños de parte de algunas chicas y chicos contemporáneas a su edad pero nunca nada serio.
Ningún interés. Sólo ojos para su familia.
Siempre al márgen.
Hasta ahora.
- Hijo - Con una pose más sería, proyecto una imagen más serena - ¿Eres consciente de lo que significa el matrimonio?
Él muchacho asintió.
- Lo sé Papá, Se basa en amor un matrimonio terrestre entre dos personas significa la unión de dos vidas para la eternidad o hasta que la muerte los separe. Cuidarle, Protegerlo y hacer que todos sus días sean felices.
Lo que no sabía es que conocía a esa persona.
Los ojos de hombre se entrecerraron levemente antes de confirmar la declaración de su primer hijo - Tienes razón y supongo que con quién elegiste dar esté paso es con Jon. ¿No es así? - Clark era consciente de la relación romántica que había tomado lugar entre Christopher y su hijo menor independiente de cómo una relación fraternal pasó a un escalón más no era motivo de repulsión le alegraba saber que encontraran lo que buscaban entre ambos, sabe que se casará con Jonathan de todos modos. Se da cuenta de que no tiene nada que perder aquí.
De hecho jamás lo hará.
- No tengo miedo de venir aquí Papá. Que quedé claro que cómo prospecto a novio y esposo nunca tendrás quejas de mi. De eso me asegurare. - Simplemente le devolvió la sonrisa, sin darse cuenta de que Clark pensaba que estaba en lo correcto.
Aprecia su gesto respetuoso de buscar formalmente su aprobación. Tomar ese riesgo enfrentado al que dirán era ciertamente admirable.
Volvió a enfocar su atención a la pequeña caja que estaba sentada tranquilamente frente a su hijo mayor, casi hace que sus cejas se eleven con curiosidad por saber cómo era.
Le traía tan buenos recuerdos de lo que fué en sus preparativos de boda.
- No necesitas esforzarte demasiado - Le sonrío tranquilo - Ambos siempre me han desmotrado que son buenos él uno para él otro. Y se de algo que nuestra familia tiene y nadie más se le compara.
Confundió le cuestiona tensó - ¿Y eso sería? - Ladea su rostro curioso hacía un lado.
Ojos cielo le miraron atentamente y vio una pizca de preocupación en los rasgos contrarios. De alguna manera sabía que su pregunta era más profunda que lo que estaba en la superficie.
- Amamos sin condiciones ni perjuicios Chris. Por lo tanto no tengo ningún problema con ello.
Las palabras tocaron una cuerda en algún lugar profundo del castaño. Los ojos del muchacho se agrandaron y una sonrisa se extendió por sus labios, asintió con la cabeza entendiendo su punto completamente.
- Muchas gracias Pá.
Fuera de la casa otro joven con la pinta preocupada y algo pálido aguardaba respuesta por su prometido que bajaba los escalones de la casa con lentitud causando estragos en el corazón del chico, la angustia y la impaciencia eran buenas amigas.
Sin perder tiempo éste habló - Amor, no tenías que hacerlo - Su voz apenas era un susurró, visiblemente nervioso y conmovido por el gesto que había tenido.
Burlonamente le tomó por la cintura atrayendole a su lado sonreindole descaradamente en su cara - Créeme que no debes estar tenso. De hecho sería lo contrario Jon - Aproximándose mas cerca rozando sus narices y sin perder la mirada del otro prosiguió - Lo hicimos Jonathan, Papá nos dio su bendición - Llevó una mano a su mejilla regalándole una caricia placentera - Sabes, ahora que oficialmente estamos comprometidos - Hizo una mueca mientras giraba sus ojos muy risueño - Sabes, estaba pensando proponerlo frente a miles de personas, colocar el anillo en tu bonito dedo - Lo hizo girar ganándose una carcajada por su parte - y llevarte al estilo nupcial a cualquier lugar de luna de miel que tú desees ir mi amor. - Le murmura en voz baja, apenas capaz de evitar que su emoción se muestre.
Jonathan se ríe con una sonrisa y los ojos llorosos. - Siempre vuelves lo imposible en lo posible - Chris abrió la boca para decir algo al respecto, pero él habló primero - Por eso te amo.
En ese momento Christopher Kent estaría mintiendo si dijera que no se enamoró de nuevo al ver a su prometido envolviéndolo en sus cálidos brazos con una sonrisa fresca y reconfortante combinada con aquel suave rubor que cubría sus lindas mejillas. Esté se abstiene de sí mismo de hacer una confesión de lo más cursi en voz alta que podría ser escuchada por su Padre que se encontraba dentro.
Sólo imitó su gesto.
Esté observa a su futuro esposo un momento para luego salir de su estupor y ayudarle a ponerse el anillo plantando un beso cariñoso en las mejillas manchadas de lágrimas de su pareja seguido después por un beso completo para cerrar con broche de oro aquel inicio de su futura vida juntos.
...Fin...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
