CAPITULO 7.

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Perspectiva en 1° persona ...

—Tengo 10 monedas de plata —dije al haber contado las monedas que tenia en la bolsa—. Lástima que tuve que gastarlo todo en este día —me queje. No era de los que le gustara desperdiciar el dinero, así como así, pero esta vez tenia que hacerlo.

Guarde el resto del dinero en una de mis bandoleras, donde estaría mas seguro de cualquier ladrón.

Me acosté con la armadura puesta, ni loco pensaba en quitármela, aunque me incomodara para dormir, si no quería perderla, tenia que hacer un valido sacrificio esta noche. Pensé en los monstruos que había enfrentado hasta ahora, todos eran débiles y casino me daban experiencia.

Mientras rondaba en mis pensamientos, recordé algo que había estado esperando hacer cuando estuviera solo. coloque mi bufanda a un lado y me senté en la ama, abrí el menú de inicio y revise mis estadísticas y las cosas que había obtenido hoy.

«Wow», me sorprendí cuando el escudo brillo en un color verde y cambio de forma instantáneamente.

—Que genial...

Ahora mismo tenia un escudo circular, muy diferente al predeterminado.

—Escudo de plata —ley lo que decía sobre el escudo—. ¿Me servirá contra Drácula? —lo inspeccione mas de cerca y note que me daba ciertas habilidades que ni por allí lograba entender.

Hice el mismo procedimiento con varios escudos, cambiando de forma e inspeccionándolo. No paso mucho tiempo para que me aburriera de hacerlo y tirarme a la cama a dormir. Mañana tenia que levantarme muy temprano.

Me había quedado dormido.

Perspectiva en 3° persona ...

La noche transcurría con serenidad, no se escuchaba bulla en las calles, parecía como si la ciudad fuera una ciudad fantasma. Deshabitada hace mucho por sus habitantes. Pero algo se movía entre las sombras, entre los tejados.

Ese alguien se detuvo en el tejado, estaba cerca de su objetivo, y con habilidades de infiltrado entro a una habitación. La misma habitación en la que dormía el héroe del escudo. Alguien lo estaba asechando y él no se había dado cuenta por quedarse dormido.

Aquella misteriosa persona que estaba vestida de negro empezó a buscar por toda la habitación con sumo cuidado de no despertarlo, y al no encontrar nada de valor que tuviera el héroe, excepto tu armadura, pero esta la tenía puesta.

—¿Quién en su sano juicio dormiría con una armadura puesta? —se hizo es pregunta.

Aunque le restó importancia, se acercó al héroe y saco una daga bendita, la cual había sido bendecida por la Iglesia de los Héroes. Lo tenia a pocos metros y estaba indefenso, a nadie le importaría que lo matara en ese mismo lugar. Mejor aún, le haría un favor al reino y cobraría un poco más por su cabeza.

Todo estaba en silencio, pero un burro ha rebuznado, y el héroe del escudo fue desperado. Maldijo a la persona que haya dejado al burro tan cerca de su objetivo.

—¡Aja, te pille! —gritó el héroe sobresaltado.

Perspectiva en 1° persona ...

Me había despertado por algo, no sabia que, pero el escudo me había despertado, advirtiéndome que estaba en peligro. Enseguida supe lo que pasaba, y grité como nunca lo había hecho antes...

—¡Aja, te pille! —grite—. Oh, mi Dios, tiene un arma —me sobresalte al verlo.

De un salto me baje de la cama, y enseguida le encare. Encare a mi asaltante.

—Te destruiré...

Susurro el desconocido.

—¡¿Tú dices que vienes a destruirme a mí?! ¡Qué bueno que tengo esto! —mostré el escudo, esperando intimidarlo, no funciono. Entonces hable con autoridad—: Tengo que advertirte que mi tío es Rocky —dije, colocándome en una mala pose de boxeo. Seleccione un pequeño escudo cometa de bordes afilados—, y mis primos son el Brayan y el Kevin.

No debía mostrar temor hacia él ni hacia nadie desde ahora. Siempre me mostré confiado, como diciendo "Tengo la ventaja y puedo vencerte con facilidad", aunque a ciencia cierta no era así.

Durante toda la interacción el desconocido no mostro alguna pisca de movimiento, era como si se hubiera convertido en una estatua, pero hablo diciendo:

—No me pagan lo suficiente para peleas innecesarias —el asesino tiro algo al suelo y un espeso humo lleno la habitación.

Al rato que se aclaró todo, y el asesino ya no estaba.

—¿Dónde narices sé ha metido? —exprese. Busque por la habitación, y me asome por la ventana.

Allí estaba, del otro lado de la calle, mirándome fijamente a los ojos, luego se dio la vuelta y despareció en los tejados.

—De la que me he salvado —suspire aliviado. Mi vida ya no corría peligro.

Aun era débil, y si hubiera peleado con él de seguro hubiera muerto. Por suerte era un idiota y se la creyó toda, debió haber sido por el hecho de que yo era uno de los héroes legendarios, y no se arriesgaría a pelear contra un enemigo que tiene ventajas sin precedentes y habilidades desconocidas.

—Si no quiero morir al enfrentarme a algo tengo que retomar mis entrenamientos en artes marciales —concluí.

Bostecé, ya estaba despierto y no iba a volver a dormir sabiendo que tenia a alguien asechando por allí. Me estiré y le dije adiós a la pereza. Durante todo el encuentro mi corazón latía rápido, de cosa no temblé.

«Creo que falta una hora para que amanezca —pensé y me senté en la cama—. ¿Qué hare con el resto del tiempo que me sobra?».

En eso la respuesta llego a mi mente, aprovecharía para terminar de revisar mi itinerario. Los escudos faltantes y habilidades nuevas junto con sus toques de bonificación. Tenia mucho trabajo que hacer después de todo.

—Se me ha ocurrido una buena idea —sonreí con malicia. 

¿SOY EL NUEVO HÉROE DEL ESCUDO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora