Capítulo 6-Recuerdos sin sentido

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Ya he dicho que me voy a mudar, pero mientras puedo actualizar como es debido xD. 


Soma

—Idiota, creo que a Nikumi le gustas— dijo Takumi apenas rodeándome con su brazo y encaminándome por el corredor.

Doy una risilla y ruedo los ojos ¿A qué viene a jugar este imbécil conmigo?

—No estoy de humor— respondo escueto —Aun no supero lo de Tadokoro...

—¿Qué?— Takumi me mira perplejo —¿Quién es esa?

—La tipa de la cafetería...

Oh, se me olvidaba, había sido toda una maldita jugada del ángel, por lo que posiblemente ni siquiera recuerden nada ahora.

—Como sea— digo. Pasamos directo al comedor; es la hora del almuerzo, así que de normal deberíamos encontrarnos con el resto —¿Por qué dices que Nikumi está interesada en mí?

—Se le nota; lo destila por los poros— dice Takumi, muy seguro.

—Mis poros no se sienten de esa manera— apenas susurro esperando que no siga la plática.

—¿Te gusta o no?— pregunta mi amigo.

Quisiera reírme, pero no lo hago. Llegamos hasta una de las bancas y nos sentamos, apenas saludamos a Ryoko y Yuki que están en la mesa.

—Recuerdo que hace unos días Hayama era el nuevo fichaje de Nikumi— me importa poco llamarle así a un desliz; creo que las miradas recriminatorias que hacen Ryoko y Yuki me demuestran lo desconcertadas que están de mis palabras.

—Amigo, Hayama es pasajero ¿Sí?— Takumi le resta importancia y empieza a picar con poca gana la carne en su plato —Ella te quiere a ti— dice. Yo ni siquiera le presto tanta atención —Eres el decisivo.

—Me quiere como relevo— contesto.

Ryoko me hace una cara desaprobatoria ¿Acaso tengo algo en la cara? Si hace solo unos días ella y Nikumi hicieron...cosas ¿No deberían dejarse de apariencias y andar entre ellas?

—Quién te entiende— bufa Ryoko —Habías dicho que te gustaba Nikumi...

—Gustaba; del verbo "Ya no"— hago comillas y me dedico a comer sin más el intento de un húmedo emparedado que compré en la cafetería.

Hace unos días; me habría ahogado con mi saliva si me decían que Mito Ikumi gustaba de mí, pero ahora ya no. Tenía atracción y respeto por ella, ahora solo respeto. La llegada de Erina cambió mucho; en el sentido que: estoy más interesado en saber cosas sobre el demonio que vive conmigo a intentar algo con una chica normal.

El silencio es lo único que consiguen de mí en un par de minutos. Hayama e Isami se incorporaron en la mesa; un tiempo después Nikumi también había llegado y escogió sentarse junto a mí.

Normalmente me habría ruborizado ante la bronceada rubia, pero ahora conozco su verdadero yo y sus gustos como para saber -de sobra- que ni siquiera le importo.

Algo pasó en su reputación y seguramente quiere corregirlo conmigo, con mi maldito y débil ser.

—¡Asahi!— grita Yuki en la mesa.

Una patada en el culo es la elección de palabras que usaría para describir lo que sentí al escuchar ese nombre. Inmediatamente miré por detrás de mi hombro y corroboré la peor de las sospechas; el maldito demonio infiltrándose en la mesa.

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