CAPITULO 3.

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Era de ya de noche en este mundo fantástico, y nosotros, los cuatro héroes legendarios nos encontrábamos en una lujosa alcoba, conversando un poco antes de separarnos el siguiente día.

—Esto me recuerda a Minecraft —dije sin pensar mientras examinaba mi menú.

—¿Qué es eso? —pregunto Motoyasu, curioso, porque era la primera vez que oía hablar de algo así.

—Un juego —fue mi respuesta.

—Entonces no debe de ser muy famoso, porque nunca escuche de él —dijo Motoyasu—. Quisiste decir que es igual a Emerald Online.

«Cierto, hoy estoy olvidadizo, ya sé a dónde va esta conversación», pensé.

Y hablaron cosas así de videojuegos de sus mundos que para nada entendí. Los tres se empezaron a hacer preguntas sobre Japón para saber si estaban de acuerdo en algo, me excluyeron ya que era un extranjero y no entendía para nada la cultura japonesa.

Seguían así, hasta que se me dio la gran idea de abrir la bocotá y contarle lo que sabia, obvio no iba a decirles que ellos eran la creación de algún mangaka virgen en su día libre. Por lo que opte por la mejor solución, dar un argumento teóricamente científico.

—Cada uno de nosotros venimos de mundos paralelos —al decir eso se callaron y prestaron atención.

—¿Cómo sabes eso? —pregunto Ren.

—Pues, es obvio... No son de épocas distintas, y describen distintos japones y distintos acontecimientos históricos —me senté en la cama. Señalé a Itsuki y añadí—: Tu dijiste que los Aliados perdieron la Segunda Guerra Mundial.

Itsuki asintió en confirmación.

—Bueno, ahí tienes la respuesta —hable—. De dónde vengo los Aliados ganaron la guerra.

—Esto es teóricamente posible, los científicos de dónde vengo están investigando a fondo sobre los mundos paralelos —añadió Ren.

—En pocas palabras, somos de distintas dimensiones —decía Motoyasu mientras se levantaba de su asiento.

Todos confirmamos.

—Jarol, ¿cierto? —dijo Itsuki— Se ve que eres inteligente, lástima que te haya tocado el escudo.

—Si, es una lástima —le respondí—. Pero el escudo también es un arma, y es muy eficiente.

Ante esto se echaron a reír.

—Es enserio, yo mismo vi como el Capitán América utilizaba su escudo para acabar con los alemanes en la guerra, utilizo solamente su escudo. Luego le dio el escudo a su sucesor, el Capitán Sudáfrica... y ambos usaron el escudo como arma —explique.

Escucharon atentamente mis palabras.

—Bueno, eso no quita el hecho de que sigue siendo un escudo —dijo Motoyasu.

—Estos hombres debieron de haber entrenado mucho para usarlo de tal magnitud —agrego Itsuki.

—Creo que dijiste que practicabas artes marciales —esta vez fue Ren el que hablo.

Voltearon a verme.

—Si, lo practicaba, hace unos meses deje de hacerlo porque se me presento un problema y el sensei no quiso dejarme entrar —decía mientras me levantaba y caminaba al balcón—. Además, todo ese conocimiento no se ha perdido por completo...

Ya no hubo más preguntas, ellos entendieron que necesitaba mi espacio para meditar sobre lo que estaba aconteciendo.

«Papá, mamá, regresare lo antes posible. No ha pasado tanto tiempo y ya los extraño», mire una estrella fugaz pasar.

—¡Me esforzare para ser el mejor! —grite a la nada. Necesitaba liberar presión, y que era mejor que hacerlo con un grito de victoria antes de comenzar mi aventura.

—Si, tienes razón —dijo Motoyasu con una sonrisa—. Volvamos a nuestras habitaciones porque mañana dará comienzo a nuestra fabulosa aventura.

Tres Doritos después ...

Estaba sentado en la cama, en mi habitación, sin nadie a la vista que me molestara ni me espiara.

—Al fin solo —suspire—. Tuve que mantenerme firme y no decir nada fuera de lo común, o revelar un secreto innecesario. No quiero cambiar la historia por completo, pero creo que la he estado cambiando sin darme cuenta.

Mire el escudo que estaba en mi brazo, mi rostro se pudo reflejar en este. Mi cabello es de color negro, lo tengo gradualmente corto. Unos ojos cafés igual o un poco más oscuro que el tono de mi piel.

Una sonrisa se formó en mi rostro y no aguante la risa.

—Puedo confirmar que el conocimiento es poder, y yo lo tengo todo —me dije a mi mismo—. Soy delgado, tengo que fortalecer mi cuerpo.

Tome nota de lo que sabia sobre las armas de Tate no yuusha, y los pasos a seguir los iría descubriendo en la marcha.

Primero: Se puede utilizar el sistema de copiado de armas; esto según dicho por Motoyasu en los últimos capítulos de la primera temporada. Es algo que me beneficiaria, solo debía encontrar escudos de todo tipo y tocarlos.

Segundo: Aprender técnicas y habilidades secretas para que el arma cree artículos automáticamente, y solo necesitaría encontrar los elementos necesarios para su elaboración. Esto sería igual a craftear en Minecraft.

Tercero: Tengo la habilidad de la teletransportación del arma. Puedo regresar a cualquier lugar que haya registrado anteriormente. Aunque no sé si sería yo solo, o a todo un equipo de aventureros, porque pienso no quedarme solo, creare un grupo y esta habilidad me serviría un montón.

Entre los secretos para mejorar mi arma legendaria, el escudo, que pude entender de la boca de los otros héroes seria:

Primero: Entre más rara sea un arma es mejor. Hay que mejorar un arma que es más rara de lo común.

Segundo: Entrenar con mi arma para fortalecerla.

Tercero: Mejorar el refinamiento y estadísticas del arma.

Cuarto: Hacerlo manualmente, el arma adsorberá lo que sea. Si encuentro minerales puedo dárselos al arma que esta me otorgara escudos y habilidades diferentes y especiales.

En resumen, ante todo esto, me había ganado la lotería.

—Naofumi, pobre de ti, tuviste que aprenderlo todo a las malas. Tranquilo chico, donde quiera que estés, te vengare como es debido —me acosté finalmente, y dije mis últimas palabras del día—: ¡El guion me está dando poderes!

¿SOY EL NUEVO HÉROE DEL ESCUDO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora