—Ha sido una noche larga— digo nada más al tirarme en la cama.
No recibo respuesta alguna de Erina y eso me hace sentirme desconcertado. Cuando levanto el torso sobre la cama, la quedo viendo; solo está ahí, mirando a través de la ventana.
Debo decir que Erina no luce buen aspecto como lo tuvo en la mañana. Parece cansada, distraída y, me atrevo a decir que...nerviosa. De alguna manera logra mantener las apariencias, pero he intentado sonsacarle parte de información importante, solo la necesaria para saber en qué clase de cosas me he metido.
Ella dice que no debo temer a las palabras de Alice y de Ryo, porque al parecer, aunque sean seres divinos, no pueden dañar mortales. Tal parece que la vida de los humanos no está sujeta al plano de los demonios y los ángeles, por lo que estos no pueden intervenir en la muerte de las personas.
Ella lo explicó como simple selección natural.
—¿Quién era el sujeto del comedor?— pregunto, solo para quitar la tensión que hay entre nosotros.
—¿Cuál de todos?— bufa por lo bajo, pero ni siquiera se digna a mirarme.
—El tipo de los ojos grises...
—Oh, hablas de él— ríe de una forma que me da poca gracia ¿Entonces sí le conoce?
—¿Y no vas a decirme más?— cuestiono. Honestamente no me gusta hacerle preguntas porque le doy a entender que de alguna u otra manera me interesa sus asuntos. Quiero que se vaya, pero...me interesa también saber el por qué ha venido a dar conmigo.
Ella negó con la cabeza al cabo de un minuto.
—¿Puedo hacerte unas preguntas?— le alzo una ceja.
—Solo si no tienen que ver con el tipo de ojos grises, entonces contestaré lo que sea— dice Erina.
Asiento con la cabeza ante su demanda.
En este punto no me importa si pone límites, solo necesito saber algunas cosas.
—¿A qué se refería Alice cuando dijo que eras la única súcubo sin pareja?— quizá es la pregunta menos importante, pero era la que martilleaba con más fuerza en mi cabeza.
Erina me mira por encima de su hombro. La frialdad en sus violetas ojos parece algo devastadora, pero luego relaja el semblante a un poco más...triste.
—Los súcubos y los íncubos nacen en parejas...— liberó un suspiro y desvió a la mirada de nuevo a la ventana —Se tienen el uno al otro, por eso no tienen la necesidad de corromper a los hombres en el plano terrenal, y si lo hacen es solo por diversión. Yo...— hizo una larga pausa y juró que mordió su labio —, yo he estado sola desde siempre.
Iba a decir algo, la primera cosa que viniese a mi mente. Sin embargo; Erina siguió explicando a su manera lo que aquello significaba; que un evento así no es normal que, de hecho, ella es la única en su hogar que había nacido sola y, por si fuera poco, todos los demonios inferiores nacen con un nombre, uno que traen en su consciencia (si es que la tienen), pero ella asegura haber nacido sin identidad, sin saber quién era.
Algo de su anomalía fue de interés para "el jefe" -como le gusta llamarlo-, por lo visto le consciente y le tiene en un pedestal. Erina nunca había salido del infierno, ni siquiera había ejercido su poder de súcubo en algún momento. Había establecido que la misión de un súcubo es darles placer a los hombres, pero que en ningún momento se sienten atraída por los mortales.
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Súcubo
FanfictionYukihira Soma se siente observado hace un par de días, la paranoia se ha vuelto parte de su sistema, pero un día se encuentra con el misterioso ser que le ha estado observando. Pronto se dará cuenta que es peor de lo que espera y que deberá dejar su...