Amore Perduto (Libro 4)

Capitulo 3

Son las once de la noche y mi padrino aún no llega. La cita con Harry fue genial y emocionante, pero habría deseado que terminara diferente, Harry quiere cerciorarse primero que el sexo no le haga daño al bebe, yo pienso que no le hace ningún daño, mi cuerpo y mi parte criatura quería tomarlo en ese momento, tuve suerte de apaciguar mi impulso sexual, lo suficiente para abandonar la habitación lo más rápido que pude para no cometer una estupidez, Harry ahora se encuentra durmiendo cómodamente en nuestra habitación y yo estoy aquí en la sala como un adolescente con las hormonas alborotadas, por otra parte no puedo sacarme de la cabeza que tendremos un bebe, un pequeño cachorro, el lobo en mi interior ruge de dicha y emoción, tendré que investigar todo lo que pueda para mantener a mi pareja y a mi cachorro saludables.

Sería bueno buscar una casa, esta es la casa principal y sé que mi madre me la dejo a mí, pero quiero cumplir el deseo de Harry. Comprar una casa mediana y vivir en el bosque llenos de naturaleza como tanto él ha soñado, rodeados de nuestros cachorros. La imagen mentar me hace sonreír y suspirar de dicha, no sé cómo explicar el sentimiento que siento ahora, es como si mi mundo, mi vida, la razón de mi existencia estuviera completa, no estoy seguro si algún día podre comprender la intensidad de mis emociones y poder describirlas alguien más. Tan solo sé que necesito a Harry, a mi cachorro, a mi familia. Mi familia....

Mi padre cruza por mi mente de nuevo, jamás creí llegar a conocerlo alguna vez. Cuando era un niño, mucho antes de que me trasformaran en licántropo, lo añore tanto, que dolía siempre pensar que jamás lo tendría, deseche ese inútil deseo hace décadas, cuando comprendí y entendí cuál era ese lugar lejano que poéticamente mi madre decía que se encontraba mi padre, pero ahora que tengo esa posibilidad... Una parte de mí, la parte infantil y mundana que mi vampirismo me impide olvidar, se alegra y esta emocionada por conocerlo. Por otra parte, desearía que estuviera como hace tan solo unos días todos sabíamos, que mi padre biológico está muerto y solo muerto. Es un pensamiento y deseo oscuro e incluso cruel, pero al ver a mi madre y saber lo que ella no sabe me hace tener ese tipo de sentir. La he visto sufrir y sacrificar tanto que no... 

Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del timbre, checo la hora y veo que son diez para las doce. Me he quedado en el sillón reflexionando por mucho tiempo. Me tomo lo último de whisky que queda en mi copa y a velocidad vampírica me aproximo a abrir la puerta.

—Hola querido ahijado, llego el tío Stefan —dijo el hombre delante de mí con una maleta en la mano mientras me regala una sonrisa. Sonrió involuntariamente.

—Stefan bienvenido —digo mientras me aproximo a él para darle un abrazo que me es correspondido.

—Pero mira que grande estas —dice Stefan mientras entramos a la casa.

—Padrino no he envejecido desde 1942 y lo sabes bien —digo con diversión.

—Lo sé, pero la última vez que te vi fue en un partido de quidditch que no comprendí en lo más mínimo antes de su regreso a ¿cómo se llamaba? ¿Haguas?

—Hogwarts —le corregí mientras llegábamos a la sala.

—De la que, por cierto, no fui invitado para tu graduación, eso sí que me lastimo. Damon se burló de mi por semanas —dijo Stefan con reproche, sus palabras me desconcertaron.

—No es verdad, le entregamos las invitaciones para ti, Damon y Silas a mi padre Klaus, pero él nos dijo que no pudieron ir porque estaban ocupados.

—¿Y la de tu boda? Esa tampoco me llego.

—Se las entregamos al tío Silas, solo él fue y nos dijo a mi madre y a mí que estabas de viaje con el tío Damon. Mi madre iba a ir a buscarlos diciendo que ya era el colmo, pero Klaus le dijo que se hacía tarde así que solo se resignó.