PROLOGO.

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Era una noche lluviosa, los relámpagos azotaban la lejanía y un frió infernal azotaba la habitación en la que un chico estaba. Mas, sin embargo, este chico, ósea, yo, estaba jugando en el pc en medio de la tormenta. ¿Quién en su sano juicio se arriesgaría a hacer tal brutalidad con este mal clima?

—Que frió —sus palabras fueron débiles, no se esforzó en lo más mínimo al hablar. El frió lo tenía en ese estado—... Gracias a Dios que mis padres no están, puedo jugar toda la noche sin que me molesten, pero, ¿¡Porque tenía que llover hoy!?

La lluvia no parecía llegar a su fin, de hecho, se intensifico cada vez más. Y en ese momento, el joven frente a la pantalla temió lo peor.

—Que no se vaya la luz —rogó desde lo más profundo de su corazón.

Y como arte de magia, un trueno cayó en el patio del vecino de al lado. El fuerte impacto ensordecedor lo dejo aturdido, sintió que sus tímpanos iban a explotar en cualquier momento, aunque no fue así. No obstante, sucedió un trágico suceso...

—¡No...! —grito desprevenido— ¡Todo mi progreso, y no había guardado!

Se había ido la luz.

—Se perdió todo —suspiro, derrotado—... Genial, ahora tendré que decirle mañana al profe que no pude hacer el ensayo porque se fue la luz —se río.

La noche estaba en su apogeo, y la única fuente de luz provenía del exterior, cortesía de los rayos que caían a la distancia.

Por tratar de estirarse (había estado horas allí, en esa posición) las extremidades, la silla se fue hacia atrás y cayó al suelo.

—Lo que faltaba —se sobo el golpe—. Ahora, ¿dónde está mi celular? —empezó a buscarlo en el suelo.

Le dificultaba encontrarlo, sin saberlo, metió su mano debajo de la cama y sintió algo allí; por lo que pudo sentir se trataba de un libro. Cosa que no le pareció extraño, porque su habitación estaba hecha un desastre, y las libretas de estudio decoraban el suelo, en resumen, estaba desordenada.

Extrajo el presunto libro de debajo la cama junto con su celular, que misteriosamente había estado encima de este.

—Qué raro —alumbro el libro con su celular—. No recuerdo haber comprado este libro.

Le inundo la curiosidad, así que abrió el libro y empezó a leer la primera página. Sintió familiar esta historia, como si la hubiera visto antes en algún... anime.

—¿Sera que mi primo lo dejo aquí ayer? —se preguntó— Le preguntare cuando lo vea.

Después de leer unas cuantas páginas, llego a una conclusión.

—Confirmado, esta es la novela ligera de Tate no yuusha..., no recuerdo que comenzara así.

Paso a la siguiente página y esta estaba en blanco, y así consecutivamente. De repente, el libro empezó a brillar (algo antinatural si me lo preguntas). Esto le asusto, y, enseguida recordó algo...

—¡Oh, no...! —grito, segado por la resplandeciente luz— ¡Se a donde va esto, sé a dónde lleva! 

¿SOY EL NUEVO HÉROE DEL ESCUDO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora